Los regantes claman al Gobierno por tres embalses en el Guadalquivir para evitar nuevas catástrofes

Los embalses sirven tanto para paliar la sequía como para evitar catástrofes como la de Valencia. La Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) reclama al Gobierno de España, con las competencias en la cuenca del Guadalquivir, que agilice la tramitación de los tres embalses previstos en su planificación hidrológica: el recrecimiento del Agrio, San Calixto y Cerrada de la Puerta.

Los regantes de Feragua, presentes este pasado jueves en la Comisión Permanente de Seguimiento de la Sequía de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, señalan que estas infraestructuras, demandadas desde hace años, «además de almacenar agua cumplirán una función esencial en la laminación de avenidas, y uno de ellos, el de San Calixto, está incluido en el Plan de Gestión de Riesgos de la Cuenca como infraestructura clave para evitar inundaciones en Écija y Palma del Río».

Se quejan de que «estos tres embalses aprobados en la planificación hidrológica ya hubieran podido estar en funcionamiento, pero ninguno tiene proyecto cerrado aún, por lo que es imposible pensar en ellos como solución antes de diez años».

El presidente de Feragua, José Manuel Cepeda, ha criticado la parálisis administrativa en obras de regulación en los últimos 15 años y la falta de voluntad e iniciativa políticas para ejecutar las presas que estaban aprobadas en la planificación hidrológica del Guadalquivir, que «ha sido papel mojado». De hechos, estos tres embalses llevan en la planificación desde 2009 y ya hubieran podido estar en funcionamiento si se hubieran cumplido unos plazos lógicos.

Proyectos sin cerrar

El embalse del recrecimiento del Agrio, el más pequeño de los tres, está en redacción de proyecto y podría empezar a ejecutarse dentro del actual ciclo hidrológico. En los otros dos aún no se ha licitado siquiera la redacción del proyecto. Tanto San Calixto como Cerrada de la Puerta acaban de pasar la etapa de autorización de los pliegos de condiciones para la redacción de proyecto, que es el paso previo a la licitación de esa redacción de proyecto y estudio de alternativas.

Estos tres embalses sumarían un volumen de agua almacenada de unos 350 hectómetros cúbicos, aportando una capacidad de regulación a la cuenca de entre 120 y 150 hectómetros cúbicos anuales y ayudando a paliar el déficit hídrico en el Guadalquivir, que «va a crecer en la cuenca un 64 % hasta 2039 a causa del cambio climático, que también incrementará los fenómenos meteorológicos adversos», según las previsiones.

Feragua asegura que las infraestructuras proporcionarían «una mayor defensa frente a las lluvias torrenciales, contribuyendo a una mejor gestión de los recursos disponibles, facilitando un mayor aprovechamiento de las escorrentías y una atención más directa y cercana a las necesidades de riego».

Por ello, los regantes reclaman al Gobierno de Pedro Sánchez «un abandono radical de las políticas que hasta ahora han priorizado el medio ambiente sobre las personas y cuyas consecuencias han quedado evidenciadas en la tragedia de Valencia». «Hay que quitarles a las obras de regulación el estigma negativo que tienen y comprender que son infraestructuras verdes que generan riqueza, empleo, proporcionan garantía alimentaria y además salvan vidas cuando se producen lluvias torrenciales», sostiene el presidente de Feragua.