La Universidad de Sevilla sucumbe a la presión de sus estudiantes violentos y suspende relaciones con Israel
Pese a que la US concedió a los que protestaban una zona de acampada y otros servicios, los más intolerantes han elevado el tono de sus reivindicaciones hasta el punto de intentar reventar el claustro de la Hispalense
La Universidad de Sevilla (US) ha sucumbido a las presiones de los estudiantes pro Palestina más violentos y a pesar de reconocer que sus protestas intentaron «alterar» la actividad académica de la institución, ha decidido «suspender temporalmente» sus relaciones académicas e investigadoras con Israel.
El rector de la US, Miguel Ángel Castro, ha anunciado en el seno del claustro de la Hispalense esta decisión, alineándose así con lo aprobado por la CRUE (Conferencia de Rectores de España).
La universidad sevillana mantenía hasta ahora un convenio de intercambio académico, científico y cultural con la Universidad Ben Gurion, así como las actividades de movilidad con la Technion-Israel Institute of Technology y las correspondientes a los tres proyectos de investigación actualmente vigentes de programas europeos con las universidades israelís incluidas.
Protestas de los acampados
Se da la circunstancia que mientras en el interior del claustro se tomaba esta decisión, los activistas pro palestinos protagonizaban una protesta en la Escuela Superior de Arquitectura, donde se celebraba la reunión.
Los acampados han acusado a la US de «patrocinar» los asesinatos cometidos por las fuerzas armadas israelíes en Gaza y han llegado a intentar acceder a la sesión, pero no lo han conseguido gracias al cierre de puertas y la presencia policial.
En todo caso, el pasado 14 de mayo, la universidad ya tuvo que condenar «el asalto de sus barreras» por parte de los manifestantes. Pese a que la US concedió una zona de acampada para que desarrollaran la protesta, estableciendo baños de acceso 24 horas, así como suministros de agua, electricidad y contenedores para los residuos, no fue suficiente para intentar evitar el conflicto. Todo ello, en plena temporada de exámenes finales.
Parte de los que protestaban no aceptaron quedarse en la zona de acampada proporcionada y se instalaron en la parte que daba a la sevillana calle de San Fernando, lo que supuso una ocupación no permitida del espacio universitario que a juicio de la US, atentaba «contra los principios básicos de la convivencia y el diálogo que preside siempre la vida universitaria».
El rector ha lamentado las citadas situaciones, manifestado que está «absolutamente en contra» de este comportamiento y que la Universidad intentará «que no ocurran en la medida» de sus posibilidades, abogando por el «respeto mutuo» y la necesidad de «priorizar las actividades académicas». Del mismo modo, ha avisado sobre las peticiones que exceden de las competencias con las que cuentan las universidades.