El Govern prevé que el sistema Ter-Llobregat entre en fase de emergencia en enero

El sistema Ter-Llobregat que, abastece entre otras zonas a Barcelona y a su área metropolitana, podría entrar en fase de emergencia en enero si no llueve más. Es lo que ha anunciado el consejero de Acción Climática de la Generalitat, David Mascort, que ha puesto en valor el esfuerzo de la ciudadanía para ahorrar agua. Hay que tener en cuenta que esta fase estaba prevista para este mes de diciembre.

Y, de momento, las previsiones «no son buenas», según el consejero. No se prevén lluvias a corto plazo en lo que ha reiterado que es la sequía más intensa, tanto por afectación en el territorio, como por la propia falta de lluvia, en Cataluña, desde que se tienen registros. Pero eso sí, ha destacado que la comunidad ha sido capaz de generar «tanta agua como cabe en el pantano de Sau lleno», y poder alargar, de este modo, la entrada en fase de emergencia. De hecho, durante el mes de noviembre el consumo de agua se redujo un 12%, en comparación a noviembre de 2022.

No habrá duchas en los vestuarios

¿Qué implicará entrar en fase de emergencia? Sí se permitirá regar el arbolado público en los municipios para evitar que estos mueran, al considerar que funcionan como refugios climáticos durante el verano. También se podrán usar las piscinas públicas para hacer deporte y regar los campos de fútbol si fuera necesario, pero eso sí, no funcionarán las duchas de los vestuarios. Pero también implicará que se reduzcan caudales ambientales en los ríos Ter, Llobregat y Muga, y que se retrase la puesta en marcha de nuevas granjas y de hoteles. En definitiva, de las actividades económicas que requieran usos intensivos de agua.

Sobre las sanciones que se han impuesto a municipios por consumir más agua de la permitida, el consejero ha explicado que se han abierto 30 expedientes y que se está en fase de alegaciones. Aunque Mascort ha defendido que no se trata de un régimen «sancionador», sino «concienciador». Han recibido ya estas multas municipios como Begur (Gerona) o Matadepera y Vallromanes (Barcelona). Multas que superan los 50 mil euros por consumo excesivo.