Cádiz
El huerto solidario chiclanero que ayuda a «encontrar un futuro» a los inmigrantes
La Petite es una iniciativa impulsada bajo el marco de la Fundación Esperanza en Acción
Jose González y Rocío Martínez son los responsables del proyecto La Petite, un huerto formativo por el que han pasado 20 inmigrantes que huyeron de su país por guerras, falta de derechos y pobreza.
La iniciativa, además de proporcionar un lugar en el que aprender un empleo, da cobijo a jóvenes que han perdido las esperanzas en tener un destino provechoso, un futuro laboral estable y una buena calidad de vida. El proyecto ya cuenta con 150 socios que pagan mensualmente una cuota de 20 euros a cambio de recibir cada mes un envío de huevos ecológicos y verduras.
Rocío Martínez, cofundadora de la iniciativa, resalta como algunos de los inmigrantes llegan a parar al huerto tras haber vivido siete años en la calle. Otros transitan un intenso duelo por la pérdida de familiares en el viaje hacia España, siendo en ocasiones testigos de la muerte de seres queridos sin poder hacer nada al respecto.
«He tardado dos años en conseguirlo. La experiencia ha sido dura y bonita a la vez, porque cuando llegas a España no conoces a nadie y estás solo en un país con un idioma y una cultura diferente. Pero Jose y Rocío, los fundadores, me han ayudado muchísimo y se han convertido en mi familia aquí», comenta Fouad Lamzande, un joven que llegó al país en patera y que tras vivir una situación de sinhogarismo, La Petite le dio un espacio en el que dormir, estudiar y sentirse arropado.
Asimismo, añade: «No todos tenemos la fortuna de llegar a la otra parte. Hay quienes se ahogan, se quedan sin gasolina, sin comida o se pierden dentro del mar porque no se ve nada, solo agua. Yo he sobrevivido y sé que es una oportunidad que no puedo dejar pasar».
Por si fuera poco, además de ser una tabla de salvación para muchos ciudadanos, la huerta gaditana que cuenta con 2,5 hectáreas obtuvo el galardón de mejor huerto educativo de la provincia de Cádiz en 2023.
Misión del huerto
«Nuestro trabajo principal con estos jóvenes migrantes es darles todo lo que necesitan para que tengan su autonomía: alimentos, habitación, educación y clases de español, pero además les ofrecemos que se formen en el huerto para que cuando cumplan los requisitos legales podamos regularizar su situación y encontrarles su primer puesto de trabajo», indica Jose González, el otro cofundador de La Petite.
Jose y Rocío no solo me han ayudado a encontrar trabajo o vivienda. Me han ayudado a encontrar un futuroInmigrante que lleva seis años en España
Son varias las historias de superación que han brotado de la huerta. Una de ellas es la de Tierno Ousmane, que partió desde Guinea-Conakri y que lleva casi seis años en España. «Jose y Rocío no solo me han ayudado a encontrar trabajo o vivienda. Me han ayudado a encontrar un futuro», subraya Ousmane.
Por otra parte, Abdou Ceesay, inmigrante que tardó cinco años en conseguir llegar a España, detalla: «Yo salí desde Gambia y crucé Senegal, Mali, Argelia y Marruecos. Allí cogí la patera y llegué a Lanzarote. Después llegué a Sevilla y ya a Chiclana, donde conocí a Jose y Rocío. Desde que salí de Gambia pasaron cinco años porque crucé el desierto del Sahara a pie, luego en coche, luego andando...».
La situación de Ceesay ahora es totalmente distinta: «Ya puedo ganar mi sueldo. Ahora mismo estoy bien, feliz y contento, porque creo que todo va a ir muy bien. Aunque ya tengo trabajo, sigo viniendo los sábados para ayudarlos con el huerto, porque nunca olvido lo que han hecho por mí». Si hay algo claro en esta historia es que nunca un huerto dio tan buenos brutos.