Compromís marca distancias con Sumar y se acerca al BNG tras el fracaso de Yolanda Díaz en Galicia

El 8 de julio de 2023, a tan solo 15 días de las elecciones generales, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, fue la indiscutible protagonista del mitin que, como líder de Sumar, pronunció en el céntrico teatro Olympia de Valencia junto a numerosos dirigentes de Compromís, ya que compartían papeleta con la gallega el 23-J. El ambiente fue más que festivo. Sin embargo, ese compadreo se ha ido minando poco a poco, empezando por cuando los nacionalistas se encargaron de rechazar su integración a nivel orgánico en el proyecto de la titular de Trabajo por ser «un proyecto de estricta obediencia valenciana».

Pero la distancia ha ido aumentando y el último episodio ha sido consecuencia de los resultados de las elecciones gallegas del pasado domingo, en las que el Partido Popular consiguió mayoría absoluta y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) experimentó una notable subida en escaños pasando de 19 a 25. En los comicios, los partidos que conforman el Gobierno central sufrieron sendas debacles: el PSOE rompió su suelo electoral cosechando el peor resultado de su historia y, por su parte, Sumar no logró ni un solo asiento y es fuerza extraparlamentaria.

Con ese contexto, Compromís no ha tardado en poner en marcha el dicho castellano de 'arrimarse al sol que más calienta'. Siendo plenamente consciente de sus urgencias demoscópicas, los nacionalistas necesitan un revulsivo que pueda movilizar a un electorado que el pasado 28 de mayo le dio la espalada, más aún cuando en algo más de tres meses hay una nueva cita con las urnas, en este caso para elegir a los representantes en el Parlamento Europeo.

«Fuerzas de proximidad»

Ante esa fecha marcada en rojo en el calendario, los valencianos tienen que decidir la fórmula en la que acuden. Después del 23-J, prácticamente no había duda de que la unión con Sumar también se daría el 9 de junio, pero el fracaso de Díaz en Galicia, su tierra, ha sembrado de dudas ese aspecto. De hecho, quienes se han encargado de marcar distancias con su por ahora aliada han sido las dos caras más visibles de Compromís. El primero que lo hizo fue Baldoví, que destacó el «imparable ascenso del BNG», al mismo tiempo que aseguró que se ha convertido en el «espejo» en el que mirarse, ensalzando las «fuerzas de proximidad» frente a organizaciones de ámbito general.

Con vistas a las europeas, el propio nacionalista es el que enfría y pone en cuarentana concurrir junto a Sumar, indicando que optará por la opción que haga que el «valencianismo político» esté «en Europa». «Cuando toque, regaremos», dice el líder de la coalición, subrayando que «todas las opciones están sobre la mesa».

Los reproches al partido de Díaz por parte de Compromís no solo le vienen de Baldoví, sino también de la portavoz adjunta de Sumar en el Congreso, Àgueda Micó, que considera que la ministra de Trabajo presentó a su partido a las elecciones gallegas «pronto», por lo que le insta a hacer sus propias valoraciones. Al igual que su compañero, valora positivamente los resultados del Bloque, que los achaca directamente a años de trabajo de implantación en el territorio. Otro dardo para la vicepresidenta segunda.

Es por ello que, ante una eventual expansión de Sumar como marca propia en todas las comunidades autónomas o en la mayoría de ellas, Compromís advierte a sus dirigentes de que no tendría sentido que esa estrategia la llevasen a la Comunidad Valenciana, puesto que el plan y la supervivencia de los de Baldoví pasan inevitablemente por conservar y ser hegemónicos en el espacio electoral a la izquierda del Partido Socialista y el ámbito nacionalista.