Pastillas de medicamentos

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Tribunales

Empieza el juicio a tres acusados de robar y falsificar cientos de recetas médicas en Cataluña

Fueron detenidos con centenares de pastillas, por valor de más de 2.500 euros, que iban a vender en el mercado negro

Este jueves arranca en Barcelona el juicio oral contra tres encausados, vinculados a dos hospitales de Cataluña, por robar y falsificar recetas médicas. El caso tiene su origen en 2017, cuando una persona –que sigue en libertad y a la que no se ha podido detener aún– robó dos talonarios de recetas del Hospital de Blanes, en Gerona.

Uno de los tres encausados robó un sello a una doctora del Hospital de la Vall d’Hebron de Barcelona, mientras que los otros dos utilizaron las recetas y el sello para falsificar un mínimo de 15 recetas con varios medicamentos. En su mayoría, las recetas especificaban como medicamento el Alprazolam, muy demandado en el mercado negro por ser un relajante muscular.

Este fármaco, de la familia de las benzodiacepinas, se utiliza para el tratamiento de los estados de ansiedad, especialmente en las crisis de angustia, agorafobia, ataques de pánico y estrés intenso. Es de la misma familia que el Valium y el Xanax, y actúa sobre el sistema nervioso de forma análoga al alcohol, la marihuana y la heroína.

El presunto paciente era uno de los detenidos, que también será juzgado. La historia estuvo a punto de acabar el 11 de abril de 2018, al ser interceptados en Mataró, con el talonario robado en el Hospital de Blanes. Durante la detención los Mossos d’Esquadra les incautaron 150 pastillas de Trankimazin, de la misma familia que el Alprazolam; 240 de Rivotil, que actúa sobre el sistema nervioso central, con propiedades ansiolíticas, anticonvulsionantes, miorrelajantes, sedantes, hipnóticas y estabilizadoras del estado de ánimo, y 20 de Rubifen, se utiliza para tratar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad. En total las pastillas tenían un coste de 2.521,50 euros. Todas ellas iban a ser vendidas en el mercado negro.

Hemos dicho que estuvo a punto de acabar, pero el 17 de mayo una farmacéutica de Sant Andreu de Llavaneres no quiso servir tres recetas, en las cuales se especificaba como medicamento 60 comprimidos de Rubifen y 60 de Rivotil. El valor de las pastillas ascendía a 400 euros. Por eso la farmacéutica de la Farmacia Burniol denunció el caso a la Policía Local de esa localidad.

Han llevado a cabo la investigación de esta falsificación de recetas el Juzgado de Instrucción número 1 de Mataró. El jueves 12 de septiembre se celebrará la vista oral en la sección 10 de la Audiencia de Barcelona. El fiscal pide 11 años de cárcel por los presuntos delitos de hurto, contra la salud pública, falsificación de documento oficial y la variante falsificación de documento oficial en concurso medial con otro delito de disfrute indebido de prestaciones de la Seguridad Social en grado de tentativa. El Ministerio Público exige que se indemnice al Servei Català de Salut en la cuantía que se determine en ejecución de la sentencia.

Los dos sospechosos, un hombre y una mujer de 54 y 38 años, están detenidos desde el pasado 23 de junio de 2018 por un presunto delito por falsificar un mínimo de 141 recetas médicas en Mataró. No obstante, la instrucción sólo ha permitido demostrar 15 falsificaciones.

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