Comunidad Valenciana La Mesa de las Cortes Valencianas, la más plural gracias a una maniobra del PP que desespera a Puig
Para que el órgano tenga la voz de los cuatro partidos con representación, los de Mazón cedieron parte de sus votos a Compromís ante la sorpresa del PSPV-PSOE y de una Diana Morant estupefacta y cabreada
A dos días de cumplirse un mes desde las elecciones autonómicas, las nuevas Cortes Valencianas ya están constituidas. Entre los 99 diputados que consiguieron el acta hay veteranos, noveles y ausencias importantes como la de Enric Morera, que ha sido presidente de la Cámara durante los últimos ocho años.
En el pleno de ayer los representantes de más de cinco millones de valencianos juraron o prometieron su cargo –naturalmente, todos lo hicieron–, pero además hubo tres votaciones con tal de elegir a los miembros de la Mesa del parlamento, tanto la presidencia como los vicepresidentes y los secretarios de la misma.
En la primera no hubo sorpresa alguna y Llanos Massó fue elegida presidenta de las Cortes gracias a los cuarenta votos del Partido Popular y a los 13 de su partido, Vox. De este modo, se cumplía uno de los puntos acordados por ambas formaciones en su pacto de Gobierno. Esta candidatura siempre estuvo en todas las quinielas, pero no fue hasta ayer mismo cuando se oficializó. De hecho, fue el propio líder de Vox, Santiago Abascal, quien lo confirmó a primera hora a su entrada a las Cortes Valencianas para seguir desde la tribuna de invitados la sesión.
Mesa «plural» y «transversal»
En la segunda votación tampoco hubo contratiempos y fueron elegidos vicepresidente primero el popular Alfredo Castelló y segunda la socialista Gabriela Bravo, que también es consejera de Justicia e Interior en funciones. Sin embargo, fue en la tercera cuando saltó la liebre. En teoría, el secretario primero del hemiciclo regional sería para el PP y el segundo para el PSPV-PSOE. Pero no sucedió así.
En una maniobra con tal de garantizar una Mesa plural en la que los cuatro partidos que obtuvieron representación parlamentaria el 28 de mayo tuvieran voz, el PP cedió a última hora parte de sus votos para que la Secretaría Segunda de la Cámara fuese para Compromís en detrimento del PSPV-PSOE, que se había negado en rotundo a cederle uno de sus asientos a sus hasta ahora socios. Por tanto, el órgano de funcionamiento de las Cortes queda con dos puestos para el PP los otros tres repartidos entre el PSPV-PSOE, Vox y Compromís.
La jugada cumplió lo que el próximo presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, buscaba, puesto que en todo momento ha apostado por una Mesa «plural» y «transversal». Fuentes de su más estrecha confianza confirman a El Debate que ni Ximo Puig ni su grupo tenían conocimiento de que se iban a quedar sin un miembro y advierten: «Hay que ir acostumbrándose a este tipo de jugadas».
Quien sí estaba al tanto era Compromís. Al menos, parte de sus diputados, ya que es una coalición de tres partidos y el PP eligió estratégicamente con qué dirigentes nacionalista tratar este asunto para evitar refriegas internas, filtraciones interesadas y posibles duplicidades para optar a ser secretario segundo del Parlamento.
Como es de suponer, los que se tomaron mal el hecho descrito fueron los socialistas. El consejero de Hacienda en funciones y desde ayer portavoz de facto del PSPV-PSOE en la Cámara, Arcadi España, reconoció estar «perplejo» por lo que denominó «pacto entre PP, Vox y Compromís», aspecto que le pareció «obsceno».
En la parte superior de las Cortes se encontraba la ministra de Ciencia y número uno de la lista del PSOE por Valencia al Congreso para las elecciones generales, Diana Morant. Al parecer, según testigos, cuando se consumó la derrota parlamentaria en la tercera votación, Puig y ella se cruzaron una mirada y la candidata hizo un gesto de enfado y desaprobación al que le siguió una repentina llamada de teléfono. Con quién se comunicó es una incógnita, pero su cara reflejaba estupefacción y enojo.
En otro orden de temas, el pleno de constitución de las nuevas Cortes Valencianas se caracterizó por la falta de respeto institucional que hizo el diputado socialista Carlos Laguna. Al ser la primera sesión, se constituyó la Mesa de Edad, conformada por el diputado más joven y el más mayor, el ya citado Laguna. Su intervención, lejos de estar a la altura de la neutralidad que estar al frente de un parlamento implica, apenas tuvo diferencias con lo que podría ser un mitin del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la campaña electoral de las generales.
Aunque sin nombrar específicamente a ningún partido, lamentó que haya formaciones que niegan «sistemáticamente la violencia de género», que esta «ahí, como el rayo que no cesa». También aseveró que en estos tiempos «complejos» se está «pervirtiendo» el concepto de libertad, recortándola y fomentando movimientos racistas, xenófobos y homófobos.
El discurso era ideología y loas a su partido. Tan es así que Laguna se permitió el lujo de calificar a Ximo Puig como «un buen presidente, un gran presidente». Frente a ello, las fuentes del PP anteriormente mencionadas no se callan: «Ha sido bochornoso. Cuando eres el presidente de las Cortes no puedes hacer un discurso de partido, sino que tienes que respetar la institucionalidad del parlamento y hablar para todos los valencianos. No es un escaño más», critican.
Por tanto, la XI Legislatura en la Comunidad Valenciana comienza de la misma manera que terminó la última, con una victoria del PP –en mayo fue en las urnas y ayer parlamentaria– y con unos socios, el PSPV-PSOE y Compromís, a la gresca y dejando a las claras que su alianza ya es historia. En los próximos cuatro años, cada uno por su cuenta.