Los nombramientos de Torró y España allanan el camino a la delfín de Puig para liderar el PSOE valenciano
La marcha de ambos exconsejeros a Madrid como secretarios de Estado aumenta las posibilidades de que Pilar Bernabé presente su candidatura para dirigir la federación
El PSPV-PSOE está obligado a reorganizarse muchos meses antes de lo que se preveía, ya que el horizonte temporal de los dirigentes de la formación se fijaba en el congreso que previsiblemente se celebrará en la segunda mitad de 2024 y en el que los militantes elegirán a su líder para los próximos años, con el objetivo de recuperar la presidencia de la Generalitat. Por el contrario, los cambios deberán producirse de forma inmediata como consecuencia de los nombramientos de Rebeca Torró y Arcadi España como nuevos secretarios de Estado que se oficializarán este martes en el Consejo de Ministros.
Esa marcha a Madrid (ella a Industria y él a Política Territorial) no solo afecta a que el grupo parlamentario socialista en las Cortes autonómicas esté prácticamente descabezado por las salidas de sus dos portavoces unidas a la eterna ausencia de Puig (en los próximos días se decidirán los sustitutos), sino que también tiene su traslación al debate interno a propósito de cuál será el nombre que suceda al expresidente. Así, las designaciones del Gobierno allanan el camino para que Pilar Bernabé, actual delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, opte a la Secretaría General del PSPV-PSOE como 'representante' del sector ximista.
Con la pérdida de la Generalitat y de buena parte del poder local y sin gestionar ninguna de las tres diputaciones provinciales, Puig no tuvo más remedio en verano que darle una vuelta al organigrama de la federación. Esa maniobra sirvió para promocionar orgánicamente a Bernabé, que pasó a ser la número dos del partido. Un gesto que se tomó como una posible avanzadilla para postularse como candidata en el congreso del próximo año.
Buenas referencias en Moncloa y Ferraz
Aunque todavía falta para ese cónclave, el baile de nombres en el PSPV-PSOE para elegir líder es a día de hoy una constante. En cuanto a Bernabé, es persona de la máxima confianza de su jefe de filas, a lo que suma que tras la debacle electoral de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo es la persona de la organización que mayor cargo de responsabilidad institucional ostenta, siendo la tercera autoridad en la región, tan solo por detrás del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y de la presidenta de las Cortes, Llanos Massó.
Además, la dirigente socialista también cuenta con buenas referencias tanto en el Palacio de la Moncloa como en la sede de Ferraz. Este hecho puede ser de gran relevancia para sus intereses puesto que, en el eventual caso de que las aspiraciones a comandar la formación derivasen en una lucha sin cuartel entre las distintas familias internas, su perfil de persona transversal y con capacidad de trabajo puede ser visto desde la óptica del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como una solución de consenso frente al riesgo de tener un partido resquebrajado.
Si la delegada del Gobierno decidiese dar el paso y confirmar las apuestas que dentro y fuera del PSPV-PSOE se hacen, es probable que tenga que batirse en unas primarias con el actual alcalde de la localidad valenciana de Mislata, Carlos Fernández Bielsa. Frente a la preferencia de Puig por su delfín, el jefe del Ejecutivo se ha encargado de demostrar que Bielsa, que también es el secretario provincial en Valencia de la federación, puede ser el referente a nivel regional. Buena muestra de ello es que de cara a las elecciones generales del 23 de julio, Sánchez le encomendó a Bielsa diseñar las listas al Congreso de los Diputados, respetando su criterio y tachando y cambiando varios nombres que Puig y los suyos habían incluido.
Por tanto, el camino de Bernabé de cara a dirigir el socialismo valenciano parece más despejado, si es que no estuviera ya tomada la decisión. Con el firme apoyo de Puig, los nombramientos de Torró y España también le han supuesto evitar dos hipotéticos candidatos, ya que ambos fueron consejeros durante el tripartito y los meses que la legislatura lleva en marcha se han encargado de la dirección y coordinación del grupo parlamentario en las Cortes. Con esas salidas a Madrid, la partida se sigue jugando en la Comunidad, sin tampoco descartar que Sánchez imponga su criterio y, de ese modo, le dé una patada al tablero de un partido que desde mayo no encuentra la estabilidad.