La estatua de Mazinger Z en Cabra del Camp

La estatua de Mazinger Z en Cabra del CampWikimedia

Fuera de ruta

¡Puños fuera! El origen de la descomunal estatua de Mazinger Z en un pueblo de Tarragona

Construido para atraer a las familias, el monumento al robot gigante sigue siendo hoy lugar de reunión de aficionados, excursionistas y moteros

Cuando la serie de dibujos animados de Mazinger Z se estrenó en España, en 1978, fue toda una revolución. Para muchos niños de la época, el robot gigante creado por Gō Nagai supuso su primera exposición al anime japonés, y no fueron pocos los que incluyeron en sus juegos las batallas entre colosos mecánicos y el célebre grito de guerra «¡puños fuera!».

El éxito de la serie fue tal que apenas un año después, cuando los promotores de la urbanización Mas del Plata buscaban un aliciente para animar a las familias con niños pequeños a mudarse a la zona, encontraron en Mazinger Z la respuesta. «Cerca de Mas del Plata hay otra urbanización llamada Mas Altaba en la que había estatuas de Heidi, Clara, el perro, el abuelo y Pedro… Los niños, al ver eso, casi obligaban a sus padres a comprar una parcela allí», explicaba el creador de la Asociación de Amigos de Mazinger Z, José Luna, en una entrevista para Sensacine.

Buscando replicar el modelo de Mas Altaba, los promotores invirtieron más de un millón de pesetas. Para la construcción del monumento se pensó en Fibrester, una empresa que nunca había hecho nada parecido, y que basaba su producción en la construcción de barcas y tablas de surf, pero que aceptó el desafío. El montaje se llevó a cabo durante cuatro días, a comienzos del mes de agosto de 1978, según recoge en un reportaje el diario Ara.

El resultado fue la imponente estatua de diez metros de altura del robot gigante que aún hoy se alza en este rincón de Tarragona, en el municipio de Cabra del Camp. En un principio, se buscaba que la estatua, que contaba con la licencia oficial de Toei Animation, estuviera hueca, y que se pudiera subir hasta la cabeza, a modo de mirador, pero esta idea no llegó a materializarse por el riesgo que suponía para los niños.

El legado de 'Mazinger Z'

En 1979, TVE decidió cancelar su emisión de la serie, por considerarla demasiado violenta, pero Mazinger Z ya se había instalado en la memoria colectiva, y son muchos los turistas, excursionistas y moteros que se acercan en busca de su foto con tan marciana estampa. «Un recuerdo increíble de la infancia, una pasada», reseña uno de ellos en un servicio online.

En 2015, la Asociación de Amigos de Mazinger Z organizó un encuentro allí y logró que el pinar donde se yergue la estatua fuera rebautizado como plaza de Alfredo Garrido García, en honor al compositor que creó –y cantó– la sintonía en español de la serie. Un año después, gracias a una campaña de micromecenazgo, la asociación pudo repintar la estatua, conservando el color original.

Por su parte, Mazinger Z, la serie, también se resiste al olvido, aunque hace décadas que terminó. Precursor del género mecha, se puede observar su influencia directa –y confesa– en otras sagas y franquicias, también en obras estadounidenses como Transformers o Pacific Rim. En 2018 se estrenó Mazinger Z: Infinity, una reimaginación del popular personaje que servía también de homenaje a la serie original y a su creador.

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