Oreja de ley al toreo auténtico y profundo de Paco Ureña en Valencia
Fernando de Manuel corta una oreja con fuerte petición de la segunda en el sexto en una tarde donde Juan Pedro Domecq volvió a enviar un encierro justo de fuerzas, casta y raza; Téllez se fue de vacío a pesar de dar una vuelta al ruedo por su cuenta
No era fácil sobreponerse a la devolución de dos toros, una tarde en la que el público comenzaba a impacientarse con el transcurrir de la misma y con las discrepancias propias de la afición con los toros de Juan Pedro Domecq. Alcanzaba la tarde su ecuador con una primera parte en la que ninguno de los toros lidiados terminó de romper. Pero saltó el cuarto tris del festejo, del hierro de Montalvo, y Paco Ureña lanzó la moneda al aire jugándose la tarde, el crédito y su posición, ante una afición que lo quiere y lo respeta.
Obra de autenticidad, llena de sentimiento y entrega total donde el toreo de cante jondo lo interpretó un torero al que nunca nadie le ha regalado nada. Con volumen, serio y cuajado, el astado de Montalvo peleó en varas de forma desigual, pero fue en el quite de Téllez donde descubrió su nobleza y calidad al embestir, una condición que no abandonó a lo largo del trasteo.
Arreado y de rodillas, el torero de Lorca recibió al de Montalvo con una entrega, a corazón a abierto, que no dejó dudas de su categoría como torero. Medido en el cite y en la distancia, supo manejar los tiempos en cada serie donde interpretó el toreo con hondura, profundidad y verdad. Tandas en redondo de mano baja, riñones metidos y acompañamiento con el cuerpo y la cintura que hicieron ganar enteros y plasticidad a cada cual más rotundo alcanzando instantes de gran emotividad con un dramatismo barroco.
Al natural también dio una lección de toreo puro, con un entrega en la que llevó la embestida por abajo y con largura, haciendo rugir la plaza. Intensidad y pureza a partes iguales que dieron forma a una obra solo al alcance del toreo maduro y en sazón de Ureña. Tanta verdad y sinceridad llegaron a un público que se reconcilió con la tarde y pidió, tras una estocada entera, las dos orejas. El premio se quedó, incomprensiblemente, en una. Ureña mereció las dos. Ojalá la exigencia y rigor del palco se mantenga cuando lleguen las figuras a partir de este jueves.
Con el que abrió plaza, el murciano no pudo lucirse ante un toro de Juan Pedro que tuvo el viaje corto, las intenciones escondidas y la bravura bajo mínimos. Descafeinado el de Domecq, Ureña solamente pudo estar entregado, buscando un triunfo y un lucimiento que no llegó. Faena en la que la actitud, la entrega y la sinceridad fueron los pilares sobre los que cimentó una actuación honesta y llena de compromiso consigo mismo y con la plaza.
El otro triunfador del festejo resultó ser Francisco de Manuel ante el que cerraba plaza. Llegó a Valencia para debutar ante la afición y en las fallas, con credenciales de torero a tener en cuenta y salió de la primera feria de primera dando un serio toque de atención. A este último del festejo, le cuajó una faena llena de gusto, temple, buen hacer y calidad. Abanto de salida el de Domecq, informal en la embestida en el capote de recibo, sufrió un simulacro de suerte de varas que lo dejó crudo para el último tercio donde rompió a embestir con profundidad.
Ya lo cantó el de Domecq con el vistoso galleo por gaoneras que le enjaretó De Manuel yendo al picador y después esa calidad afloró, nuevamente, embistiendo con fijeza, prontitud y hondura a la muleta. Faena rotunda y redonda, por ambos pitones, en la que el más joven de la terna se lució y gustó en el toreo sobre la diestra donde llevó al toro por abajo, con suavidad y mucha cadencia. Excelentes los pases en redondo, al igual que profundos, con la mano baja y el pulso suave los que dio al natural.
Trasteo lleno de sentido en el que se mostró muy centrado buscando ese triunfo que también debió de ser premiado con dos orejas, tras la estocada sin puntilla con la que rubricó su actuación. Fue una, pero la impronta ya estaba inoculada en la afición que lo vio. Al tercero poco le pudo hacer. Con las fuerzas justas tuvo una calidad pastueña rozando lo borreguil que sirvió para que De Manuel le cuajara un trasteo lleno de compromiso donde lo intentó todo por ambos pitones. Resultó imposible, lograr lucimiento alguno.
El tercer espada, Ángel Téllez, tampoco tuvo suerte con el segundo de la tarde. Flojo, sin casta ni raza, aunque tuviese una embestida pastueña, le faltó emoción al de Domecq hasta el punto de aburrir hasta al más entusiasta de los aficionados. Con él, Téllez se esforzó en buscar el lucimiento por ambos pitones, en una faena tan completa como carente de pasión. Con el quinto, algo más brioso que su hermano de camada, lo volvió a intentar en un trasteo completo, al que le faltó emoción. Vuelta por su cuenta y riesgo que nunca tuvo que dar. No tuvo suerte en Valencia.
- Plaza de toros de Valencia. 4º festejo Feria de Fallas 2023. Menos de media plaza. Cinco toros de Juan Pedro Domecq, desiguales de presentación, justos de fuerza, raza y casta (1º, 2º y 3º); el 4º, sustituido por dos de Montalvo, convertido en 4º tris, encastado; el 5º y 6º, manejables.
- Paco Ureña: saludos y oreja con fuerte petición de la segunda.
- Ángel Téllez: saludos y vuelta protestada.
- Francisco de Manuel: saludos y oreja con petición de la segunda.
- Incidencias: Saludó tras parear al segundo de la tarde el torero de plata Juan Navazo. El diestro Paco Ureña resultó lesionado en una ceja tras recibir, incomprensiblemente, un golpe en el lanzamiento de una bota desde el tendido en la vuelta al ruedo que dio.