Nace un colectivo de médicos que se declaran «enfermos de amor por el catalán»

El colectivo se hace llamar Metges pel Català. Incluye a médicos o estudiantes de medicina que aporten ideas sobre cómo mejorar el uso del catalán en la sanidad. De hecho, en su chat de Telegram se definen como «Malalts d'amor pel català» (enfermos de amor por el catalán). Pretenden, entre otras cuestiones, defender el derecho de los pacientes a ser atendidos y a expresarse en su lengua y normalizar el uso del catalán en el ámbito de la salud. El grupo cuenta con unos dos mil miembros.

En un comunicado, los responsables de este movimiento explican que decidieron organizarse después de que detectaran que el catalán había sufrido un retroceso importante en la sanidad, tanto en la atención a los pacientes, como en la investigación. Consideran que detrás de este retroceso está «el desconocimiento amplio de los derechos de los pacientes, la falta de diligencia de las administraciones en implementar actuaciones que prioricen el uso del idioma, así como el cambio profundo en la demografía de los profesionales de la salud, con la incorporación de un número sustancial que no conoce ni usa el idioma regularmente», dicen.

Hay que tener en cuenta, según datos del Colegio de Médicos de Barcelona, que más de un 60 % de nuevos colegiados no son catalanohablantes, o más de la mitad de los estudiantes que cursan medicina en Cataluña son de otras comunidades autónomas o extranjeros.

Lamentan que los propios pacientes y los profesionales sanitarios desconozcan el derecho de los usuarios a «expresarse en la lengua propia de Cataluña y, por lo tanto, a ser atendidos en catalán». En este sentido, defienden la importancia y los beneficios de ser atendido en el idioma del paciente. Por esta razón, explican que «hemos impulsado algunas acciones inmediatas, teniendo en cuenta la urgencia y la inquietud que constatamos por el abandono progresivo del uso de nuestra lengua en la sanidad».

Cursos de catalán

La creación de este grupo coincidió con la polémica surgida por el vídeo de la enfermera gaditana en el que criticaba que para poder sacarse una oposición en Cataluña, tenía que sacarse el C1 del catalán. Tanto el departamento de Salud como el hospital Vall d'Hebron, en el que trabajaba, le abrieron un expediente, que finalmente ha quedado sin efecto al no renovársele el contrato. Y como respuesta, desde la consejería se anunció que se iban a multiplicar por diez y se iban a aumentar de 30 a 300 las sesiones de sensibilización para residentes sanitarios que vengan de fuera de Cataluña. También se va a encargar a la Secretaría de Política Lingüística la «reformulación» de cursos de formación para personal sanitario, para que obtengan la titulación oficial.