Habla el vecino (en silla de ruedas) al que dos magrebíes le arrancaron una cadena de oro: «Tengo miedo»
La imagen produce auténtico rechazo: un magrebí enorme aprovecha que la víctima va en silla de ruedas para arrancarle un collar de oro del cuello
Se llama Pepe el hombre al que dos magrebíes le robaron una cadena de oro hace unas horas en Cornellá, Barcelona. La imagen produce indignación y rabia a partes iguales. Se ve a Pepe conduciendo su silla cuando de repente un hombre, a cara descubierta, se le acerca y le da un tirón del cuello para robarle un cordón de oro.
«Me agarraron de la camisa y me atacaron», cuenta Pepe. «No me hicieron daño en el cuerpo, más que el tirón. Son gente del barrio. Ahora tengo miedo a salir y que me ataquen. Pero no soy solo yo. A otros también les han robado. Esto no puede seguir así», dice antes de seguir su camino con la silla de ruedas.
No es el único que se pronuncia en este sentido. José, vecino de toda vida del barrio de San Ildefonso de Cornellá, está indignado. «Lo que le han hecho a Pepe no tiene perdón de Dios. Pepe lleva toda su vida en silla de ruedas. Lo conozco desde hace más de 45 años. Lo que he visto en las imágenes es una vergüenza. Yo me podría defender, pero él no puede», clama.
Pepe, la víctima, es muy conocido y querido en el barrio. «Hace muchos años tuvo un videoclub cuando las cintas de Vhs y Beta y todo aquello. Le conoce todo el barrio y Pepe es una persona muy querida. Tiene un coche adaptado a su capacidad y hace poco tuvo un accidente. El coche quedó siniestro, pero a él gracias a Dios no le pasó nada. Tiene lo que tiene de toda la vida, que lleva en silla de ruedas, pero él es de las mejores personas de Cornellá», insiste José.
«A los asaltantes los veo casi a diario. Están paseándose por aquí todos los días. Roban casi a diario. No trabajan, de algo tienen que vivir, ¿no? Si no trabajas y comes ¿de qué comes?, ¿del cuento? Es inhumano lo que estos golfos han hecho con él. Yo les veo mucho, no se esconden. A mí no me han robado nunca, gracias a Dios. Pero conozco a muchos que les han quitado cosas».
Muchos vecinos piensan que lo que no tiene perdón de Dios es que el juez instructor haya dejado en libertad a los dos detenidos a pesar de que la Fiscalía pidió su ingreso en prisión. La sensación que da es que entran por una puerta y salen por otra independientemente de las veces que roben. En este caso, el de las imágenes, sería un robo con violencia, castigado con penas de dos a cinco años de cárcel. Si a eso le sumamos que uno de ellos tiene 26 antecedentes por el mismo tipo de delitos, en el barrio de preguntan: ¿dejamos que nos roben? ¿Les sale gratis?