La Comisión de Venecia desvela que la amnistía está hecha al dictado de sus beneficiarios: Bolaños les dijo que serían 372

La ley de amnistía sigue sin ser aprobada en el Congreso de los Diputados, pero en Europa están ya analizando con lupa todos los puntos de una medida muy polémica y que realmente se está llevando a cabo únicamente por los intereses personales de los socios separatistas. Tras el resultado de las elecciones generales del pasado 23 de julio, Carles Puigdemont vio claro que a Pedro Sánchez no le quedaría más remedio que aceptar todas sus exigencias para seguir en la Moncloa.

A los deseos del prófugo de la justicia se sumó Oriol Junqueras y todo su partido (ERC), además de los nacionalistas e incluso Sumar, quien tampoco vio con malos ojos otorgar este 'perdón' que realmente es un olvido. Todo esto forzó a Sánchez a decidir entre dejar gobernar al PP, forzar una repetición electoral o hacer todo lo posible por contentar a lo que denominó como «fuerzas progresistas» –todos los partidos menos PP, Vox y UPN– para continuar en el poder a pesar de que no contar con una mayoría estable.

Desde el minuto 1 dejó clara su postura y empezó a hacer guiños a la amnistía, aunque no fue hasta el 28 de octubre, un mes después del debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo, cuando se pronunció en favor de la amnistía «por el interés de España y en defensa de la convivencia entre españoles».

Nada de ese argumento parece ser cierto según se ha conocido este viernes en el borrador de la Comisión de Venecia. El punto 30 del documento es claro y, aunque asegura que «es difícil estimar el número de personas que podrían beneficiarse de la amnistía», señala que «según el Ministro de Justicia, se trata de 372 casos», lo que denota que, más que una ley, lo que han hecho ha sido pasar lista.

Realmente esto no pilla por sorpresa a casi nadie, pero contradice las palabras del ministro de Justicia, Félix Bolaños, quien en el mes de diciembre, cuando defendió la propuesta de ley de amnistía, aseguró que esta medida no sólo beneficiaría a «casi 400 personas», sino a «la sociedad catalana y española en su conjunto».

El PP y el PSOE hacen lecturas distintas

Por otro lado, el borrador presentado por la Comisión de Venecia no ha puesto de acuerdo a PP y PSOE. Mientras que los 'populares' ven en el texto elaborado varias advertencias de la Comisión de Venecia, tanto los socialistas como los socios de Gobierno han salido en tromba a asegurar que el borrador avala la futura ley de amnistía. Sin embargo, no será hasta dentro de dos semanas cuando conozcamos su veredicto oficial.

De todos modos, lo único cierto por el momento es que la Comisión de Venecia ve viable la amnistía al no quebrar la separación de poderes, pero no de la forma en la que la ha tramitado el Gobierno. Este órgano considera que «no les corresponde pronunciarse sobre la cuestión de constitucionalidad», pero considera que «la viva controversia que ha suscitado este asunto sugiere que sea preferible regular este asunto explícitamente mediante una enmienda constitucional».

Una enmienda constitucional requiere seguir el camino que marca el artículo 168. Dicho artículo establece que si se quiere aprobar una reforma de estas características es necesario contar con una mayoría de dos tercios de cada Cámara (Congreso y Senado). Si esto se consigue se disolverán inmediatamente las Cortes y se procederá a la convocatoria de elecciones y el nuevo parlamento tendrá que aprobar nuevamente por una mayoría de dos tercios la reforma. Tras eso, se preguntaría en referéndum a todos los españoles para su ratificación.

Lógicamente tanto Sánchez como Puigdemont son conscientes de que siguiendo estos pasos tendrían prácticamente imposible sacar adelante esta ley. Eso sí, el Gobierno prefiere hacer caso omiso a esta parte del texto y quedarse únicamente con lo que le interesa, pero lo cierto es que para la Comisión de Venecia la fórmula anteriormente descrita es la correcta para llevar a cabo la amnistía. Es decir, que fuese algo que verdaderamente quisiesen la gran mayoría de españoles.