La Guardia Civil no halla ADN de Zaplana en los documentos del caso Erial, en el que está procesado
El servicio de Criminalística de la Benemérita responde a la prueba solicitada por la defensa del expresidente de la Generalitat y exministro y hace constar que no se han hallado restos que permitan vincular al político con la documentación que dio origen a la causa
Pequeña victoria para el expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro Eduardo Zaplana. La Guardia Civil no ha encontrado restos biológicos ni ADN en los documentos conocidos como los «papeles del sirio» que han dado origen al caso Erial, en el que está procesado y por el que tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados.
En un escueto informe remitido a la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia, el servicio de Criminalística de la Guardia Civil responde a la prueba solicitada por la defensa de Zaplana y hace constar que no se han hallado restos que permitan vincular al exministro con esa documentación, ni a ninguna otra persona, según han informado a Efe fuentes del caso.
Los conocidos como «papeles del sirio» tienen su origen en una operación policial ordenada en el marco de otra macrocausa judicial, el caso Imelsa, y concretamente en el registro del despacho del primer abogado de Marcos Benavent.
Están considerados por los investigadores del caso Erial como la «auténtica hoja de ruta» que se siguió para concurrir a las licitaciones del Plan Eólico y las ITV por las que la trama supuestamente corrupta, con el expresidente de la Generalitat Valenciana al frente, pudo cobrar comisiones.
En poder del «yonqui del dinero»
Los documentos estaban en poder de Benavent, más conocido como «el yonqui del dinero», porque se los había entregado –según declaró– en el año 2012 una persona de origen sirio llamada Imad, que al parecer ocupó la misma vivienda que el exdirigente 'popular'.
Esta persona aseguró haberlos encontrado «abandonados» dentro de un sobre unos diez años antes, alrededor de 2007, en una vivienda en la que residió en régimen de alquiler, cuyos propietarios fueron entre 1998 y diciembre de 2006 Zaplana y su esposa.