El alcalde de Valencia, Joan Ribó

El alcalde de Valencia, Joan RibóAyuntamiento de Valencia

Elecciones 28-M  Ribó, desesperado, se aferra al populismo sanchista: promete viviendas y entra en la polémica de Doñana

El alcalde de Valencia recurre a temas nacionales y a promesas incumplidas para intentar remontar en unas encuestas que le sitúan fuera del poder tras el 28-M

Las elecciones locales y autonómicas se acercan y las encuestas auguran un mal resultado para los partidos y gobiernos de izquierdas. Ante un posible cambio de ciclo político en ayuntamientos y regiones y con unos comicios generales en pocos meses, los afectados se agarran al populismo electoral como a un clavo ardiendo para intentar dar la vuelta al sombrío panorama.

En la Comunidad Valenciana, un buen ejemplo de ello es Joan Ribó. El alcalde levantino ha visto mermada su popularidad y su gestión al frente del Consistorio deja poco margen para presumir, con no pocos sectores de la ciudad cabreados por la ejecutoria de Compromís y el PSPV-PSOE.

Ante la falta de argumentos que sirvan para avalar un balance, el dirigente nacionalista ha optado por la estrategia de tomar los asuntos que marcan la agenda a nivel nacional y dotarles de matices locales.

De este modo, Ribó centra la campaña electoral en temas como la vivienda y la sequía con la polémica del Parque Nacional de Doñana como telón de fondo. Ambos los está utilizando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para intentar desviar la atención de materias sensibles como la ley del 'solo sí sí' y lo hace el primer edil para evitar hablar de atascos o plagas de ratas y cucarachas.

Tope al precio del alquiler

Respecto al primero, el regidor ha anunciado que si los valencianos le renuevan su confianza en las urnas, la legislatura 2023-2027 será «la de la vivienda» y para ello se ha comprometido a construir 450 de tipo social para paliar el «grave problema» y que «cualquier persona pueda acceder a una vivienda en condiciones razonables».

Aportando su indispensable toque ideológico, el nacionalista también ha indicado que pretende implementar «limitaciones en el precio del alquiler» todo lo que la legislación estatal le permita y promoverá «un plan para paralizar las nuevas licencias de apartamentos turísticos en zonas saturada». Es decir, Ada Colau versión valenciana.

Analizando la propuesta de Ribó, llama la atención que sea ahora, a menos de cuarenta días para que abran los colegios electorales, cuando el alcalde se acuerde de las viviendas sociales tras ocho años en el poder.

Como publicó El Debate hace pocas semanas, un estudio de la Cátedra Observatorio de la Vivienda de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) alertó de que la política al respecto es «casi inexistente» en el uso del suelo público por parte de las autoridades municipales para levantar esta clase de edificios.

De hecho, en sus dos legislaturas, Ribó tan solo ha construido ocho bloques de viviendas sociales. El compromiso del regidor va encaminado a conseguir, siguiendo la retórica empleada por la Moncloa, alquileres asequibles. No obstante, no ha sido capaz de sacar a tal efecto buena parte de las más de 57.000 casas vacías que hay en Valencia.

Por si fuera poco, cabe recordar que en el mismo contexto electoral pero cuatro años atrás, en 2019, el de Compromís ya hizo lo propio, con lo que para él este tipo de promesas no le viene de nuevas. En aquel momento, prometió edificar 900 viviendas sociales en toda la ciudad con un alquiler asequible. Ni rastro.

Sus contradicciones a golpe de programa electoral también se dejaron ver hace unos días, cuando anunció que en un hipotético tercer mandato crearía hasta dos mil plazas de aparcamiento. Lo curiosos es que desde que ostenta la alcaldía ha ido eliminando sucesivamente muchas de ellas, hasta llegar a superar las diez mil suprimidas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su visita a la Estación Biológica de Doñana

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su visita a la Estación Biológica de DoñanaFrancisco J. Olmo | Europa Press

Por otra parte, Ribó también está aprovechando la polémica que rodea al Parque Nacional de Doñana para hacer campaña. Al igual que Sánchez, ha querido hacer alusión a dicho asunto como arma política.

Lo ha hecho para lanzar un dardo al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. Sin nombrarle directamente, ha contrapuesto la gestión del popular con la que él está llevando en la Albufera.

En opinión de Ribó, existe una clara diferencia entre las acciones que está llevando Compromís y las de «otros» que «secan sus humedales allá por Doñana». Como dato para sustentarlo, el dirigente asegura, sin aportar cifras concretas ni informes sobre ello, que los flamencos del paraje andaluz «están emigrando» hacia el valenciano, algo cuya causa sostiene que es «confrontar» las políticas medioambientales del Partido Popular.

Vivienda asequible y ecologismo. Esas dos banderas son a las que se aferran Ribó y sus compañeros nacionalistas para no tener que abandonar el Ayuntamiento de Valencia antes de lo que hubiesen deseado. Los sondeos indican que hay muchas posibilidades de ello y, por tanto, ante situaciones desesperadas, promesas desesperadas.

Da igual que sean repetidas, incumplidas, imposibles de ejecutar o, simplemente, basadas en polémicas artificiales y falsas. Lo importante es la ideología y que esta impregne todas las paredes del Consistorio y de su quehacer diario. El propio Ribó así lo ha reconocido, asegurando que el «primer objetivo» el próximo 28 de mayo es que la izquierda mantenga el poder en la capital valenciana.

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