Ortiz Palomo encabeza las labores de formación y acompañamiento de los 11 seminaristas malagueños

Ortiz Palomo encabeza las labores de formación y acompañamiento de los 11 seminaristas malagueñosDiócesis de Málaga

Entrevista al rector del Seminario Diocesano de Málaga

Ortiz Palomo: «Hay buena cantera de seminaristas en Málaga y, si Dios quiere, va a ir aumentando»

El sacerdote considera esta institución malagueña una fuente de cultura y educación desde sus comienzos, a finales del siglo XVI

El Seminario Diocesano de Málaga se encuentra inmerso en unas semanas de celebraciones. Por un lado, la fiesta del próximo domingo, Día del Seminario; por otro, la conmemoración del centenario del primer curso que se impartió en el actual edificio, cuya primera piedra puso San Manuel González, en su día obispo de Málaga.

Para el rector de esta histórica institución, el sacerdote Juan Manuel Ortiz Palomo, el Seminario sigue más vivo que nunca y su misión permanece inalterable: ayudar a la formación de los jóvenes que han decidido consagrar su vida al servicio de Dios.

— Este domingo, 16 de marzo, se conmemora el Día del Seminario, ¿cómo lo van a celebrar en el Seminario Diocesano de Málaga?

— Bueno, el domingo es el día grande, pero llevamos prácticamente todo el mes celebrando y visitando con los chavales todas las parroquias y comunidades parroquiales de la provincia de Málaga, haciéndonos presentes en toda la diócesis, presentando la realidad del Seminario. Y el domingo es la gran celebración y estaremos con don Jesús, el señor Obispo, en la misa de la Catedral. Iremos tanto el Seminario Mayor como el Seminario Menor y después celebraremos juntos todo el día de convivencia, comeremos juntos, habrá un partido de fútbol entre mayores y menores… Va a ser un gran día.

— ¿Qué diferencia existe entre el Seminario Mayor y el Seminario Menor?

— El Seminario Mayor es el que todos más o menos podemos tener en nuestra mente, el que está integrado por los jóvenes que, una vez han terminado su Bachillerato, están formándose para llegar a ser sacerdotes; el Seminario Menor está formado por los chavales que todavía están haciendo la ESO y el Bachillerato, que viven con sus familias y que una vez al mes vienen de convivencia. Lleva en funcionamiento más de 40 años en Málaga y sirve de acompañamiento a estos niños y estos jóvenes en su camino a una posible vocación, a una entrada en el Seminario Mayor. De hecho, uno de nuestros 11 seminaristas pasó en su día por el Seminario Menor.

— ¿Cómo son esos 11 seminaristas malagueños? ¿Hay buena cantera en Málaga?

— Desde luego, y, si Dios quiere, una cantera que va a ir aumentando poquito a poco porque estamos en este momento en nuestro número más bajo, pero posiblemente de cara al curso que viene vamos a encontrarnos con algunos seminaristas más porque los jóvenes siguen preguntando, siguen interesándose por esta realidad del Seminario.

— ¿Son muy diferentes los seminaristas de hoy a los de hace 20 años?

— Hace 20 años yo era seminarista porque llevo 21 de cura… Pues las diferencias, ni más ni menos, que las que puede haber entre los jóvenes de hoy y los de hace un par de décadas. Yo creo que los seminaristas de principios de siglo éramos jóvenes de aquel momento y los seminaristas de ahora son jóvenes de este momento.

— Usted afirma que, a pesar de ser una institución histórica, el Seminario Diocesano no es una institución desfasada, sino que se esfuerzan por adaptarse a la realidad del mundo, a la modernidad. ¿En qué consiste esa adaptación?

— Posiblemente, esa sea la cuestión en la que la Iglesia pone más cuidado. La Iglesia, por su misma dinámica, genera una impresión de que no cambia nunca, de que siempre dice las mismas cosas. Y, sin embargo, con el tema de la formación, por ejemplo, está al cabo de la calle, está intentando actualizar esa formación porque vemos que el mundo va cambiando mucho y, para ofrecer la buena noticia de Jesucristo, que es para lo que existe la Iglesia, necesitamos estar muy al cabo de la calle. Entonces intentamos estar muy actualizados, por ejemplo, con la formación con las nuevas tecnologías, el estar presentes en Internet, porque si quieres estar en contacto con los jóvenes, hoy tienes que estar ahí.

— Hoy en día parece que hay una nueva «moda», una nueva corriente en la que los jóvenes se atreven a hablar sin complejos de su fe. Existen, incluso, influencers católicos en redes sociales. ¿Cree que esto ayuda a que haya un repunte en las vocaciones, que influye de alguna manera?

— No sé si sería una causa-efecto, pero creo que un poco el ir madurando la presencia pública de la Iglesia en la actualidad, el ir perdiendo los complejos, como tú muy bien dices, yo creo que está ayudando a esta realidad, está ayudando a que podamos actuar de otra manera, a actuar con más libertad y que la gente no tenga problema en decir «yo soy católico y debes respetar mi fe».

— De cara al futuro más próximo, ¿cuáles son los retos inmediatos del Seminario?

— Por un lado, seguir cumpliendo su gran objetivo, que es el de formar a los curas que la Diócesis de Málaga necesita para el mundo de hoy. Ese es el gran objetivo que nosotros tenemos. A partir de ahí, seguir ofreciendo respuesta a los jóvenes que se plantean seguir al Señor.

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