Imagen del acusado en el juicio por el asesinato del padrastro de su novia en las Tres Mil Viviendas

Imagen del acusado en el juicio por el asesinato del padrastro de su novia en las Tres Mil ViviendasEuropa Press

Sevilla

Condenado a 12 años y medio de prisión por matar a puñaladas al padrastro de su novia en las Tres Mil

La Audiencia de Sevilla castiga al Monte por un delito de asesinato con la atenuante muy cualificada de drogadicción

La Audiencia de Sevilla ha condenado a 12 años y medio de cárcel a un hombre por matar a puñaladas al padrastro de su pareja en las Tres Mil Viviendas, unos hechos admitidos por el acusado ante un jurado popular.

En la sentencia, la Audiencia castiga a Francisco G. M., un conocido ladrón de 32 años apodado El Monte, por un delito de asesinato con la atenuante muy cualificada de drogadicción y lo obliga a indemnizar a la familia del fallecido con un total de 240.000 euros.

El jurado popular consideró probado que los hechos se produjeron sobre las 18:00 horas del 5 de septiembre de 2022. El encausado agredió primero a su entonces pareja sentimental en el domicilio que ambos compartían –unos hechos que son objeto de otro procedimiento ante los Juzgados de Violencia sobre la Mujer de Sevilla–, lo que motivó que esta se marchase a casa de su madre, quien convivía con el fallecido, que era su pareja y que, sin ser su progenitor, mantenía «una relación análoga de afectividad» con la agredida.

Sobre las 20:00 horas de ese mismo día, y como quiera que el acusado «imaginaba» que su pareja se encontraba en casa de su madre, «se presentó allí y desde la calle le gritaba para que bajase a hablar con él», momento en el que la víctima, «desde la ventana de su domicilio, le espetó para que dejase de gritar y abandonara el lugar, iniciándose una discusión entre ambos».

En el marco de esta discusión, el acusado, «determinado» a que su pareja bajase, «y con intención de causar un menoscabo patrimonial» al otro varón, se dirigió a su vehículo, que estaba aparcado en la puerta, y le pinchó las ruedas, comenzando a fracturar los cristales y causando daños tasados pericialmente en 455 euros.

El asesino escondía un cuchillo

Al verlo, la víctima bajó a la calle y se encaró con el acusado, quien, «de forma sorpresiva», sacó un cuchillo de grandes dimensiones que portaba escondido e hizo ademán de clavárselo. El fallecido intentó huir, peor no lo logró, ya que fue alcanzado por el investigado, quien, «con la evidente intención de causarle la muerte, asegurando su ejecución sin ningún tipo de defensa por parte» de la víctima, le asestó dos puñaladas por detrás, una en el costado y otra en la espalda.

Seguidamente, el agredido fue trasladado a un centro hospitalario, donde falleció por las heridas sufridas, en concreto por un shock hipovolémico como consecuencia de una hemorragia interna severa causada por heridas con arma blanca que afectaron a órganos vitales, no presentando lesiones de defensa en los brazos o en las manos.

La sentencia subraya que «no tuvo oportunidad de defenderse, pues las puñaladas que recibió le alcanzaron cuando él estaba de espaldas» al Monte, que huyó tras la agresión mortal y fue detenido días después en Los Pajaritos.

Además, considera probado que el condenado era consumidor habitual de diferentes sustancias tóxicas, un consumo que le hacía padecer trastornos mentales y de personalidad, de forma que en el momento de los hechos estaba bajo el influjo de dichas sustancias y ello «limitaba, sin suprimir, sus facultades intelectivas y volitivas».

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