La izquierda sevillana pide escarmentar al rector de la Universidad por el 'delito' de proteger sus instalaciones

La izquierda andaluza no perdona al rector de la Universidad de Sevilla su decisión de pedir a la delegación del Gobierno que desalojara a los estudiantes propalestinos que ocuparon ilegalmente el Decanato de Filología para proteger sus instalaciones.

El concejal de IU en Sevilla Ismael Sánchez ha anunciado la presentación de una moción urgente en el próximo Pleno del 20 de junio en la que propone que el Ayuntamiento declare 'persona non grata' a Miguel Ángel Castro.

Tras la solicitud de Castro, los antidisturbios procedieron al desalojo de los universitarios a favor de las reivindicaciones palestinas, que además exigían al rectorado que rompiera cualquier vínculo con las instituciones educativas de Israel.

Por ello, Izquierda Unida, siguiendo la misma línea de los acampados, denuncia que aquel desalojo se hizo con «extrema brutalidad», pese a tratarse de «una acción de protesta no violenta, causando heridas a varias personas que han necesitado de atención hospitalaria: »el máximo responsable de la institución universitaria debe asumir responsabilidades", ha añadido Sánchez.

«La representación de la soberanía popular debe reprobar al rector, y por eso IU impulsará una moción en el próximo pleno del Ayuntamiento para que se declare a Miguel Ángel Castro como persona non grata de la ciudad de Sevilla», ha puntualizado.

El grupo izquierdista ha denunciado que además de desalojar el decanato, la Policía desmanteló de paso la acampada universitaria en apoyo a Palestina que pedía también la ruptura de relaciones económicas, políticas y comerciales con Israel.

A grandes males, grandes remedios

La acampada comenzó a mediados de mayo, con los estudiantes marcando distancias con el rectorado y con la zona autorizada para expresar y reivindicar sus posturas.

Así, y al poco de comenzar, la US condenaba dicha acampada esta noche la acampada al señalar que se llevó a cabo en un lugar distinto al acordado, afectando de esta manera a la vida «laboral y académica» de la institución.

La institución educativa expresó su postura en un comunicado después de que un grupo de estudiantes decidiera tomar el acceso principal al Rectorado, en la calle San Fernando, para montar allí su protesta tras decidir en asamblea no acampar en el lugar autorizado por la Universidad, en la entrada de la Facultad de Geografía e Historia.

Por si fuera poco, y con el paso de los días, la cosa fue a peor. Los estudiantes decidieron dar un paso más y ocupar el Decanato de Filología, lo que llevó a la Universidad a temer tanto por su mobiliario como por sus instalaciones, ya que dicha entrada para nada estaba autorizada.

Finalmente, el rector movió ficha y la Policía Nacional desalojó a los universitarios que habían ocupado dicho espacio con el objetivo de seguir presionando a la institución para la ruptura de relaciones con Israel.

Pese a las críticas por la supuesta violencia con que se produjo dicho desalojo, la US no se amilanó y expresó así que no tuvo otra alternativa si quería garantizar el correcto funcionamiento de la vida académica. «Las actuaciones de estos individuos han ido incrementando su hostilidad y agresividad en las últimas fechas, creciendo la indignación de nuestra comunidad y aumentando las dificultades para el desarrollo de las actividades académicas en este momento del curso académico de singular importancia y trascendencia para nuestro estudiantado».