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08 de septiembre de 2024

Lourdes Méndez, diputada de Vox por Murcia

Lourdes Méndez, diputada de Vox por MurciaVox

Entrevista

Lourdes Méndez (Vox), sobre la ley del aborto: «Matar a un ser humano no puede ser un derecho»

La diputada de Vox cree que la batalla por la vida se puede ganar siempre que exista «convicción absoluta» para defenderla, «vencer la tibieza de muchos», y que el debate esté sobre la mesa: «La ley natural es inexorable»

El pasado martes, el Tribunal Constitucional que preside Cándido Conde-Pumpido decidió rechazar el recurso presentado por Vox contra la reforma de la ley del aborto que impulsó el Ministerio de Igualdad en la anterior legislatura. La mayoría de la Corte de Garantías avalaba de esta forma la polémica norma que, entre otras cosas, permite abortar a las menores de 16 y 17 años sin el consentimiento de sus padres y elimina el período de reflexión de tres días.

Para Vox, esta sentencia no ha sido inesperada. «Somos conscientes de la deriva totalitaria que está tomando el Gobierno de la Nación», afirma a El Debate Lourdes Méndez, diputada de Vox por Murcia y doctora en Derecho. Una deriva que «se perfecciona con la colonización del Tribunal Constitucional», denuncia, y alerta sobre la gravedad de una sentencia como esta: «Da un vuelco a principios constitucionales básicos, atenta contra el primer y más importante valor que es el de la vida, soporte fundamental de nuestro Estado de derecho».

Méndez considera que «esta ley no trata en ningún caso de la salud de la mujer embarazada, a la que además abandona en una situación extrema de vulnerabilidad, cuando es menor, ni tan siquiera pondera bienes jurídicamente protegibles», sino que «de lo que trata esta ley es de procurar el aborto, es decir, prevalece 'el derecho' a abortar por encima del derecho a la vida de cualquier persona, y del derecho a la maternidad. No puede ser un derecho matar a un ser humano». La parlamentaria de Vox incide en que el objetivo de esta ley, que califica como cruel, es que, ante un embarazo de una mujer con dudas o dificultades, solo exista la posibilidad de abortar. «Es una modificación cultural perversa, ya que solo se persigue procurar la muerte, como si de un bien se tratara, subvirtiendo los valores de nuestro Estado de derecho. El valor superior», afirma.

En esa misma línea, el TC avaló en mayo la reforma del Código Penal que prohíbe rezar delante de los centros abortivos, una ley que también fue recurrida por Vox. Méndez, que remarca su admiración por la labor que desarrollan las asociaciones provida, critica que se trate de dejar sin posibilidades a la mujer embarazada con dificultades.

Por otro lado, erige a su partido como el único que está dando la batalla cultural en este sentido y que ha presentado recursos contras estas normas. «No deja de ser penoso que el Partido Popular, que en 2015, cuando Rajoy traicionó a su electorado y no quiso derogar la ley de plazos, afirmara la importancia que tenía el consentimiento de los padres para las niñas menores, y ahora, no sabemos por qué ni siquiera ha recurrido esa ley», señala.

«Aquello que entonces hizo el PP era un verdadero teatro. Se han desprendido absolutamente de la defensa del valor fundamental, que es el de la vida», añade. «No deja de sorprenderme que muchas personas no tomen conciencia a la hora de votar de lo que debiera ser una premisa fundamental para todo aquel que se considere humanista. La radicalidad de la legislación aprobada en España tiene unas consecuencias personales, familiares y sociales tremendas, y no se debiera eludir esta consideración».

¿Por qué es inconstitucional?

La diputada del partido de Santiago Abascal señala que si ya la ley de 2010, la conocida como Ley Aído, que se aprobó con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, no le cabe la más mínima duda de que era inconstitucional –«interpretando la jurisprudencia existente ,aunque el TC no lo haya reconocido»–, la nueva ley del aborto «viene a agravar y a radicalizar aquel ataque a la Constitución, porque no solo permite el aborto, sino que lo que hace es provocarlo, ante cualquier duda o dificultad, garantizar que se produzca, sin alternativa alguna», dado que desaparece el consentimiento de los padres, el período de reflexión y no se ofrece ningún tipo de información, ayudas o alternativas desde la administración, ni permiten que otros las ofrezcan.

Para Méndez, a una menor o a cualquier embarazada que tenga problemas no se le ofrece ninguna opción que no sea abortar, por lo tanto, ese consentimiento no es libre y no debería considerarse válido, porque se está tomando una decisión sin tener toda la información posible. La diputada de Vox subraya que con la ley de 2010, lo que hace el TC en su sentencia es «crear un derecho ex novo»: el derecho al aborto, «excediéndose en sus competencias, convirtiéndose en legislador constituyente».

Expone así varios motivos por los que Vox presentó su recurso de inconstitucionalidad contra la nueva ley del aborto. En primer lugar, porque se vulnera el derecho a la vida; también, el artículo 39, que recoge la «necesaria asistencia» de los padres a sus hijos, puesto que deja a las menores sin el consentimiento de sus padres antes de tomar la decisión. Apunta asimismo la «desprotección absoluta del nasciturus», y recuerda que una sentencia de 1985 afirmaba que nuestra Constitución preveía que el Estado tiene la obligación de protegerlo. «No solamente se desprotege de manera absoluta; no existe una oportunidad para una mujer que tenga problemas para llevar adelante su embarazo a que haga otra cosa que abortar. El Estado no le da ninguna opción, ninguna alternativa, ninguna información, ningún apoyo», lamenta Lourdes Méndez.

Esta ley no solo permite el aborto, sino que lo que hace es garantizar que se produzca en cualquier caso de duda o dificultad

Otro de los motivos que llevó a Vox a recurrir la reforma del aborto es la vulneración del derecho a la igualdad, que recoge el artículo 14 de la Carta Magna, y a las libertades de opinión y de expresión. La parlamentaria señala, en este sentido, que la norma establece en un apartado que «se apoyarán las actividades que realicen las asociaciones que se dedican a promover la salud sexual y reproductiva», mientras excluye expresamente de cualquier tipo de ayuda a las que estén en contra del aborto. Del mismo modo, la formación de Abascal denunció en su recurso la discriminación hacia los médicos objetores, a los que se obliga a inscribirse en un registro, y se excluye de los comités clínicos.

Una alternativa «en positivo»

Vox es partidario de derogar tanto la ley del aborto como la ley de eutanasia, así lo ha plasmado en sus programas electorales. Defiende la vida desde su concepción hasta la muerte natural. Su propuesta pasa por construir una alternativa «en positivo». «Si un político no defiende la vida, ¿qué es lo que va a defender?», indica Méndez, que apunta que los servicios jurídicos del partido examinarán cuál es el siguiente paso a dar tras la sentencia del TC.

La diputada aboga («mientras no se consiga ese objetivo último imprescindible») por hacer una política de ayuda a la mujer embarazada, en las diferentes comunidades en las que Vox está en el Gobierno. «Lo que Vox propone es la defensa de una política en positivo, de una cultura de la vida, contra la cultura de la muerte que, sin duda, se ha impuesto». Hace referencia al hecho de que no se haya aprobado una ley de cuidados paliativos a nivel nacional, ni la ley ELA, y, sin embargo, sí se haya aprobado una ley de eutanasia. «Se está deshumanizando nuestra sociedad a unas velocidades tremendas», denuncia.

Si un político no defiende la vida, ¿qué es lo que va a defender?

Méndez cree que la batalla por la cultura de la vida se puede ganar siempre que el debate esté sobre la mesa, «para poder convencer de la aberración y el dolor que provoca el aborto», y que exista la «convicción absoluta» de que hay que defenderla ante los ataques, «cumpliendo cada uno con su deber, porque es la raíz y fundamento primero de una sociedad».

Y es que, si bien hace unos meses el Parlamento Europeo aprobaba una moción impulsada por la izquierda para que el aborto fuese reconocido como derecho fundamental en la UE, desde la postura contraria, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, lograba la semana pasada que no se incluyera ninguna referencia al aborto en la declaración de la cumbre del G7, enfrentándose a otros dirigentes internacionales. «Si el derecho al aborto es un tema tan acuciante para los que se llaman progresistas, sin duda debe defenderse la vida con más contundencia que lo hacen los soldados de la muerte», señala.

En este sentido, la diputada señala que «mientras existan líderes valientes» como Meloni o como Santiago Abascal, o como los eurodiputados de Vox, que en la Eurocámara han alzado la voz en defensa de la vida, «se podrá ganar». «La batalla es complicada, pero no vamos a dejar de darla porque no es imposible, creo que estamos en el camino. Solo se pierden siempre las batallas que no se dan», subraya.

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