Fundado en 1910
Alberto Núñez Feijóo se dirige a Pedro Sánchez durante el cara a cara

Alberto Núñez Feijóo se dirige a Pedro Sánchez durante el cara a caraEFE

Sin respiro

La penúltima sesión de control del año en el Congreso termina en naufragio para el Gobierno

Sánchez solo quería hablar de economía y entre Feijóo y la portavoz de Junt le hicieron un placaje con la corrupción y sus pactos incumplidos. El ministro Torres se mostró especialmente nervioso

La airada reacción del ministro Ángel Víctor Torres cuando la diputada del PP Ester Muñoz le preguntó por su relación con Víctor de Aldama fue directamente proporcional al estado de nerviosismo del Gobierno ante los casos de corrupción que le rondan. El titular de Política Territorial acusó a su interlocutora de hacer un «ridículo espantoso» por sacar a colación los contratos bajo sospecha del Gobierno de Canarias cuando él lo presidía y le recomendó que más le valdría «pedir perdón».

La sesión de control al Gobierno en el Congreso de este miércoles no fue una más. Fue la penúltima de un año que, para el Ejecutivo, empezó con la detención de Koldo García y la expulsión de José Luis Ábalos del Grupo Parlamentario Socialista y termina con: «Cuatro sumarios, 15 delitos y 11 ministerios investigados», según el recuento que le hizo el portavoz del PP en la Cámara Baja, Miguel Tellado, a Félix Bolaños. «Un Gobierno tocado y hundido por la corrupción».

El presidente, las vicepresidentas María Jesús Montero y Sara Aagesen y los ministros del ala socialista tuvieron que defender el fuerte del Ejecutivo como pudieron frente a las embestidas del PP, de Vox y también de Junts, cuya portavoz se sumó a la ofensiva contra Pedro Sánchez para recordarle en manos de quién está: «Muevan el culo, hagan el trabajo que tienen que hacer y paguen lo que deben a los catalanes», le exigió Míriam Nogueras.

A ésta se dirigió Alberto Núñez Feijóo desde su escaño para decirle: «Claro que Sánchez no es de fiar, claro que les ha engañado, claro que les va a seguir engañando. Yo se lo he dicho hace mucho tiempo y se lo reitero», en un guiño que se produjo un día después de que el PP y Junts pactaran suspender el impuesto a la generación eléctrica. Y dos días después de que Carles Puigdemont pidiera a Sánchez que se someta a una cuestión de confianza.

El presidente llegó al hemiciclo con una intención: hablar de economía, economía y economía, después de que el semanario The Economist publicara en su último número un artículo situando a España «como la economía que mejor desempeño ha tenido en todo el mundo en el año 2024», según Sánchez. Pero apenas tuvo ocasión. Feijóo rápidamente le bajó la euforia: «Su precariedad parlamentaria es comparable con su debilidad judicial. Sus socios, donde usted ve entendimiento, ven engaños. Y los jueces, donde usted ve comportamientos ejemplares, ve indicios del delito», señaló el líder de la oposición.

La sesión de control al Ejecutivo dejó escenas de la extraña normalidad en la que está inmerso el Gobierno en estos últimos meses: a la vicepresidenta Montero poniendo de nuevo la mano en el fuego por su jefe de Gabinete -señalado por el empresario corruptor-; al ministro del Interior teniendo que explicar de nuevo por qué Aldama fue confidente de la Policía y de la Guardia Civil y hasta condecorado por la Benemérita; y al ministro Bolaños haciendo preguntas a los portavoces del PP y de Vox para no contestar las que le tocaba responder a él. «¿Qué opinión tiene sobre el señor Aznar, que le condenaron a prisión a tres ministros por robar?», «¿y qué opinión tiene usted del señor Rajoy, que condenaron al PP por lucrarse de un caso de corrupción?», le preguntó a Tellado.

La vicepresidenta María Jesús Montero en su escaño

La vicepresidenta María Jesús Montero en su escañoEFE

Ello en un ambiente de todo menos prenavideño, con contantes murmullos y quejas en el hemiciclo y hasta dos llamamientos al orden al diputado del PP Agustín Conde por parte del vicepresidente primero del Congreso, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, que hacía las veces de presidente en ausencia de Francina Armengol.

Para los postres quedó el cara a cara entre el ministro Óscar López y el diputado del PP Jaime de los Santos. «¿El pisito de la calle Atocha era para cobrar mordidas o sencillamente para seguir abusando de mujeres prostituidas?», preguntó a bocajarro este último. Y López aprovechó que De los Santos fue hace años asistente de la mujer de Mariano Rajoy en la Moncloa para mezclar de todo en la coctelera: «¿Recibió usted al señor Bárcenas cada vez que iba a la Moncloa, le mandaba cajas de puros? Tomen mucha tila, que les quedan por lo menos tres años de Gobierno progresista», acabó.

comentarios
tracking