Rafael Climent, conseller de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo en la Generalitat Valenciana

Rafael Climent, conseller de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo en la Generalitat Valenciana

La obsesión de Compromís por controlar el lenguaje

El partido independentista reparte guías en las instituciones que controla para implantar un léxico acorde a su ideología

«Quien controla el lenguaje controla el poder». Al igual que en la Alemania nazi o en la Unión Soviética, esa es una de las máximas del partido Compromís y buena prueba de ello es su ejecutoria en la Generalitat Valenciana. Y es que si las ministras Ione Bellarra e Irene Montero han logrado que se hable «todos, todas y todes», la Administración pública valenciana no se ha quedado atrás.

Así, el conseller de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, Rafael Climet, ha lanzado una guía de lenguaje inclusivo para que los funcionarios de su departamento aprendan a hablar. De este modo, y siguiendo las directrices de Compromís fijadas en el documento «Claves para un uso inclusivo del lenguaje en las comunicaciones internas y externas», se dice que el uso del lenguaje puede «despreciar a un sexo».

En este sentido, la pauta de la Generalitat establece ciertas normas de uso lingüístico. De este modo, se deben eliminar expresiones como «el empresario» o «los ciudadanos» para cambiarlas por formas más genéricas como «el empresariado o la ciudadanía».

Asimismo, se obliga a los funcionarios a modificar «los trabajadores» por «los hombres trabajadores y las mujeres trabajadoras», así como «los directivos» por «el personal directivo».

Como curiosidad, el documento de la Conselleria pone un ejemplo francamente machista, cuando obliga a cambiar frases como «había dos técnicos y una mujer» por «había dos técnicos y una informática», suponiendo que quien redacte –sea hombre o mujer- lamina la condición de la mujer aunque sea informática.

A este respecto, una funcionaria del grupo A de la Administración valenciana asegura que a ella y su equipo le tienen «prohibido» poner en informes expresiones como «mujer embarazada» y les obligan a cambiarlo por «personas gestantes porque dicen que ahora los hombres también pueden quedarse embarazados»

Esta misma funcionaria sigue si salir de su asombro meses después de que la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas les haya hecho hacer un curso online sobre lenguaje inclusivo en que la actividad final no deja de ser curiosa: «Nos mandaron rehacer el cuento de Blancanieves pero con un final que fuera inclusivo y no sexista», cuenta la funcionaria.

De este modo, esta actividad estaba encuadrada dentro de otras que pretendían analizar «el comportamiento masculino en anuncios o el papel de la mujer en la publicidad».

La guía de la Generalitat rompe las normas establecidas por la Real Academia de la Lengua Española (RAE), que tras un informe pedido por Carmen Calvo, se pronunció asegurando que no procede poner expresiones como «los ciudadanos y las ciudadanas». Pues bien, Compromís ha hecho caso omiso a las recomendaciones de la RAE y obliga a los funcionarios a utilizar en «cursos de entrenamiento, entrenadoras y enotrnadores» frente a «cursos de entrenadores».

Así, tanto la Generalitat como el Ayuntamiento de Valencia (en manos de Compromís) se han encargado de sacar en sus respectivas guías de uso del lenguaje inclusivo en distintos ámbitos (administrativo, sanitario..) las pautas para que quede claro cómo tiene que hablar un buen valenciano del siglo XXI.

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