Barcelona
La historia centenaria del Tramvia Blau, el tesoro perdido de Barcelona que los vecinos quieren recuperar
La Asociación de Vecinos de la Avenida Tibidabo exige la recuperación del icónico ferrocarril, sin servicio desde 2018
Hace seis años, el Tramvia Blau, uno de los transportes más icónicos de Barcelona, dejó de funcionar. «El Tramvia Blau permanece cerrado temporalmente por obras de modernización de la infraestructura», reza, lacónica, la web de TMB, sin concretar de qué obras se trata ni cuándo se prevé terminarlas. Desde 2018, el tranvía vive en el limbo, pero los vecinos de la avenida Tibidabo se han propuesto revertir la situación.
Esta semana se presentaba en sociedad la nueva Asociación de Vecinos de la Avenida Tibidabo, liderada por el empresario alemán Alexander-Philipp Scheffler. La entidad lleva el ferrocarril azul en su logo, y su primera reclamación en esta línea es tajante: que vuelva a funcionar el Tramvia Blau, uno de los más antiguos de Europa –se inauguró en 1901– y que este año cumple su 123º aniversario.
Conservar y progresar
La Asociación de Vecinos de la Avenida Tibidabo nació cuando Scheffler, encargado de la gestión de la Torre Joan Llusà, en el número 30 de la avenida, movilizó a los vecinos de la vía, animándoles a crear una entidad que pudiera hablar de tú a tú con los distintos actores sociales y políticos de Barcelona, para defender sus intereses. Esta nació oficialmente el pasado mes de marzo, con el lema «conservar y progresar», empezó a gestarse en enero, con una primera reunión fundacional –informa La Vanguardia– en el lujoso restaurante Àbac, liderado por el televisivo chef Jordi Cruz y situado en el número uno de esta calle.
Además de recuperar el Tramvia Blau, la asociación adelantó otras dos líneas de trabajo en su primer comunicado, enviado esta semana. La primera, «impulsar mejoras dirigidas a toda la ciudadanía de Barcelona», en materia de movilidad, iluminación o mobiliario urbano. La segunda, dicen, potenciar el valor histórico y patrimonial de las casas y torres de una vía que, recuerdan, «es el acceso natural al pulmón verde de Collserola, la Carretera de les Aigües y el parque de atracciones del Tibidabo».
«Hemos pasado por muchos años de inactividad y falta de inversiones –insiste Scheffler– y ahora estamos ansiosos de recuperar esta joya de la ciudad, tan relevante en historia como en patrimonio, y adecuarla a las nuevas necesidades de vecinos, visitantes y ciudadanía barcelonesa en general».
La historia del Tramvia Blau
Antes de su paralización, el Tramvia Blau realizaba un recorrido de 1.276 metros, desde la plaza Kennedy –bautizada así en 1984– hasta el pie del funicular del Tibidabo. Un recorrido flanqueado por construcciones modernistas y novecentistas: una ciudad jardín impulsada a finales del siglo XIX por el doctor Andreu, un médico barcelonés que había hecho una fortuna vendiendo pastillas para la tos.
Cuatro años después de su inauguración, el recorrido del Tramvia Blau se prolongó cuatro kilómetros más, hasta Vallvidrera, pero la crisis económica de los años 30 supuso una marcha atrás en este sentido. Con el tiempo, la proliferación del automóvil privado y el desarrollo de las redes de autobuses y metro fueron sustituyendo las líneas de tranvía, dejando al pequeño tren de la Avenida Tibidabo como el último remanente de aquella época.
En 2012, un choque contra un camión encendió las alarmas en torno al tranvía. En enero de 2018, el tranvía dejó de funcionar para realizar un cambio integral de las vías y la catenaria, unas obras que estaba previsto que durasen dos años, pero que aún no se han terminado. La organización Promoció del Transport Públic exigió el año pasado al Ayuntamiento que retornase el tranvía, manifestando su inquietud a que el cierre fuese definitivo. Esta semana, la nueva asociación vecinal se suma a este llamamiento, buscando que el Tramvia Blau vuelva a recorrer la avenida una vez más.