De chatarra a monumento: tres valencianos levantan una réplica de la torre Eiffel
De 14 metros de altura y proporciones exactas, tres empresarios construyen una torre igual a la parisina que ahora está en venta
La torre Eiffel de París ha encontrado una original réplica en la localidad valenciana de Denia proveniente de los restos de hierro inservibles que las empresas descartan y a los que German Bellstedt, propietario de la chatarrería Bell's; Rafael Martínez, dueño de Taller Comarca y su exsocio Jorge Di Tomaso decidieron darle un segundo uso.
Los tres empresarios y amigos se unieron en 2019 con la idea de llevar a cabo un proyecto de envergadura: «Lograr una copia exacta de la torre francesa» para poner en valor el reciclaje y sobre todo para cumplir el reto que la mujer de uno de ellos –Rafael Martínez– lanzó a su marido tras un viaje a la capital francesa: construir una torre Eiffel para ella.
De conseguir el material se encargó Bellstedt. «El hierro usado llegó a la chatarrería por parte de una empresa de Denia que se dedica a los frutos secos. Era un material muy antiguo, que tenían arrinconado y no querían», relata. De la construcción, Martínez y Di Tomaso. «Primero se calcularon los hierros que teníamos a disposición para acoplarnos a ellos y diseñarla por ordenador», explica Martínez. Y finalmente, se pasó a la mano de obra.
«Tras muchas horas dedicadas en nuestros ratos libres», aseguran, dos años después, la torre Eiffel valenciana es una realidad y desde hace dos semanas se ha convertido en toda una atracción turística que visitar en la localidad. «La gente se pasa para verla y se hace fotos», comenta Bellstedt.
3.000 kilos de chatarra reciclada
Lo cierto es que el monumento, en proporción, es muy realista. «La base es una réplica exacta. A medida que va subiendo en altura las medidas están un poco modificadas. La nuestra es un poco más afinada que la parisina para dar más sensación de altura», explica Martínez.
La creación valenciana se alza sobre cuatro bloques de hormigón que sostienen una torre de 14 metros de altura –a diferencia de los 324 de la original– y 3.000 kilos de estructura metálica de hierro en desuso.
«La tendencia por el reciclaje y la segunda mano está en auge y esta torre es una forma más de demostrar que unos hierros que estaban ya destinados a fundirse pueden convertirse en algo tan maravilloso y tener una segunda vida», afirma Bellstedt. Por ello, el monumento está en venta.
Martínez explica que ya han recibido varias ofertas de compra pero que, por el momento, ninguna les ha convencido. «Nos gustaría que se quedara en Denia, que la adquiriese un particular o un ayuntamiento», aseguran. Así mismo, también fue concebida para servir de adorno en grandes celebraciones como bodas ya que es desmontable, pero «esta idea la abandonamos con la llegada de la pandemia y la cancelación en masa de estos eventos», cuenta Martínez.
Hasta que encuentre comprador y sin un precio todavía fijado por los dueños, la Torre Eiffel valenciana podrá visitarse en la parcela de la empresa Bell's, frente al cementerio de la localidad.