Foto de archivo de un pleno en el Parlamento Europeo

Foto de archivo de un pleno en el Parlamento EuropeoDPA vía Europa Press

Elecciones europeas

Cuatro claves del impacto de Cataluña en las elecciones europeas y la política de la UE

La política catalana tiene un peso considerable en los inminentes comicios comunitarios

El próximo 9 de junio, los españoles están llamados a ejercer su derecho a voto en las elecciones al Parlamento Europeo. A las urnas acudirán 27 estados y tienen derecho a votar 370 millones de ciudadanos. Se eligen un total de 720 diputados, de los cuales España escogerá a 61.

En las últimas semanas, sobre todo tras ganar el PSC en Cataluña, se está intentando convertir las elecciones europeas en un termómetro de la política llevada a cabo por Pedro Sánchez, como si de un nuevo plebiscito se tratara.

La intención del presidente es sacar más votos y representantes que el Partido Popular, para poder presentar como un éxito su gestión política al frente del Gobierno. De ahí la sobreactuación con Javier Milei y la declaración de Estado para Palestina. Teniendo en cuenta esto, ¿qué influencia tendrá Cataluña en estas elecciones?

Cataluña y las europeas

Estamos al principio de las negociaciones para formar gobierno en Cataluña. El PSC, encabezado por Salvador Illa, aspira a presidir la Generalitat, pero aún queda por dilucidar con qué apoyos y compañeros de viaje irá de la mano.

Por otra parte, las encuestas dan la victoria europea al centroderecha. En medio está la polarización que se ha generado con la ley de la amnistía y el procés catalán. La amnistía presuntamente se aprobará antes de las elecciones.

Aquellos contrarios a la amnistía votaron al centro derecha y a la derecha: de ahí el aumento de votos del PP y de VOX. Sin embargo, contrarios a esta votaron al PSC para romper con la dinámica independentista que desde 2012 han llevado impuesto Junts y ERC, con la ayuda de las CUP.

Desde 2017, hay un claro rechazo hacia el independentismo por parte de las instituciones de la Unión Europea, contrarios al fraccionamiento de los Estados. Así las cosas, Cataluña es el refugio tradicional de los partidos nacionalistas, socialistas y de izquierdas.

Los nacionalistas distribuirán a sus electos en diferentes grupos. ERC se integrará en el grupo de Los Verdes. Junts continuará en el grupo de los no adscritos. Sumar-Comunes se integrará en Los Verdes o en la Izquierda Europea. VOX al grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos. Aquí los que se la juegan son Sánchez y Feijóo. ¿por qué?

El duelo Sánchez-Feijóo

EL PSOE está dentro del grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, con 145 diputados. El PP en el Partido Popular Europeo, con 177 diputados. Este grupo ostenta la presidencia de la Comisión Europea y el Consejo Europeo. Actualmente el PP tiene 13 diputados y el PSOE 21, de ellos uno del PSC. Ahí está la confrontación.

Sánchez quiere mantener esta distancia con el PP, aunque la dinámica electoral predice que ocurrirá todo lo contrario, y más con la inesperada subida en Cataluña del PP, alcanzando los 15 diputados. Esto le pone las cosas muy difíciles a Sánchez de cara a las elecciones del 9 de junio.

Si la dinámica electoral se mantiene y el electorado acude a las urnas y no se queda en sus casas, los resultados en Cataluña y los conseguidos en la últimas elecciones generale, perjudican claramente a Sánchez para mantener un mayor número de diputados en Europa que el PP. Cataluña puede ser clave para darle 1 o 2 diputados a Feijóo y, con la inercia del partido a nivel nacional, es complicado que la balanza no le sea favorable al Partido Popular.

El impacto del independentismo

Teniendo en cuenta todo lo que hemos dicho aún queda una cuestión abierta, y esta se centra en Cataluña. La política española ha sufrió el conflicto independentista catalán. Este, ¿ha mermado la influencia de España en Europa? ¿Qué impacto ha tenido?

Aunque el independentismo ha vendido todo lo contrario en los últimos años, y ha hecho todo lo posible para internacionalizar el conflicto, la realidad es que lo podemos considerar, a nivel europeo, molesto pero no alarmante. Es evidente que ha tenido un efecto negativo en la imagen de España a nivel europeo.

Ahora bien, al no haber tenido daños estructurales y haber demostrado que somos un estado fuerte, los miembros de la Unión Europea no han perdido la confianza ni en las instituciones ni en el sistema constitucional español. Esto es muy importante de cara a la nueva legislatura 2024-2029.

Eso no quiere decir que sigue existiendo un factor preocupante con respecto a lo que se ha vivido en Cataluña desde 2012. Y más concretamente con el referéndum de autodeterminación. España está compuesta por diferentes comunidades autónomas. Existe un pluralismo político y cultural. España debe defender el valor de ser un Estado autonómico.

El papel de la Constitución

Esto significa conseguir encajar las piezas dentro de la estructura existente y descartar otras vías, cono el referéndum. Y en todo esto la Constitución es clave. Tampoco es viable comparativas con otros procesos como Irlanda, Escocia o Quebec, que no tienen nada en común con el origen territorial de España.

Por ello España debe denunciar, con firmeza, cualquier vía unilateral. Eso no es lo que espera Europa. Por el contrario, recibirá con agrado la crítica razonada a la amenaza que supone el independentismo aquí y en otros estados europeos. También España debe asumir como suyos una serie de valores como la inclusividad, el pacto federal y la solidaridad de las regiones ricas. El independentismo rompe el imperio de la ley y esto debe descartarse a corto plazo, pues no integra y esto es lo que demanda Europa.

Ahora bien, aunque es cierto que España tiene un conflicto, eso no es óbice para que se siga trabajando, ganando peso y siendo un socio clave y de referencia. España debe aprender a convivir con el conflicto catalán, pues este no desaparecerá ni a corto ni a medio plazo. Siempre habrá momentos complicados y otros de aparente calma, pero seguirá allí.

Con lo cual se tiene que mirar al futuro, se debe construir, se debe convivir con el independentismo. España, en el 2024-2029 tiene la oportunidad de ser líder y un país influyente en el escenario europeo que se creará. Hay un gran reto por delante y la vida política catalana no puede perturbar esta oportunidad que se abre para mejorar nuestra imagen dentro de la Unión Europea.

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