Comunidad Valenciana  Vox pone a Compromís frente al espejo de su adoctrinamiento escolar

La situación de los colegios se ha convertido en uno de los principales temas de debate en la política valenciana. Hasta hace unos años, tratar este asunto era sinónimo de abordar la construcción de nuevas escuelas o eliminar barracones.

Con la llegada del tripartito de izquierdas al Gobierno autonómico, levantar nuevos centros está descartado y los barracones continúan en pie. Sin embargo, se ha añadido un nuevo e importante elemento a la discusión pública sobre Educación, como es el adoctrinamiento en las aulas.

Bajo la batuta de la consejera de Compromís, Raquel Tamarit, el departamento del ramo está llevando a cabo una política creciente de aislamiento del castellano en los colegios, con un predominio del valenciano en la mayoría de asignaturas, así como un intervencionismo y modulación de los contenidos que se imparten en las clases.

Frente a este preocupante escenario, la diputada de Vox en las Cortes Valencianas María de los Llanos Massó ha interpelado a Tamarit para exponerle con ejemplos la sucesión de artículos constitucionales y derechos fundamentales que su gestión está «vulnerando a cada paso».

Tras recordarle que ha de «representar a todos» los valencianos como consejera de Educación y no «comportarse como una activista separatista», la parlamentaria ha acusado a la dirigente de Compromís de «intentar crear una verdad» a cualquier precio. Así, ha asegurado que si para lograr ese fin «necesitan modelar las mentes de nuestros hijos y erradicar cualquier atisbo de pensamiento libre», no tiene dudas de que los miembros del Gobierno valenciano «lo harán».

Para defender su postura, Llanos Massó ha echado mano de la Carta Magna. De este modo, en referencia al artículo dos, que indica que la Constitución «se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española», le ha preguntado a la consejera si se está cumpliendo cuando «exponen en los libros de texto mapas de los inexistentes 'Países Catalanes'».

Imposición del catalán

Seguidamente, ha leído el artículo 3.1, en el que se señala que el castellano es «la lengua española oficial del Estado» y todos los españoles «tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla». «¿La erradicación del castellano en la Educación y la Administración y su sustitución por la imposición del catalán es un acto democrático o totalitario?», le ha preguntado a Tamarit.

A continuación, la diputada ha pasado al ámbito de la igualdad, regulado en el artículo catorce y según el cual los españoles son «iguales ante la ley sin que pueda prevalecer discriminación alguna», entre ellas la de sexo. De este modo, Llanos Massó ha cargado contra las políticas de género del Gobierno valenciano y le ha vuelto a cuestionar a la consejera, en este caso sobre si no es adoctrinamiento introducir dicha ideología «en todas y cada de las actividades de nuestros hijos».

En este sentido, ha denunciado que en los talleres que se organizan en muchos centros escolares se les dice a los alumnos «que los roles de masculinidad y feminidad producen relaciones de dominación y sufrimiento».

Respecto al derecho a la vida, contemplado en el artículo quince de la Constitución, representante autonómica de Vox ha rechazado sin ambages que la política educativa del tripartito derive en «presentar el aborto como un método anticonceptivo más».

El último artículo al que Llanos Massó ha hecho referencia es el 27, que en sus apartados uno y tres consagra la «libertad de enseñanza» y que está tiene que ser garantizada por los poderes públicos en base a las «propias convicciones» morales y religiosas de los padres.

Sobre ello, ha echado en cara a Tamarit que su gestión esté orientada a «intentar no permitir un modelo en el que los padres decidan la educación de sus hijos». En esta línea, la diputada ha responsabilizado a la responsable de Educación de organizar «charlas, cursos y talleres en contra de la religión y la educación religiosa».

Más allá de los artículos explícitamente, la parlamentaria ha reprochado a la consejera que las escuelas «no deberían ser un instrumento del separatismo, del feminismo ni de cualquier 'ismo'» porque es donde se desarrollan «el futuro y la prosperidad de nuestra nación».

Partiendo de esa premisa, en opinión de Llanos Massó, «no puede ser que los alumnos vayan a los centros y se encuentren una exposición que ensalza los valores antidemocráticos de la II República en la que se pinta como luchadores a quienes se dedicaron a asesinar a los que no pensaban como ellos, mataban a religiosos y violaban a religiosas».