Mario de las Heras
Mario de las Heras

El puente destruido que ha construido un puente político impensable

El alcalde de Talavera del PP, José Julián Gregorio, hizo un llamamiento de unión al que respondieron de forma inusual por la avenencia sin condiciones de Sánchez y Urtasun

Toledo Actualizada 04:30

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de la Junta de Castilla- La Mancha, Emiliano García-Page (2i), durante su visita a Talavera de la Reina para conocer la situación provocada por la crecida del Tajo. EFE/Manu Reino

Emiliano García-Page junto al alcalde de Talavera, José Julián Gregorio, Alberto Núñez Feijóo y Paco Núñez en TalaveraEFE

Castilla-La Mancha puede considerarse una isla en el panorama político español actual. La región donde se producen impensables acuerdos políticos entre diferentes fuerzas políticas. Impensables en la mayoría de las otras regiones españolas.

Impensable era también que la destrucción de uno de los puentes más antiguos de España, el Puente Viejo de Talavera de la Reina, iba a construir un puente político insólito en medio de la polarización rampante, casi tan creciente como el caudal del Tajo que ha causado la catástrofe cultural.

Claro que, aparte de una realidad efectivamente distinta en España, el cálculo político no puede estar ausente de esta manifestación de consenso inaudita en estos tiempos de compartimentos estancos ideológicos.

No es extraño ver al presidente García-Page encontrarse con cordialidad con Feijóo, sobre todo a propósito de los peores sucesos que afectan a la población. Sí lo es, sin embargo, la suma, no a la causa, sino a estos predios de avenencia, más allá de la ideología, de Sánchez o de Urtasun.

Nadie podía sustraerse a una demostración de solidaridad semejante. Casi obligatoria. Era el alcalde de Talavera, José Julián Gregorio, quien hacía el el llamamiento casi inmediato, poco después de producirse el derrumbe, a todas las administraciones para que se sumaran a la reconstrucción.

Sánchez, Urtasun, García-Page y la presidenta de la Diputación María Concepción Cedillo, PSOE, Sumar y PP, decían sí gozosamente como en un mundo ideal: «Entre todas las administraciones arrimaremos el hombro y reconstruiremos el puente», decía el presidente de la Comunidad.

Otro puente

«Contad con el Gobierno de España», escribía el presidente del mismo. El ministro de Cultura declaraba que se habían «activado los equipos de evaluación de daños y los mecanismos para empezar la reconstrucción...». Un oasis de armonía pública a propósito de la destrucción de un puente que ha construido otro puente imposible de «ver» levantado en demasiadas otras cuestiones importantes.

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