Entrevista | Consejero de Hacienda de Aragón
Roberto Bermúdez de Castro: «Un concierto vasco para Cataluña sería un mecanismo importante de ruptura de España»
El que fue uno de los artífices de la aplicación del 155 tras el procés considera que «la única singularidad de Cataluña son los 7 votos para que Sánchez siga siendo presidente»
«Aplicando el 155 comprobamos que en ningún caso Cataluña está mal financiada»
Roberto Bermúdez de Castro Mur (Huesca, 25 de enero de 1971) es un experto en fiscalidad y actual consejero de Hacienda de la Comunidad Autónoma de Aragón. Desde 2016 hasta 2018 fue secretario de Estado para las Administraciones Territoriales –durante el Gobierno de Mariano Rajoy– cargo que le hizo ser uno de los autores de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña y que le permitió conocer de primera mano las cuentas de esta región. Habla con El Debate por teléfono.
—¿Defiende un modelo distinto de financiación para Aragón?
—Dentro de la negociación común que se tiene que producir entre todas las comunidades –lógicamente en una mesa común– Aragón tiene peculiaridades propias. En el modelo que se negocia las defenderemos; como son la despoblación, la dispersión y el envejecimiento, hechos relevantes que compartimos con otras comunidades autónomas. Obviamente también defenderemos que se aplique nuestro Estatuto.
—Y en este contexto, ¿qué opina de que el Gobierno pueda pactar de manera bilateral una financiación singular para Cataluña?
—La única singularidad de Cataluña es que tienen 7 votos para que Sánchez siga siendo presidente del Gobierno. Esa es la única singularidad que tiene Cataluña con respecto a otras comunidades, la necesidad de Sánchez de tener unos votos para seguir en el Gobierno.
Lo veo lamentable por parte de la señora Montero. Es decir, Cataluña no puede tener una financiación a la carta y no se puede diferenciar de las demás comunidades, y Cataluña debe negociar su financiación en la misma mesa y poner ahí sus peticiones.
El problema de Cataluña es que sus dirigentes dedican el dinero a comprar voluntades para intentar vender su ensoñación
—Usted aplicó el 155 y pudo ver los presupuestos y de qué manera se financia de Cataluña. ¿Cómo valora su sistema y sus cuentas?
—Cuando se hizo la última reforma del sistema de financiación de Cataluña se juntaron Rodríguez Zapatero y Artur Mas y negociaron su propuesta de financiación, y luego la ascendieron al resto de las comunidades. Por tanto, en el sistema actual que está en vigor ya existen ciertos elementos que benefician a Cataluña.
En el momento en el que tuvimos la oportunidad de estar allí durante 200 días, aplicando el artículo 155, vimos y comprobamos en el día a día de Cataluña que, en ningún caso, es una comunidad mal financiada. El problema de Cataluña es que sus dirigentes, en vez dedicar el dinero a sus competencias, lo dedican a crear embajadas, a comprar lobbies, y a comprar voluntades en toda Europa y en todo el mundo para intentar vender su ensoñación.
—Como uno de los artífices de aplicar el 155, ¿cuál es el balance que hace más de seis años después?
—Entonces hubo un intento de romper la legalidad y nuestro país, y de llevar a cabo elementos en contra de la Constitución. Pero en cuanto el Estado de derecho y todos los mecanismos del Estado se pusieron a funcionar se vio que en apenas unas semanas en Cataluña había vuelto a la legalidad y se había vuelto a aplicar la legislación vigente. Nosotros fuimos a aplicar el 155 y a restaurar la legalidad vigente, que, en ese momento, era lo que debíamos hacer.
—El Gobierno también se ha comprometido a condenar 15.000 millones de la deuda catalana.
—Es otro pago más para conseguir que Sánchez se mantenga otra semana en la Moncloa. La deuda catalana pasa a ser deuda española, lo que implica que paguemos todos los españoles los desafueros de esa comunidad durante estos años. Yo lo que veo es que es un parche al sistema de financiación, y que todos estos elementos que se pretenden hacer impactan directamente en la financiación autonómica.
—¿Por qué creen que la negociación de la financiación debe darse de manera multilateral?
—Porque la financiación afecta a todas las comunidades. Y si se hacen diferencias entre unos y otros se genera un problema, ya que no se está siendo leal con todas las comunidades. Por ende, se debe hacer entre todos, en la misma mesa, y para que cada uno vea claramente las necesidades de cada comunidad.
Cuando las grandes empresas cada día deciden invertir menos en Cataluña será por algo
—¿Considera justo el convenio y el concierto económico que tienen tanto Navarra como el País Vasco?
—Yo pienso, y siempre digo lo mismo, que esto fue un tema de la época constitucional y que no se debe entrar en ese debate.
—Hay parte del independentismo que demanda un sistema de financiación como el concierto vasco para Cataluña. ¿Qué le parece?
—Cataluña, y sus líderes, pueden pedir lo que quieran. Sobre todo tienen un único objetivo, romper España. Si hoy por hoy, Cataluña –que es una comunidad de las que más aporta al sistema por población y por renta–, rompe los mecanismos de redistribución de la riqueza; España, como país, deja de ser lo mismo. Entonces ya no seríamos un país, seríamos otra cosa. En consecuencia, el único objetivo que tienen los independentistas –que tienen estos personajes– es romper nuestro país, y este sería un mecanismo importante de ruptura.
—Entonces, ¿cree que si se estableciese una especie de concierto vasco para Cataluña se rompería España?
—En el ámbito económico, en España llegaría un momento determinado en el que alguien debería explicar cómo se van a pagar las pensiones, las prestaciones por desempleo, y todo un conjunto de fondos que hay de requilibrio económico entre unas comunidades y otras, que se sustentan en la ayuda financiera. Y si eso se rompe, lógicamente se rompe el sistema.
—Su Ejecutivo está cerca de aprobar la bonificación del 99 % en el impuesto de sucesiones y donaciones entre padres e hijos. ¿Por qué toman esta medida y de qué manera va a beneficiar a los aragoneses?
—Era un tema que llevamos en campaña electoral, sobre el que dijimos que en Aragón estábamos –en el ámbito fiscal– muy diferenciado negativamente al conjunto de España, y lo que estamos haciendo es cumplir programa electoral. En el primer presupuesto deflactamos, por ejemplo, el IRPF un 5% hasta 50.000 €. La segunda media era en el ámbito de las sucesiones, y era un compromiso electoral y lo estamos cumpliendo.
—Desde ciertos sectores del nacionalismo y el independentismo se acusa a la Comunidad de Madrid de hacer dumping fiscal por tener precisamente bonificado el impuesto de donaciones y el de patrimonio. ¿Cómo valora estas acusaciones?
—Cada uno puede hacer política como quiera, y se puede criticar medidas de otras comunidades. Si Cataluña dedicara sus esfuerzos a gestionar su economía, su sanidad, su educación, sus servicios sociales, y manejara bien sus cuentas públicas, tendría posibilidades de que sus ciudadanos pagasen menos impuestos y fuera la comunidad más dinámica, más apetitosa y, sobre todo, con más ansia de que la gente vaya invertir allí. Cuando las grandes empresas de este país cada día deciden invertir menos en Cataluña, será por algo. No será por culpa de los demás, será por culpa suya.