El castillo de La Roca del Vallès, en la provincia de Barcelona

El castillo de La Roca del Vallès, en la provincia de BarcelonaWikimedia

Leyendas de Cataluña

La leyenda del castillo catalán asediado por un heredero secuestrado y una bruja a lomos de un dragón

La Roca del Vallès oculta varias leyendas en su pasado que rivalizan con las mejores series fantásticas

Cuenta la leyenda que los señores del castillo de La Roca del Vallès (Barcelona) tenían por sirvientes de confianza a un matrimonio viejo, muy fiel a la familia. Un día, repentinamente, el matrimonio desapareció sin que nadie se pudiera explicar qué camino habían seguido. Al día siguiente se presentó en el castillo un matrimonio joven que pedía acogida y trabajo.

Los señores los tomaron por criados y al poco tiempo ocupaban el vacío dejado por los desaparecidos. La entrada de aquella gente al servicio comportó calamidades de todo orden: muertes de antiguos sirvientes, pérdida de ganado, fuego y otras cosas inexplicables que hicieron sospechar del joven matrimonio, hasta el punto de que los señores tuvieron que despedirlos.

La expulsión de aquellos intrusos no evitó el rosario de males: al contrario, aumentaron en intensidad y en proporción. No pasaba semana sin que se produjera en el castillo algún hecho engorroso. El señor de La Roca y los hombres a su servicio fueron hallados asesinados. Finalmente, solo quedaron la señora, algunas damas y un niño que aún llevaba pañales, que había de ser el heredero del señorío y era tullido de nacimiento, porque solo tenía media oreja.

Un día, sin saber cómo, el niño también desapareció de la cuna. La consternación de todos no tuvo límite. Las señoras, despavoridas, pidieron ayuda a otros parientes suyos, que acudieron con mucha gente de armas, dispuestos a todo para sorprender a los malhechores que tanta ruina llevaban.

Los parajes que rodeaban el castillo estaban muy emboscados y entre aquella apretada espesura de árboles los malhechores encontraban refugio. Los refuerzos enviados limpiaron todos aquellos contornos e hicieron difícil la estancia de bandoleros, terminando así cualquier acometida. Pasaron años de tranquilidad y normalidad. Las señoras –ya mayores– casi se habían olvidado de las calamidades sufridas.

El terrible Testafort

Pero de repente las envolvió nuevamente la desventura. Todo el país iba lleno de las fechorías de un bandolero terrible conocido como Testafort, que tenía su guarida en Montserrat. Nuevamente las damas del castillo pidieron ayuda a sus parientes, que otra vez enviaron a un buen número de gente de armas.

Una noche el castillo fue atacado por una gran partida de facinerosos que trataba de asaltarlo. Los de dentro, que eran más y más fuertes, llegaron a tomar la mayoría de los atacantes, entre ellos el que los capitaneaba. Este resultó ser el famoso y temido Testafort, al cual, en castigo a sus grandes fechorías y para escarmiento, decidieron colgar de la torre más alta del castillo.

Imagen de la miniserie 'Serrallonga', dedicada a un célebre bandolero catalán

Imagen de la miniserie 'Serrallonga', dedicada a un célebre bandolero catalán

Las señoras, antes de ejecutarlo, pidieron ver aquel monstruo, protagonista de tantas desventuras. Cuando lo tuvieron delante vieron, con sorpresa, que no era un viejo férreo y mostachudo, como la gente decía, sino un joven galán y gentil, y que le faltaba media oreja. Entonces la dama del castillo, observando bien su fisonomía, constató, con dolor, que ese era su llorado hijito.

Criado en el odio

Aquel matrimonio funesto, que en mala hora acogieron a su servicio, era gente de malos sentimientos, que se habían propuesto apoderarse del patrimonio de la Roca haciéndose dueños del castillo. Para introducirse en un lugar de confianza habían hecho desaparecer el matrimonio viejo y desestructurar la vida cotidiana de la casa tanto como pudieron.

Una vez fueron expulsados siguieron su táctica de destrucción y maldad, hasta robar el infante heredero del patrimonio. Como consecuencia del esfuerzo de los parientes de los de la Roca para alejarlos de los alrededores del castillo, tuvieron que buscar cobijo en las cumbres encrespadas de Montserrat. Allí cuidaron al heredero robado haciéndole creer que era su hijo, que el castillo de la Roca era de ellos y que los actuales señores los habían desposeído.

El joven Testafort, así llamado por su valentía, fue criado en un ambiente de bandolerismo y, sobre todo, de gran odio a los señores de la Roca. Este fue el motivo que lo llevó a capitanear un grupo de malhechores con el intento de apoderarse del castillo, que era bien suyo, según el decir de aquella mala gente.

El encarcelamiento de Testafort hizo desvanecer los crímenes de aquellos sujetos, que pagaron con la vida sus fechorías. Testafort pasó de bandolero temido y odiado a señor generoso, altruista y benévolo para con sus vasallos, querido y estimado de todos.

La bruja y el dragón

Otra leyenda se refiere a una bruja que una vez llegó a la Roca del Vallès. Esta surcaba los cielos, acompañada por un monstruoso dragón de siete cabezas, con ojos que eran dos brasas encendidas. Tanto ella como el dragón inspiraban el terror de todos aquellos que los veían.

Una estatua de un dragón

Una estatua de un dragónUnsplash

La bruja con su negra y sarnosa vestimenta volaba una noche cuando, de repente, vio este municipio. La primera fechoría que cometió fue arrancar de cuajo el trigo que los agricultores estaban a punto de cosechar. No contenta con ello, sembró los campos de agua y fuego. Agua para inundarlo todo y fuego para carbonizar a una de las más gentiles doncellas del pueblo. Después de esto, prosiguió su lúgubre viaje de muerte.

Verdad o leyenda, lo cierto es que los señores del castillo, los Torrelles, como señores feudales que eran, hicieron cumplir las leyes. Uno de ellos, Martín Juan de Torrelles, fue firmante de la Sentencia Arbitral de Guadalupe, que dio fin a las guerras remenses y a los malos usos contra los campesinos catalanes.

Durante la restauración del castillo, efectuada después de la guerra civil por Antonio Rivière Manen, se encontraron huesos en los subterráneos. Muchos de ellos eran de animales grandes, pero también había de humanos. Lo que les sucedió a estas personas, por qué perdieron la vida, y si fueron o no torturados, no lo sabemos. Forma parte del misterio del castillo de la Roca del Vallès.

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