Page augura que el cupo catalán no saldrá adelante: «Creo que incluso los de ERC estaban avisados»

«No hay previsibilidad posible», es lo que responde Emiliano García-Page ante la pregunta sobre la salud de la legislatura. Para el presidente de Castilla-La Mancha ni el presidente del Gobierno lo tiene claro. En el Foro ABC que ha protagonizado este miércoles, insistió en que el acuerdo con ERC para un concierto fiscal para Cataluña a cambio de la investidura de Salvador Illa «no puede salir». «Quiero seguir viviendo en esta España», ha señalado, y a renglón seguido, ha manifestado que cree incluso que los que negociaron ese acuerdo por parte de los republicanos «estaban avisados» de que no podría salir.

Para el dirigente socialista, quien tiene «la papeleta» en la legislatura es Carles Puigdemont, aunque, a su juicio, se abre un gran dilema ante él: si no aprueba los presupuestos, el Gobierno podría dar marcha atrás en lo que acordó con él; pero si sí da su apoyo, Pedro Sánchez tiene «manos libres» y podría quedarse sin nada de lo que consiguió que le prometieran. «Tiene un problema enorme», ha afirmado.

Page ha vuelto a exponer que el modelo de financiación que defiende es uno que sea «redistributivo». «La riqueza es nacional», ha señalado, como ha hecho en sus declaraciones públicas desde que se abrió el debate y entre ellas cuando acabó su reunión con Pedro Sánchez en Moncloa. Cree que lo que debe salir del Congreso que el PSOE celebrará en Sevilla en unas semanas es una «revalidación» de lo que salió en el de Granada, cuando los socialistas –incluido el PSC– rechazaron los privilegios.

Respecto a ese Congreso Federal, que se produce en un momento crítico para el PSOE, García-Page, que ha resaltado que Sánchez ya ha sido reelegido, por lo tanto, en ese sentido, y en este contexto, no va a haber «pelea orgánica», apunta que en él se medirá «no tanto el nivel de ataques como la ausencia de defensas» y «no tanto el nivel de aplausos como el tono de los aplausos». A su juicio, los temas que se deberían abordar en él son la financiación, la vivienda y la igualdad, ha dicho, entre críticas a los socios del Gobierno.

El centro de inmigrantes es «ilegal»

García-Page también se ha pronunciado de nuevo sobre el proyecto para instalar un centro de inmigrantes en el aeropuerto de Ciudad Real, una pretensión del Gobierno central de la que, según señala la Junta, no se ha informado al Ejecutivo autonómico. El líder regional ha reiterado que la instalación de ese centro es «una clara ilegalidad». «Que la empresa lo único que se plantee es una explotación de negocio sobre los seres humanos (...) me parece que no se puede amparar políticamente», ha reprochado, al tiempo que ha criticado que se pretendiera hacer «sin hablar con nadie y de la noche a la mañana».

El presidente castellanomanchego aboga por alcanzar consensos en Europa y en España para abordar el problema migratorio, y cree que no se debe «entrar al juego» en torno al negocio montado en torno a la inmigración. «No viene cualquiera, viene el que se lo puede permitir y el que entra en una mafia, la mayoría. Esto supone un problema de fondo. Mientras no tengamos claridad lo demás son parches», ha expresado.

La reforma que beneficia a etarras

Preguntado por otra cuestión de actualidad, como es la reforma legal que el Gobierno ya ha llevado al Boletín Oficial del Estado que beneficiará a decenas de presos de ETA, García-Page ha asegurado que le «repugna», como también el hecho de que esto sea «objeto de transacción». «Bildu influye mucho», ha señalado. Y ha subrayado que, si bien él no vive en el rencor, «la primera cuestión para el perdón es el propósito de enmienda y el reconocimiento de la culpa».

En su intervención previa al turno de preguntas, ha recalcado cinco cuestiones que a su juicio deberían abordarse: reconstruir la España «moderada» frente a los «populismos» y la política de muros recuperando consensos; pactar la competitividad del país; una «reflexión constitucional» frente a «los caballos de Troya» que pretenden desarticular la Carta Magna; la financiación y la ordenación territorial para renovar el modelo de financiación y dejar claras las competencias de cada región frente al «mercadeo»; y abrir una «reflexión armonizadora».