Día de la Comunidad Valenciana La Real Señera recorre Valencia entre cánticos a favor de la unidad nacional y contra el anexionismo catalán
Decenas de miles de valencianos han acompañado a la bandera autonómica en una procesión cívica marcada por la entrada de la enseña en la Catedral tras ocho años y los abucheos a Compromís
La Comunidad Valenciana ha celebrado este lunes el tradicional 9 de Octubre, el Día de su fiesta regional, un evento que conmemora la entrada en la capital levantina por parte del Rey Jaime I El Conquistador para acabar con el dominio musulmán imperante en el año 1234. En esta ocasión, el acto ha tenido numerosas caras nuevas, la recuperación de la entrada de la Real Señera en la Catedral y, como de costumbre, la nota dada por los partidos de izquierdas, el PSPV-PSOE y Compromís.
Respecto al primer asunto, esta festividad ha sido la primera en que los anfitriones han sido la alcaldesa valenciana, María José Catalá, y el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. Junto a ellos han estado numerosos nuevos alcaldes de municipios de las tres provincias autonómicas, así como los respectivos presidentes de las diputaciones, la castellonense Marta Barrachina, el valenciano Vicente Mompó y el alicantino Toni Pérez, todos ellos nuevos en sus cargos y muestra del enorme poder institucional que el Partido Popular cosechó en las elecciones locales y autonómicas del 28 de mayo.
Como es costumbre, los actos han comenzado cuando el reloj del Ayuntamiento daba las 12 de la mañana. En ese instante, la Real Señera bajaba por el balcón acompañada de los acordes del himno de la Comunidad. Cabe destacar que la enseña autonómica es la única que tiene el honor de ser Real, por lo que no se inclina «ni ante nada ni ante nadie». De hecho, aunque el sol caía a plomo, el Consistorio había preparado un vehículo especial al estilo del papamóvil por si llovía, algo que no ha sucedido.
Abucheos a Compromís
Tras volver a sonar el himno valenciano y el de España ha dado comienzo la procesión cívica encabezada por la propia Catalá, que portaba ella misma la bandera. Acompañada de Mazón, del presidente del Senado, Pedro Rollán, de todos los concejales municipales y del Gobierno de la Generalitat en pleno, han recorrido las principales calles del centro de la ciudad bajo el apoyo y cariño de decenas de miles de valencianos que han estado toda la mañana esperando ese momento. Por destacar una ausencia, no ha acudido la ministra de Política Territorial en funciones, Isabel Rodríguez.
La marcha, que ha durado alrededor de dos horas, ha transcurrido con total normalidad siempre entre aplausos y como principal novedad ha tenido que la Señera y la comitiva han entrado a la Catedral, un aspecto que no se dio ningún año en los ocho años que Valencia estuvo gobernada por Joan Ribó, de Compromís, en coalición con el PSPV-PSOE. Por tanto, ha sido la primera vez desde 2014 que la Señera hacía su entrada en el templo durante el Te Deum. La razón argüida por el anterior Equipo de Gobierno para intentar justificar su radical anticatolicismo era que los símbolos regionales son «de todos los valencianos y no solo de los católicos».
Este año, en cambio y tal como prometió Catalá durante la campaña electoral y en su discurso de investidura, la enseña ha vuelto a la Catedral, donde ha sido recibida por el Arzobispo de Valencia, Enrique Benavent. Sin embargo, como siempre en esta clase de eventos, tanto los socialistas como Compromís han puesto su clásico toque ideológico, negándose a entrar a la Catedral. De hecho, la concejal nacionalista Papi Robles -que fue la número dos de Ribó el 28-M- y que también portaba la Señera, la ha dejado y ha acompañado a todos los representantes de su formación a rodear el Templo con tal de no entrar.
Esa artimaña no ha gustado a los ciudadanos, que la han contestado con abucheos y gritos de «fuera, fuera» o «si no os gusta, a vuestra casa». Es más, los gestos de desaprobación hacia Ribó y los suyos han sido una constante durante toda la marcha, repitiéndose los silbidos y las protestas como «fuera Ribó», «catalanistas», «sinvergüenzas», «caraduras» o alguno más en tono jocoso como «ponte corbata» o «dónde te has dejado la corbata», aludiendo a la manera de vestir del exregidor (algún compañero suyo incluso iba calzado con zapatillas blancas, algo muy alejado de lo que establece el protocolo para actos tan solemnes como el Día de la Comunidad Valenciana).
Con la amnistía y los pactos que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ya está negociando con EH Bidu, Junts per Catalunya y Esquerra Republicana entre otros, ha habido loas a favor de la unidad nacional y de las señas de identidad valencianas frente a los constantes intentos del independentismo de anexionarse la región en los mitológicos ‘Países Catalanes’. De ese modo, han sido una constante los gritos de «Viva España», «Viva Valencia» o «Som valencians, mai catalans -somos valencianos, nunca catalanes», además de sonoros aplausos a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y el Estado y el Ejército que han acudido a la procesión cívica en Valencia.
Una vez realizada la tradicional ofrenda de flores junto a la estatua del Rey Jaime I, la marcha ha vuelto a la plaza del Ayuntamiento, donde se ha disparado una mascletá y se ha subido la Real Señera de al Consistorio, siempre erguida y sin inclinarse «ante nada ni ante nadie».