Política
ERC sigue la estela de Junts y se niega a negociar los presupuestos del Estado y de la Generalitat
Tras la votación para la elección de la dirección de ERC, que se dirimió con una pírrica victoria de Junqueras, ya dejo claro que en lo que tiene que ver con la relación con los socialistas «las cosas no serían como antes»
Pedro Sánchez pierde aliados a ambos extremos del arco parlamentario. Primero fue Junts, que dijo que no se daban las circunstancias para negociar los presupuestos generales del Estado. Ahora, desde el otro extremo del córner del hemiciclo, ERC también ha cerrado la puerta a entablar conversaciones que desemboquen en la aprobación de las cuentas, tanto autonómicas como nacionales, de cara al ejercicio 2025 ya en curso.
Oriol Junqueras, recientemente reelegido presidente de su partido, dejó caer la bomba tras la reunión del Consell Nacional celebrado el sábado por la noche. Los medios más cercanos al sanchismo intentaron minimizar la noticia o acotarla a un bloqueo de negociación con Salvador Illa para las cuentas de la Generalitat, pero precisamente el esfuerzo del entorno mediático y político gubernamental por limitar los efectos de la nueva postura de ERC pone de manifiesto la preocupación que la misma genera en la Moncloa.
Tras la votación para la elección de la dirección de ERC, que se dirimió con una pírrica victoria de Junqueras, el amnistiado político corresponsable del golpe de octubre de 2017, ya dejo claro que en lo que tiene que ver con la relación con los socialistas «las cosas no serían como antes».
Durante los últimos días, algunos dirigentes de ERC, como un concejal de Rubí, una ciudad de Barcelona de cerca de 100.000 habitantes, han causado baja en el partido acusando a la dirección de ser muy complacientes con los socialistas. Además, un artículo de Joan Tardà, ex portavoz de ERC en el congreso y próximo a Junqueras, en el que afirmaba que ERC además de separatista debía ser de izquierdas ha abierto la polémica dentro de las filas republicanas y la portavoz de Esquerra en el parlament, la exconsejera Ester Capellà, le ha replicado a TArdà afirmado que «la independencia es la primera y lo importante».
El mar de fondo en ERC ata de pies y manos a Junqueras dado que en marzo Esquerra debe celebrar un congreso que defina su línea estratégica y política. Junqueras es un hombre escurridizo que ni tan siquiera ha querido decir públicamente que voto cuando los militantes republicanos fueron consultados son la conveniencia de investir a Illa. Hasta el mes de marzo, una vez se haya aprobado la ponencia política de ERC, Junqueras nadará entre dos aguas con el fin de no verse desautorizado por las bases de su partido.
Las dudas de la dirección de ERC sobre el apoyo entre sus bases a su relación con los socialistas ha llevado a Elisenda Alamany, secretaria general de Esquerra y portavoz de este partido en el Ayuntamiento de Barcelona, a aplazar sine die la incorporación de ERC en el gobierno municipal y su apoyo a las cuentas del alcalde socialista, Jaume Collboni. Alamany, que antes de formar parte de ERC milito en la facción catalana de Podemos, y Junqueras no quieren que su entrada en el gobierno de la capital catalana suponga un revolcón ante una militancia que parece haber asumido que la principal causa de las derrotas electorales de ERC es su proximidad al PSOE y el apoyo incondicional que vienen dando a Pedro Sánchez desde que votaron la moción de censura que le llevo al gobierno en 2018.
Esquerra es una organización asamblearia y el resultado de cualquier votación siempre es una incertidumbre. Junto al interés de Junqueras de nadar y guardar la ropa, con el fin de consolidar su liderazgo hoy muy cuestionado internamente, desde ERC si parece haber más unanimidad en creer que el momento actual es propicio para marcar distancias con el PSOE y con el PSC dado que la presunta aproximación de Junts al PP y a VOX a cuenta de un posible apoyo a una moción de censura le permite a ERC marcar más claramente su perfil de izquierdas y denunciar «los pactos de Junts con la derecha y la ultraderecha, que perjudican a Cataluña».
Desde la Moncloa se guarda silencio al igual que el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha sido la número dos del PSC y negociadora de los acuerdos con ERC y los Comunes, la presidenta de la Diputación de Barcelona, Lluïsa Moret, la que ha salido al paso garantizando que «el PSC cumplirá todos lo acordado» y reclamando que «se mantengan abiertos espacios de diálogo».
Los socialistas aún esperan que la transferencia de Rodalies (Cercanías RENFE) y la quita del 20% de la deuda del FLA lleve a ERC a modificar su posición. Mientras, los Comunes, qué si están dispuesto a votar los presupuestos, han exigido al PSC y a ERC que se pongan de acuerdo.