Cataluña, Aragón y su batalla por los Juegos de Invierno: ¿quién quiere ser sede en 2030?
Hay diferencias de fondo entre Cataluña y Aragón, y no sólo técnicas, también políticas
¿Se celebrarán finalmente los Juegos Olímpicos de invierno de 2030 en España? El próximo 25 de abril puede ser una fecha de referencia, porque ese día se reunirá el presidente de Aragón, Javier Lambán, con el del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco. El objetivo del encuentro es encontrar una solución definitiva al lío montado por la candidatura conjunta entre Aragón y Cataluña. Y no se trata solo de cuestiones técnicas de dónde se pueden celebrar unas pruebas u otras, sino políticas.
Y es que para empezar no ha habido buena sintonía entre los dos gobiernos autonómicos. El aragonés se sintió menospreciado porque la Generalitat pretendía que Cataluña concentrase la mayoría de pruebas, fuera el epicentro, y se limitara la participación de Aragón e incluso de otros territorios a cuestiones puntuales. Y de eso no hace tanto tiempo. Fue a principios de año. La consejera de Presidencia del Gobierno catalán, Laura Vilagrà, redujo el papel de Aragón a una «colaboración» en determinadas disciplinas y dejó claro que se trataba de una «candidatura catalana», aunque dejaba la puerta abierta a que pruebas minoritarias se pudieran «externalizar a otros territorios».
Poco a poco se fue rebajando el tono, y finalmente se llegó a un acuerdo técnico, que recogía que Cataluña organizaría pruebas como el esquí alpino y de montaña, el snowboard o el hockey sobre hielo en el Palau Sant Jordi de Barcelona. En Aragón se celebrarían las competiciones de esquí de fondo o patinaje artístico. Otras modalidades se celebrarían fuera de España. De hecho, desde la Generalitat han dejado claro que no iban a hacer grandes inversiones en infraestructuras para determinadas modalidades que no tenían tradición o afición en Cataluña, como por ejemplo el salto de esquí o el bobsleigh.
Y cuando parecía que se estaba reconduciendo la situación, el Gobierno aragonés rompió la baraja. No estaba de acuerdo con el reparto, porque consideraba que las pruebas de más tirón se quedaban en Cataluña. De ahí que decidiera presentar su propia propuesta, que contempla que ambas comunidades autónomas compartan el esquí alpino, o el esquí de fondo dividiéndolas por sexos. También, por ejemplo, el snowboard se quedaría en Aragón mientras que el freestyle iría para Cataluña. Considera el consejero de Educación, Cultura y Deporte de Aragón, Felipe Faci, que esta es la mejor propuesta, «equitativa y equilibrada, que contribuye a vertebrar el territorio, tal como se ha venido reclamando en cada una de las reuniones que ha mantenido el grupo técnico».
Propuesta que rechaza la Generalitat, que no la considera «lógica». Es lo que decía la portavoz del Gobierno catalán, Patricia Plaja, quien también apuntaba que deben «ser serios». «Estamos en el punto en el que estábamos, no nos moveremos de aquí», indicó.
Y por si acaso, unos y otros amagan con presentar su propia candidatura. La Generalitat incluso ha llegado a publicar los trabajos, unos informes elaborados entre 2018 y 2021 que se hicieron pensando en este escenario. Preveían unos gastos de 1.391 millones de euros, sin contar infraestructuras y unos ingresos de 1.504. Como sedes se apuntaban las estaciones de La Molina-Masella, Baqueira Beret y el Palau Sant Jordi para el hockey. En estos estudios también se apuntaba que algunas pruebas, como los saltos o el skeleton se tendrían que hacer fuera, con la mente puesta en Albertville o Sarajevo.
Referéndum vinculante
Y a todo esto hay que añadir los problemas internos en Cataluña. No todos apuestan por la celebración de estos Juegos Olímpicos. La CUP y los comunes recelan como mínimo de la apuesta olímpica, cuando no la rechazan de pleno. También hay una plataforma 'Stop JJOO', formada por movimientos ecologistas y del entorno independentista que se opone abiertamente. E incluso se puede dar el caso de que finalmente el COE y los dos gobiernos lleguen a un acuerdo, tras un tortuoso camino, pero Cataluña se descuelgue de la candidatura a la espera de los resultados de un referéndum que se tiene que celebrar en los territorios en los que se celebrarían las pruebas.
De hecho, Cataluña organizará una doble consulta el próximo 24 de julio. Por un lado, se consultará a las comarcas del Alto Pirineo y el Arán si el Gobierno de la Generalitat tiene que presentar una candidatura a los Juegos, a lo que se tendrá que responder con un sí o un no. En este caso se contabilizarán de forma conjunta los votos y, si sale el no, Cataluña se retirará de la candidatura, puesto que la consulta es vinculante.
Pero ese día también habrá un referéndum en las comarcas del Berguedà, del Ripollès y el Solsonès. En este caso la pregunta será la siguiente: «¿Su comarca se tiene que involucrar en el proyecto de los Juegos Olímpicos?». La respuesta será también sí o no, pero en este caso se valorarán los resultados por separado, teniendo en cuenta cada una de las comarcas. Y se puede dar el caso de que una comarca decida implicarse y la otra no. Implicarse significa, según el Govern, que se puedan llevar a cabo trabajos previos, entrenamientos, actividades de tecnificación, o actividades deportivas complementarias.
Pero antes puede llegar una cita importante, el 25 de abril, que es cuando se reunirá el Gobierno de Aragón con el COE. Y como decía Juan Antonio Samaranch, miembro del Comité Olímpico Internacional, «si no hay unidad entre todas las instituciones implicadas y la sociedad civil, no hace falta ni empezar». Desde luego, esta unidad está muy lejos de la que se consiguió para los Juegos de Barcelona 92.