Datos del sumario
Este es el botín por el que Fernando, con una bayoneta, asesinó a tres personas en Chiloeches
Un amigo del asesino rechazó acompañarle al robo porque se iba de fiesta esa noche
Alejandro no tiene muy clara la fecha pero el pasado mes de enero o de febrero de 2024, Cristian, novio de Laura, le propuso cometer un robo en la casa de su novia. El plan era que él fuese el conductor que le llevase al chalé de Chiloeches (Guadalajara), donde vivían Ángel y Elvira con sus hijos Yerai y Laura y robarles. Luego debía esperarles para huir, como en las películas. Laura, enamorada de Cristian, le había confesado a Cristian en alguno de sus paseos cogidos de la mano que sus padres tenían unos 30.000 euros en efectivo y una colección de relojes.
El tal Cristian empezó a salivar e ideó un plan para asaltar el domicilio: aprovecharían un día en el que los padres de Laura no estuvieran en casa para que Cristian se llevara a comer o cenar a Laura, y que, de este modo, únicamente se encontrara en el domicilio el hermano de Laura, Yerai. En ese momento realizarían el robo.
La primera vez que Cristian le propuso participar en el robo fue en un bar. Estaban reunidos Cristian, Fernando y Alejandro. Durante la conversación, el novio de Laura señaló a Fernando: «Este también participará», anunció. Alejandro no le creyó: «Pensé que era una fanfarronada, que no lo harían». Unas tres semanas después, volvieron a coincidir en un bar llamado Tinder, en Pioz. Volvían a estar Alejandro, Cristian y Fernando juntos. Cristian estaba pesado con el tema del robo y le volvió a hacer una oferta: «Te necesito de conductor. Yo pongo el coche. Nos llevas a la casa de Laura, entramos, salimos y tú nos esperas fuera para huir».
Alejandro, que se llevaba mejor con Fernado que con Cristian, le preguntó: «¿Es verdad que vais a robar en casa de Laura?». La respuesta le dejó helado: «No sé si Cristian se atreverá al final, pero si no lo hace él, lo hago yo. Tengo muchas deudas y necesito el dinero». Esta vez Alejandro les vio tan serios y tan seguros que les creyó: «Conmigo no contéis», les anunció.
EI viernes 12 de abril, fecha del triple asesinato, a las 23:12 horas «Fernando me llamó dos veces», explica Alejandro. «Le devolví la llamada y le pregunté qué quería. Él me dijo: ¿Estás sereno para hacer algo?». «Yo pasé. Le contesté que me iba de fiesta y le advertí que no me volviera a llamar para este tipo de cosas».
Al final el que entró en el chalé fue Fernando, armado con una bayoneta de su abuelo de la guerra civil: «A mí me la ha enseñado alguna vez», reconoce Alejandro. Al parecer el tal Fernando «menudeaba con tusi, cristal, cocaína, éxtasis y viagra. Él me contó que las deudas las tenía con las personas que le facilitaban esas sustancias y que tenía miedo de no conseguir el dinero, sobre todo por si esas personas hicieran daño a su madre».