El excomisario jefe de los Mossos d'Esquadra Josep Lluís Trapero (i), y el comisario jefe de los Mossos d'Esquadra Eduard Sallent (d), conversan durante una visita al Complex Central de Mossos d'Esquadra, a 14 de agosto de 2024, en Barcelona, Catalunya (España). Salvador Illa ha realizado su primera visita oficial al complejo central de los Mossos d'Esquadra en Sabadell junto a la nueva consellera de Interior, Núria Parlón. Ambos se han desplazado hasta el cuartel general del cuerpo autonómico para mostrarles su apoyo tras estar en el centro de la polémica por la fuga del líder de Junts, Carles Puigdemont.
14 AGOSTO 2024;BARCELONA;CATALUNYA;MOSSOS D ESQUADRA;COMPLEJO CENTRAL CUERPO MOSSOS D ESQUADRA
Alberto Paredes / Europa Press
14/8/2024

El excomisario jefe de los Mossos d'Esquadra Josep Lluís Trapero y el comisario jefe de los Mossos d'Esquadra Eduard SallentEuropa Press

Cataluña

La montaña rusa de los Mossos: siete jefes en siete años

Fue el 17 de octubre de 1994, cuando la Junta de Seguridad de Cataluña formalizó el modelo de sustitución de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Cataluña y se acordó el primer despliegue de los Mossos de Esquadra

Los Mossos de Esquadra tienen un nuevo jefe político, el Mayor Josep Lluís Trapero, que deberá dejar aparcados el uniforme y la placa; y nuevos responsables policiales: Miquel Esquius, que es el flamente jefe del cuerpo y su número dos, la comisaria Alicia Moriana.

Fue el 17 de octubre de 1994, cuando la Junta de Seguridad de Cataluña formalizó el modelo de sustitución de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Cataluña y se acordó el primer despliegue de los Mossos de Esquadra, que tendrían que reemplazar a la Policía Nacional y la Guardia Civil.

Pues bien, desde 1994 los Mossos han tenido hasta nueve jefes diferentes. Diez, si nos remontamos a 1983, que es cuando se creó el cuerpo actual, aunque en esa primera etapa sus funciones se reducían a la protección de edificios y de personalidades de la Generalitat, y algunas de ámbitos como el juego, los menores o el patrimonio. Entre 1988 y 1993 el jefe de los Mossos fue un militar, un comandante del Ejército del Aire, Joan Peris. Fue destituido porque la Generalitat sospechaba que filtraba información al Cesid.

Le sucedió en el cargo Joan Unió, que estuvo al frente de la policía autonómica durante trece años, de 1994 a 2007. Era Policía Nacional y fichó por los Mossos precisamente para dirigir el cuerpo. Fue nombrado Mayor, el único que ha ostentado este cargo junto con Josep Lluís Trapero. Él pilotó buena parte del despliegue de los Mossos. Dejó el cargo para pasar a la empresa privada.

Su sustituto fue Josep Milán, que consolidó al despliegue de los Mossos, y dibujó el cuerpo tal y como es conocido actualmente. Aunque también hubo polémicas durante los años en los que estuvo al frente de la policía, como las cargas contra los estudiantes que protestaban por el Plan Bolonia. Su mandato duró entre 2007 y 2013.

Siete jefes en siete años

Y a partir de ahí, se han sucedido los vaivenes y los cambios constantes en la cúpula de los Mossos. En todos estos años se han sucedido (y repetido) Josep Lluís Trapero, Ferran López, Eduard Sallent, Miquel Esquius y Josep Maria Estela. Pero es que, en los últimos siete años, la policía autonómica ha tenido hasta siete responsables diferentes. Un agente que trabaja en el complejo Egara ha asegurado a El Debate que «si una empresa privada cambiara cada año de jefe, desde luego que no duraría siete años. Tendrían que cerrar porque esto es un desastre». El problema añade, es la politización del cuerpo y que se les use como arma arrojadiza.

Trapero fue nombrado jefe de la policía autonómica, por primera vez, en 2013. Esta primera etapa duró hasta octubre de 2017, cuando fue destituido por el gobierno de Mariano Rajoy en aplicación del artículo 155 de la Constitución, tras la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre.

Le sustituyó Ferran López (2017-2018), a quien se le llegó a calificar como el «comisario del 155», porque es el tiempo que estuvo al frente de los Mossos, hasta que se pudo formar el nuevo gobierno en Cataluña. Entonces presentó su dimisión.

El que fuera presidente de la Generalitat Quim Torra y el consejero de Interior Miquel Buch se decantaron por Esquius para dirigir el cuerpo (2018-2019). Pero su mandato no llegó a un año y Buch nombró a Eduard Sallent (2019-2020).

Y, mientras tanto, se celebró el juicio en la Audiencia Nacional contra Josep Lluís Trapero acusado de sedición y como alternativa de desobediencia. Fue absuelto por considerar que no estaba acreditado que hubiera actuado en connivencia con los líderes del procés para incumplir las resoluciones del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña o del Constitucional, ni que hubieran apoyado, con la pasividad de la policía autonómica, el referéndum.

Y Miquel Sàmper (Junts), que ahora está en el gobierno de Salvador Illa, lo restituyó como jefe de los Mossos a finales de 2020. El consejero trasladó a Trapero que tomaba esa decisión «para revertir los efectos del artículo 155». Tardó unos días el Mayor en responder a la oferta de Sàmper. De esta forma, Josep Lluís Trapero volvía a hacerse cargo de la policía autonómica (2020-2021)

Sin embargo, esta segunda etapa de Trapero al frente de los Mossos duró poco más de un año. Ya con Joan Ignasi Elena (ERC), como consejero de Interior, fue destituido el 20 de diciembre de 2021. El responsable de Interior justificó esta decisión con la idea de «abrir una nueva etapa» y negó cualquier tipo de «purga» con los mandos traperistas. Pero la destitución de Trapero y sobre todo, la del intendente Toni Rodríguez como responsable de la división de Investigación de los Mossos, generó un profundo malestar en el cuerpo.

Primero, porque el Mayor se enteró de su cese por los medios de comunicación. Y en el segundo caso, porque Rodríguez lideraba investigaciones contra algunos políticos, como es el caso de Laura Borràs o de Miquel Buch. Y la gota que colmó el vaso fue lo que se consideró un trato «denigrante» hacia Trapero: se le relegó a oficinas para llevar a cabo trabajos de «análisis».

El siguiente en tomar las riendas de los Mossos fue Josep Maria Estela, que tampoco duró un año en el cargo. ¿Por qué? Instó al consejero de Interior a que se decidiese entre él o su segundo, Eduard Sallent. Ambos mantenían posturas enfrentadas y Estela quería desprenderse de Sallent, pero los responsables políticos de los Mossos dejaron clara su negativa e incluso instaron a Estela a que presentara su dimisión. Como no lo hizo, porque se sentía respaldado por los mandos del cuerpo, Elena ordenó su cese fulminante. Unos movimientos que evidenciaban la injerencia política en el cuerpo.

Y así, en 2022, empieza la segunda etapa de Eduard Sallent, que ha durado hasta hace solo unas semanas. La gota que ha colmado el vaso ha sido la última crisis de los Mossos, la que ha provocado la huida televisada del expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Y, a su vez, su sustituto es otro conocido, Miquel Esquius. A eso hay que sumar la vuelta de Trapero a la primera línea, aunque de la política, como director de la Policía.

Polémica por el concurso de Mayor

Y no hay que perder de vista otra cuestión que se mantiene abierta: a solo dos días de las elecciones catalanas, y con un gobierno prácticamente en funciones, el departamento de Interior anunció que Sallent era el candidato que haría el curso de Mayor de los Mossos. Para esa plaza también se presentó la comisaria Alicia Moriana, que impugnó las bases del concurso al entender que no se dejaba claro qué formación o aptitudes se valorarían para ser considerado el candidato.

Pero los responsables de Interior lo tenían claro: su candidato era Sallent, que llegó a hacer el curso pertinente en el Instituto de Seguridad Pública. Sin embargo, la titular del juzgado de lo contencioso-administrativo número 8 de Barcelona ordenó a principios de junio que se paralizara la convocatoria. Una medida cautelar que llegaba después de que el sindicato SAP-Fepol denunciase las bases del concurso.

Por cierto, ahora la comisaria Moriana es la número dos de los Mossos formando tándem con Miquel Esquius. Y esta es la historia de la cúpula policial marcada por las acusaciones de politización y también por las diferencias y rivalidades entre algunos de los implicados.

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