Cataluña
ERC y PSC chocan en los días previos a que se aprueben los presupuestos
Los socialistas mantienen vivas una decena de enmiendas a unas cuentas que aumentan los gastos identitarios
Será el próximo viernes cuando se aprueben definitivamente los presupuestos de la Generalitat gracias al acuerdo entre ERC, PSC y los comunes. Un acuerdo que tardó en llegar por la insistencia de los socialistas en incorporar tres cuestiones que consideraban claves, y a las que los republicanos se oponían: la ampliación del aeropuerto, la carretera B-40 y el proyecto del Hard Rock. Pero a pesar del acuerdo, en los días previos a esa aprobación han vuelto a saltar las fricciones entre los republicanos y el PSC, que quieren marcar territorio.
De hecho, no ha gustado nada a ERC, que los socialistas, con los votos de Junts, Vox, Ciudadanos y PP, tumbaran el plan piloto de la Renta Básica Universal que contemplaba la ley de acompañamiento de los presupuestos, en la comisión de Economía del Parlament. Lo que se votaba era una enmienda a este punto que había presentado el PSC en solitario. Los socialistas defienden que llegaron a un acuerdo con ERC para los presupuestos, pero no para la ley de acompañamiento.
En cualquier caso, el PSC ha presentado once enmiendas que se mantendrán vivas hasta el pleno, aunque puede retirarlas hasta el último momento. Será también en ese pleno, previsto para el próximo viernes, cuando se vea la postura definitiva, porque los grupos también puedan cambiar el sentido del voto respecto a lo que se votó en esa comisión. Pero las discrepancias ahí están. Y la portavoz de los republicanos, Marta Vilalta, ha avisado de que esas enmiendas no deben prosperar para evitar que los presupuestos sean «fuegos artificiales» y una «operación de maquillaje». En definitiva, considera que, si algunas de ellas prosperan, se habría incumplido el acuerdo de presupuestos.
Macroproyectos e infraestructuras
Pero a parte de estas tiranteces con las enmiendas, ERC, a nivel local, ha convocado protestas en contra de los tres macroproyectos que defiende el PSC y que se incluyen en el acuerdo, aunque bien es cierto que no tienen ninguna partida económica asignada. La consejera de Economía, Natalia Mas, decía que en el caso del aeropuerto y de la B-40, conocida también como el cuarto cinturón, dependen de los presupuestos generales del Estado mientras que en el caso de Hard Rock de lo que se trata es de impulsar un acto administrativo.
Y, es más, en el caso del aeropuerto no se habla de ampliación como tal, sino de «modernizar la infraestructura». Y no tiene partida presupuestaria porque AENA no tendrá fondos para una posible ampliación de El Prat hasta 2026. Recordemos, en cualquier caso, que el acuerdo entre republicanos y socialistas en esta materia abre la puerta a traspasar algunas infraestructuras clave, como el aeropuerto. Se habla concretamente de «facilitar el desarrollo de un modelo aeroportuario en el que el Gobierno de la Generalitat de Cataluña forme parte de la gobernanza y permita la conexión con alta velocidad ferroviaria de los aeropuertos de Gerona y Reus».
Participación de la Generalitat en el aeropuerto y cesión de infraestructuras ferroviarias, lo que supone la retirada de Adif. En concreto, se contempla «la cesión de la titularidad de las infraestructuras que puedan ser segregadas de la red ferroviaria de interés general».
Más gasto identitario
Se trata de unos presupuestos que los protagonistas han calificado como los más expansivos de la historia, con 41.000 millones de euros y con un aumento del gasto de 4.000 millones. La presión fiscal se mantiene estable, no se baja ningún impuesto y sube un 2 % los tributos a la riqueza. Cataluña es también la comunidad autónoma más endeudada, con 82.000 millones, pero las cuentas públicas de la Generalitat contemplan más gasto en temas identitarios, como la política exterior o la radio y la televisión pública catalana.
De este modo, los presupuestos contemplan 108 millones de euros para el departamento de Acción Exterior de la Generalitat, diez más que en las anteriores cuentas, lo que supone un incremento de un 11 %. Y en concreto, a la política exterior del Govern se destinarán 29 millones, de los que casi 11 irán a las llamadas delegaciones de la Generalitat en el exterior, una suerte de embajadas. Las intenciones son claras: reforzar y consolidar la red de delegaciones del Govern en el exterior. Actualmente hay operativas 18 y se llegará a las 20 en los próximos meses.
Sube también el gasto destinado para el catalán. Se destinarán 59 millones de euros para su promoción, frente a los 47 del año pasado. Y el Consorcio para la Normalización Lingüística se llevará buena parte de esos recursos, 42 millones de euros, siete más que en las cuentas del año pasado. Un proyecto de presupuestos que también prevé subvenciones para las entidades que fomentan el catalán, como es el caso de Plataforma per la Llengua, que, entre otros cometidos, se dedica a señalar a comercios que no rotulen el catalán, o en el ámbito educativo, a profesores que se den sus clases en castellano, por poner sólo algunos ejemplos.
Y también habrá más dinero para la radio y la televisión públicas, que este año recibirán 336 millones de euros, 32 más que el año pasado. Hay que tener en cuenta que, si el presupuesto de la Generalitat asciende a 41.000 millones de euros, el 0,8 % va destinado a los medios de comunicación.