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El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel AlbaresEuropa Press

Albares afirma que el Gobierno no negoció con Venezuela y el chavismo se lo desmiente al instante

Las discrepancias entre el Gobierno español y el régimen chavista sobre el salvoconducto de González Urrutia revelan tensiones diplomáticas y cuestionan la transparencia del proceso

La reciente salida de Edmundo González Urrutia de Venezuela ha desatado una controversia diplomática entre España y el régimen chavista, evidenciada por la contradicción entre las declaraciones del fiscal general venezolano, Tarek William Saab, y el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares.

El fiscal general Saab realizó una declaración pública pocas horas después de que González Urrutia llegara a Madrid, tras un exilio forzado. Saab aseguró que el gobierno venezolano y el español habían acordado el salvoconducto que permitió la salida del opositor del país sudamericano. Según Saab, el Ministerio Público venezolano estaba al tanto del momento exacto en que González Urrutia ingresó a la embajada de España en Caracas, y que el salvoconducto fue resultado de un acuerdo bilateral entre los dos gobiernos. Esta afirmación subraya que la salida de González no fue simplemente una evacuación de emergencia, sino el resultado de una negociación y un acuerdo diplomático entre Venezuela y España.

Por otro lado, José Manuel Albares, en una entrevista reciente con RTVE, negó categóricamente cualquier tipo de negociación política entre ambos países. Albares insistió en que la salida de González Urrutia se trató únicamente de una solicitud de asilo y no de un acuerdo diplomático. Según el ministro, el Gobierno español no tuvo ninguna participación en la facilitación del salvoconducto y descartó cualquier tipo de negociación con el régimen de Nicolás Maduro. Albares también utilizó la ocasión para criticar al Partido Popular, argumentando que su apoyo a la causa venezolana es una estrategia para desgastar al actual Gobierno.

La contradicción se vuelve más pronunciada cuando se examina el contexto del traslado de González Urrutia. Albares afirmó que, de haber estado en Madrid, habría recibido personalmente al exdiplomático. Sin embargo, el traslado de González Urrutia desde la embajada de los Países Bajos en Caracas hasta la embajada española y finalmente a la Base Aérea de Torrejón de Ardoz en Madrid, con un avión de la Fuerza Aérea Española y la presencia del secretario de Estado de Asuntos Exteriores y Globales, Diego Martínez Belío, sugiere un nivel de coordinación más complejo de lo que Albares ha admitido.

La situación se complica aún más con las revelaciones de Saab sobre las condiciones impuestas para la salida de González Urrutia. El fiscal general venezolano mencionó que se le exigió al opositor que firmara un documento comprometiéndose a no seguir en política, una afirmación que añade un matiz de presión y negociación que no ha sido confirmado ni desmentido por el Gobierno español. Este detalle ha levantado sospechas sobre la verdadera naturaleza del asilo concedido a González y sobre el papel que España jugó en su proceso de salida.

Además, la negación del Gobierno español de reconocer a González Urrutia como presidente electo de Venezuela, en contraste con las declaraciones de Saab que implican un acuerdo formal entre los gobiernos, añade una capa adicional de complejidad. Albares ha defendido la posición de España dentro de la postura común de la Unión Europea, que no reconoce la victoria de González en las elecciones del 28 de julio, aunque ha asegurado que España está comprometida con el apoyo a los líderes opositores venezolanos.

En respuesta a las críticas, el Gobierno español ha mantenido que la situación de González Urrutia es un caso aislado de asilo político y no de exilio forzado. Sin embargo, las contradicciones entre las declaraciones oficiales y las revelaciones del régimen venezolano continúan generando dudas sobre la transparencia y la veracidad del proceso.

Esta controversia no solo pone en evidencia las tensiones entre España y Venezuela, sino que también plantea preguntas sobre la política exterior española y su manejo de situaciones diplomáticas delicadas. Mientras tanto, la comunidad internacional observa atentamente el desarrollo de este conflicto y las posibles implicaciones para la relación entre ambos países.

Delcy Rodríguez sostiene que hubo «amplias conversaciones»

La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, ha contradicho en la madrugada de este lunes al ministro de Exteriores de España, José Manuel Albares, al asegurar que han habido «amplias conversaciones y contactos» para garantizar la salida del país por parte del excandidato opositor venezolano Edmundo González hacia España, mientras que el jefe de la diplomacia española niega cualquier negociación al respecto.

«La falsaria no es buena consejera. Amplias conversaciones y contactos tuvieron lugar para operativizar la partida del opositor González Urrutia del país con las plenas garantías que ofrece un salvoconducto, producto del acuerdo entre ambos gobiernos. Es un hecho comunicacional el aterrizaje de una aeronave de la Fuerza Área española con autorización de las autoridades aeronáuticas de Venezuela», ha afirmado Rodríguez en su canal de Telegram.

Estas declaraciones hacen referencia a unas palabras de Albares en las que afirma que «no ha habido ningún tipo de negociación política entre el gobierno de España y el gobierno de Venezuela» y que la solicitud de asilo político ha sido una decisión «personal» de González.

«El Gobierno de España no da ninguna contrapartida para que se haya podido producir esa salida de Edmundo González», ha aseverado Albares.

Albares lo niega

Por su parte, Albares desmiente a Delcy Rodríguez: «No ha habido ninguna negociación ni contrapartida» con el Gobierno venezolano.

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación también ha dicho que Edmundo González gozará de «libertad de expresión» ahora que se encuentra en España.

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