La decoración de este año en el Raval

La decoración de este año en el RavalEix Comercial del Raval

Polémica navideña

Un barrio de Barcelona rechaza las luces «religiosas» de Navidad a favor de unas bombillas de 65.000 euros

La estética impersonal de food truck o de terraza chill out se impone en el Raval

Hace años que las luces navideñas en Barcelona no muestran motivos explícitamente cristianos, pero en muchos de sus barrios se siguen viendo imágenes que remiten de algún modo al sentido último de la fiesta, con elementos como estrellas –como la de Belén– o bolas del árbol de Navidad, el abeto de hoja perenne que, según la tradición, san Bonifacio usó como símbolo de la vida eterna.

Esta Navidad, no obstante, la polémica por el sentido último de la fiesta ha vuelto a Barcelona, ciudad que registra cada año este debate. A la discusión sobre la retirada del pesebre municipal de la plaza de Sant Jaume –habrá un pesebre tradicional en el interior del edificio del Ayuntamiento, pero no fuera, donde se sustituirá por una estrella gigante– se suma ahora otra polémica, esta vez centrada en el barrio del Raval.

Este martes se ha dado a conocer la propuesta de iluminación navideña para las calles de este céntrico barrio barcelonés, que algunos conocen como el «barrio chino» y que registra una de las mayores tasas de criminalidad de la ciudad. La idea, una colaboración entre el diseñador Imanol Ossa y los comercios del Raval, se ha bautizado como Llums d’hivern («luces de invierno») y es una huida consciente de cualquier significado cristiano.

«En un barrio tan multicultural, hacer luces de carácter religioso no tenía mucho sentido», señala Ossa, en declaraciones recogidas por betevé. Por eso, sigue, «optamos por guirnaldas de colores», un elemento festivo que a su juicio «acerca las luces a todo el mundo» pero que también confiere al barrio una estética más cercana a una terraza chill out o una verbena con food trucks que a las fiestas navideñas.

65.000 euros

Los casi 4.200 de bombillas de colores han tenido un presupuesto de 65.000 euros, y se podrán ver en las calles Tallers, Joaquín Costa, Ferlandina, Valldonzella, de la Verge y del Peu de la Creu, así como en la rambla de Raval, Sant Pau, Espalter y Sant Rafael, y en las plazas de Salvador Seguí y Vicenç Martorell.

Las guirnaldas, según detalla Ossa, son de alquiler, para evitar el problema de almacernalas. «Ahora están en el Raval, pero después tendrán nuevas vidas, tal vez en la Feria de Abril de Sevilla o en las fiestas de pueblo del Empordà», ha dicho el diseñador, dejando patente la nula concreción cultural o religiosa de la decoración, que podría valer para cualquier celebración.

Por su parte, los comercios destacan a betevé que su intención es que las luces inviten a los barceloneses a acercarse al barrio y descubrir «que el Raval es muchas cosas, pero principalmente es sonrisa, proximidad y diversidad».

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