Tras un agrio debate
El Senado reprueba a Bolaños y el número dos del ministro exhibe su mal perder
El PSOE y sus socios acusan a los populares de convertir la Cámara Alta en un «gobierno en la sombra» para torpedear a la coalición de Sánchez, valiéndose de su mayoría absoluta
A falta de pleno esta semana en el Congreso, la actividad y la tensión política se han trasladado al Senado. El ministro Félix Bolaños fue reprobado este miércoles con los votos del PP y de Vox después de un agrio debate entre el PSOE y sus socios, por un lado, y la oposición por el otro.
El titular de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes ni lo oyó ni quiso oírlo: dedicó la mañana a reunirse con los presidentes de la Unión Progresista de Fiscales y de la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales. Horas antes, el martes, ya había estado en la sesión de control al Gobierno en la Cámara Alta, durante la que emplazó al PP a hacer «algo útil» en el Senado en lugar de reprobarle a él y de «obstruir, dilatar y retrasar» la tramitación de las iniciativas que llegan aprobadas del Congreso, en alusión a la ley de amnistía.
Peor reacción tuvo el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y número dos de Bolaños, Rafael Simancas, que directamente despreció la reprobación: «A ver, seamos serios. La 'reprobación' de ministros no existe. Es un invento sin soporte ni efecto jurídico, ni en la Constitución ni en los Reglamentos del Senado y Congreso. Lo que existe es la Moción de Censura al Gobierno (113CE), pero ese ridículo ya lo vivieron…», escribió en su cuenta de la red X.
El motivo esgrimido por los populares para la reprobación de Bolaños fue doble. Por un lado, «su falta de respeto institucional» hacia el Senado al manifestar en una entrevista que la «soberanía nacional recae en las Cortes Generales, pero en particular en el Congreso». Por el otro, «su lamentable conducta al dar publicidad y tergiversar de manera contumaz el contenido del borrador confidencial del informe de la Comisión de Venecia sobre la Proposición de Ley Orgánica de Amnistía».
El encargado de defender la iniciativa del PP fue el senador Antonio Silván, que acusó al ministro de «negar la legitimidad» del Senado y de más: de «manipular el contenido del borrador del informe y mentir en interés personal, al servicio de un encubridor y en interés de un prófugo es políticamente indecente», añadió.
Respaldó su postura la senadora de Vox Paloma Gómez, que puso el dedo en la llaga de la tramitación parlamentaria de la ley de amnistía. Asunto, éste, que también cuestionaron los expertos de la Comisión de Venecia en su informe, aunque el Gobierno lo obvió en su día. «Fue un procedimiento legislativo de urgencia y, además, se realizó mediante una proposición de ley en vez de con un proyecto de ley, para evitar los informes preceptivos del órgano consultivo del Estado. Aquí vemos cómo el Gobierno socialista aplica sus políticas», sostuvo.
El senador del PSOE Antonio Magdaleno siguió la senda marcada por el ministro aludido el día antes y recriminó al PP el «uso partidista» que hace del Senado. «Señorías, con su mayoría absoluta están provocando una deslealtad constitucional sin precedentes», afirmó. Y aconsejó a los populares que se «acomoden» porque habrá «políticas progresistas» y ministro Bolaños por «bastante tiempo».
Magdaleno no estuvo solo en su defensa del ministro de la Presidencia. También las portavoces de Más Madrid, el PNV y hasta Junts salieron en su auxilio. «Ustedes están degradando este Senado, que han convertido en un Gobierno en la sombra, para torpedear y paralizar el Gobierno de coalición, ya que siguen sin asumir los resultados del 23 de julio», les reprochó Carla Antonelli.
«Esta moción no es más que la expresión de la frustración que tiene el PP, todavía no digerida, por no haber conseguido los apoyos suficientes para alcanzarla Presidencia del Gobierno», añadió la senadora peneuvista Estefanía Beltrán. «Les mueve el afán de desprestigio del Gobierno y, en concreto, del ministro Bolaños. Es una descarada y abierta instrumentación partidista del Senado», remató María Teresa Pallarès, de Junts.