Relevo de la antorcha olímpica en Barcelona '92

Relevo de la antorcha olímpica en Barcelona '92Archivo Fundación Barcelona Olímpica

Cultura

El autor de la antorcha de Barcelona 92, último de la generación dorada del diseño industrial catalán

Con el fallecimiento de Miguel Milá, solo queda vivo André Ricard de la generación de oro que fundó el FAD

La muerte del diseñador industrial Miguel Milá a los 93 años ha puesto sobre la mesa una profesión que a menudo pasa desapercibida, pero que tiene un gran impacto en nuestro confort. Es la magia del diseño industrial: crear para que el objeto adquiera más protagonismo que el autor.

Así entendía su trabajo Milá, creador de –entre otros– el banco Neoromántico: aunque no lo conozcas por su nombre, es casi seguro que te has sentado en uno de ellos a descansar, tomar el fresco o esperar a alguien, ya que están distribuidos por calles y jardines de toda España.

El banco Neoromántico, diseñado por Miguel Milá

El banco Neoromántico, diseñado por Miguel MiláUrbidermis

En 1960, Milá co-fundó la sección de diseño industrial de la asociación Fomento de las Artes Decorativas, actualmente conocida como Fomento de las Artes y el Diseño, o FAD. Entre los fundadores también estaban André Ricard, Antonio de Moragas, Oriol Bohigas, Rafael Marquina, Alexandre Cirici Pellicer, Manel Cases y Ramón Marinel·lo. Una generación dorada de la que, con la muerte de Milá, sólo queda con vida Ricard.

Discípulo de la Bauhaus

André Ricard nació en Barcelona en 1929, y estudió Bellas Artes en la academia que el artista polaco Warnia Zarzesckaen tenía en la ciudad. Allí se seguían las pautas de la Bauhaus. Ricard fue un pionero, un abanderado del diseño industrial en España, y contribuyó decisivamente al desarrollo social y empresarial de esta disciplina.

En sus proyectos ha diseñado objetos como vajillas, cafeteras, electrodomésticos, ceniceros, lámparas o buzones, para marcas como Bidasoa, Gaggia, Corberó, Moulinex o Tatay, entre otras. Suyos son, por ejemplo, los envases de Puig Perfumes como Agua Brava o Quorum, así como el envase del perfume Carolina Herrera.

No obstante, tal vez su obra más icónica sea la antorcha olímpica que Ricard diseñó para las Olimpiadas de Barcelona, en 1992. «No había ningún diseño contemporáneo que reflejara la época en la que estamos», reflexionaba, según declaró a AD, así que decidió hacerlo él. También es obra suya el pebetero de la llama olímpica del Musée Olympique de Lausanne, en Suiza.

Antorcha olímpica de los Juegos de Barcelona '92

Antorcha olímpica de los Juegos de Barcelona '92Pep Parer / Museo de Historia de Cataluña

Más allá del diseño olímpico, lo cierto es que seguramente todos tengamos en casa una pieza pensada por André Ricard. Los fumadores, por ejemplo, deben tener el cenicero Copenhagen, diseñado en 1965. Sencillo, sin ornamentos, se ha convertido en un clásico. O sus pinzas para el hielo, una de las piezas más imitadas: ideó unas pinzas flexibles que parecían la prolongación del pulgar y del dedo índice.

Interruptor, lámpara, leche

Otro diseño icónico fue su interruptor Ibiza de 1974, una pieza con cantos rodados, que hoy en día fabrican todas las grandes marcas eléctricas. O la lámpara Tatu, que se divide en tres secciones que se pueden rotar para adecuar su uso. Esta lámpara se convirtió en un icono del pop-art en Europa.

Lámparas Tatu, diseñadas por André Ricard

Lámparas Tatu, diseñadas por André RicardSanta & Cole

¿Quién no ha comprado o tiene colgada en su armario una pinza antipolillas de Orión? Pues también es diseño de Ricard. Los buzones de correos, que muchos tienen en sus casas, con la tapa de arriba amarilla y el cuerpo verde, también son obra de él. La lista sigue: el minipimer y la exprimidora eléctrica Moulinex, la cafetera industrial Visacrem 88 de Gaggia, la lavadora Jalitan.

Los que ya tienen una edad recordarán la botella de cristal de la leche Rania diseñada por Ricard. Algunos tal vez conserven la vajilla de porcelana blanca Compact. También ha diseñado relojes para Pierre Junod o Baume & Mercier. Para finalizar, aunque quedan muchos diseños en el tintero, no podemos dejar de mencionar el envase de Norit líquido.

Entre sus muchos cargos, Ricard ha presidido el ADI-FAD, y ha sido presidente fundador de la Asociación de Diseñadores Profesionales. Patrono de la Fundación Eina y presidente de la ONG Design for the World, también es académico de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona.

Su trabajo, además de reflejar una enorme humanidad, ilusión, constancia en el esfuerzo y humildad, ha sido siempre fruto de la reflexión y de la concepción del diseño vinculada a una ética de la utilidad. Para André Ricard «diseñar significa dotar a los objetos de nuestra vida cotidiana de las formas más sensatas y simples para que cumplan óptimamente la función a la que se les destina». Por eso el diseñador ha pasado a ser invisible para todos, porque ha primado la función del objeto por encima del diseñador.

Compañeros de generación

Antonio de Moragas fue arquitecto y diseñador. Fallecido en Barcelona en 1985, entre sus diseños industriales destacamos su lámpara Elemental (1957) o la escalera móvil (1957). Oriol Bohígas, arquitecto y diseñador, fallecido en 2021, utilizó el diseño en sus creaciones arquitectónicas. De Miguel Milá destacamos las famosas lámparas TMC de 1958 y TMM de 1961. Como curiosidad, además de ser el tío de Mercedes Milá, es el sobrino de Pedro Milá y Camps, quien encargó a Gaudí la célebre Casa Milá, conocida como La Pedrera.

Rafael Marquina, fallecido en 2013, es el creador de la revolucionaria aceitera-vinagrera antigoteo, que ha sido objeto de numerosas copias a nivel mundial. Alexandre Cirici Pellicer, fallecido en 1983 como historiador y crítico de arte. Manuel Cases Lamolla, falleció en 1974, se dedicó principalmente a ser arquitecto municipal. Ramón Marinel·lo Capdevila, fallecido en 2002, se dedicó al interiorismo y el diseño, ganando el Delta de oro ADI-FAD el 1961 y 1962.

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