Bolaños, cuando le comunican que no puede acceder a la tribuna de autoridades del desfile del 2 de mayo de 2023
La venganza de Bolaños tras ser vetado en la tribuna del Dos de Mayo: dejar a Madrid sin desfile militar
El ministro de Presidencia, que ni siquiera había sido invitado, intentó presidir hace dos años la parada militar, y no encajó bien la derrota
Ya las Cortes de Cádiz decretaron en 1811 un «aniversario perpetuo» del Dos de Mayo y con «formación de tropas y salvas militares»
Dos años después de que el Gobierno socialista intentara apropiarse sin éxito de la celebración madrileña del Dos de Mayo, ese mismo Gobierno ha decidido suprimir el desfile militar. Salvo una corrección de última hora, por primera vez desde hace algo más de dos siglos -salvo en la Guerra Civil-, las Fuerzas Armadas no estarán presentes en el homenaje del pueblo de Madrid a sus héroes de 1808, dos de los cuales -los capitanes de Artillería Luis Daoiz y Pedro Velarde- eran precisamente militares.
La inexplicable decisión del Gobierno de Pedro Sánchez no se entiende sin dos elementos clave: uno es la actitud que mantiene el presidente del Gobierno con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a la que ve como su principal rival político. Y el otro es el incidente registrado hace ahora dos años, cuando el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, se presentó en la celebración de las fiestas del 2 de mayo en la Comunidad de Madrid sin haber sido invitado. De hecho, acudió como acompañante de la ministra de Defensa, Margarita Robles, que sí estaba invitada.
Forcejeo y memes
Durante la primera parte del acto -imposición de condecoraciones y discursos- la Comunidad cedió al ministro un asiento en primera fila, pero después, ya en el exterior de la Real Casa de Correos, Bolaños intentó apropiarse de la celebración, acceder a la tribuna y presidir el desfile militar. Y fue entonces cuando la responsable de Protocolo de la Comunidad de Madrid le recordó que su presencia en la tribuna no estaba prevista y le impidió subir.
En la tarima, ya estaba la representante del Gobierno, que era la ministra de Defensa, junto a la anfitriona, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Además, estaban el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, a quien el decreto de precedencias del Estado le otorga un lugar destacado; el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Teodoro López Calderón; la entonces presidenta de la Asamblea, Eugenia Carballedo, y el entonces vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio.
El vídeo en el que protocolo impide a Bolaños subir a la tribuna de autoridades
Bolaños no consiguió su objetivo y aquella derrota no la encajó nada bien, especialmente después de que se hicieran virales sus vídeos con el incómodo forcejeo que mantuvo con una funcionaria y de que aquella situación inspirara cientos de memes en las redes sociales. Lo sorprendente ha sido la respuesta del Gobierno dos años después del incidente: castigar a Madrid sin unas Fuerzas Armadas que llevan más dos siglos acompañando al pueblo en el aniversario más importante su historia.
Desde 1814 con tropas
De hecho, tanto durante la Monarquía como en las dos Repúblicas y en el franquismo, el Ejército ha participado en esa celebración que empezó a solemnizarse en 1814, cuando Madrid exhumó los restos mortales de sus héroes para darles una sepultura más digna.
El vínculo del Ejército con el Dos de Mayo es tan antiguo y sólido que ya las Cortes de Cádiz aprobaron un decreto el 2 de mayo de 1811 que establecía la celebración de «un aniversario perpetuo» y con «formación de tropas», «en memoria de los primeros mártires de la libertad nacional». Dicho decreto establecía: «Que en la iglesia mayor de todos los pueblos de la Monarquía se celebre en lo sucesivo con toda solemnidad un aniversario por las víctimas sacrificadas en Madrid el 2 de mayo de 1808, a que concurrirán las primeras autoridades que en ellos existieren, y habrá formación de tropas, salvas militares, y quanto (sic) las circunstancias de cada pueblo pudieren proporcionar para la mayor pompa de esta función tan patriótica como religiosa».
