Curiosidades
¿Qué te darán en Barcelona si entras a un bar y pides un «bikini»?
Desde los años 50, los barceloneses tienen una forma muy particular de referirse a este popular bocadillo
Un bikini, todo el mundo lo sabe, es un traje de baño de dos piezas. Ahora bien, si en Barcelona entras a un bar y pides un «bikini», no esperes que el camarero asienta, abra un cajón debajo de la barra y te entregue un colorido conjunto para ir a la playa. En la capital catalana –y, por extensión, en toda la comunidad– cuando hablamos de bikini en un contexto gastronómico nos referimos al sandwich mixto, el de jamón y queso.
El motivo no tiene demasiado que ver con la ropa veraniega, más allá de una cuestión accidental. Hemos de remontarnos a los años 50: en una crónica del diario ABC escrita desde París, los españoles pudieron leer por primera vez la palabreja en cuestión referida a los trajes de baño.
En 1953, tal vez inspirados por los aires de exotismo, modernidad y frescura que parecía traer la palabra, abría sus puertas la Sala Bikini, un auténtico templo del baile en Barcelona. Se situaba –y ahí sigue a día de hoy, incombustible– en la avenida Diagonal, donde hoy se ubica el centro comercial L’Illa.
El «bocadillo de la casa»
Inspirado en los clubs estadounidenses, no se limitaba a ser una discoteca, sino que tenía también un minigolf, una bolera… y un bar. Allí empezaron a servir el «bocadillo de la casa», una sencilla elaboración inspirada en el croque monsieur francés hecha de pan de molde, jamón y queso, servido caliente.
A los habituales les encantó, tanto que empezaron a ir a otros bares a pedir «un bocadillo como el que hacen en Bikini». A fuerza de repetirlo, la ley de la oferta y la demanda se puso en marcha y los establecimientos comenzaron a ofrecer los sandwiches mixtos directamente con el nombre del local.
Hoy, el bikini es un clásico local, y hay quien ya se ha lanzado a dar un paso más allá. Es el caso de La Bikineria, una cadena con tres puntos de venta en Barcelona que nació dentro del Mercat del Ninot, en 2018. Además del clásico jamón y queso, ofrecen elaboraciones más atrevidas, con ingredientes como el jamón ibérico, el pollo a l’ast o la sobrasada.