Castellón Las víctimas del incendio del tren de Bejís siguen sin compensación año y medio después: «Nos han abandonado»
Isabel Irlandés, una de las afectadas por el accidente, relata cómo las administraciones se han desentendido y todavía no han recibido ninguna compensación mientras tienen que cubrir sus gastos médicos
Hace ya un año y ocho meses del trágico y devastador incendio que azotó más de 20.000 hectáreas en el interior de la Provincia de Castellón. En una tarde calurosa del 15 de agosto de 2022 fue cuando se desataron las llamas, que afectaron a más de cinco municipios de la zona del Alto Palancia, principalmente la localidad de Bejís, y a un tren que hacía su recorrido pasando por esa región.
El 16 de agosto, un día después de que comenzase el fuego, y con el incendio todavía descontrolado, un tren que conectaba Valencia y Zaragoza se vio atrapado por las llamas en la zona de Caudiel. De los 49 pasajeros que viajaban en el convoy, más de una decena resultaron heridos, tres de ellos de gravedad, ingresados en la UCI por el carácter grave de sus quemaduras.
Isabel Irlandés es una de las víctimas más afectadas por el incendio, que junto a sus dos hijos, vivió un infierno aquella tarde de verano, del que todavía le quedan secuelas, tanto físicas como psicológicas. Isabel ha detallado lo vivido en el incendio a El Debate, donde denuncia principalmente el abandono del caso por parte de las administraciones.
Me he quedado sin hogar y sin trabajo, estoy completamente destrozadaVíctima afectada por el tren atrapado en el incendio de Bejís
Isabel fue la segunda víctima más afectada tras el incendio. Actualmente cuenta con un 20 % de injerto en su cuerpo, en las dos piernas, el brazo izquierdo y en mitad de la cara y el cuello. «Son secuelas que tengo de por vida y esto me ha me ha supuesto a nivel físico una limitación», confiesa la afectada.
Tras el accidente, Isabel ha cargado con todos los gastos médicos, tanto de ella como de sus dos hijos pequeños, que viajaban también en el tren: «Todos los gastos médicos salen de mi bolsillo, tanto fisioterapia como psiquiatría, psicología, terapias para llevar la ansiedad y los pensamientos intrusivos y ataques de pánico que tengo».
«Me he quedado sin trabajo a causa de las secuelas del incendio, me he quedado sin hogar por no poder pagarlo. Estoy completamente destrozada», confiesa Isabel sobre su difícil situación, 20 meses después del incendio que le ha cambiado completamente la vida.
Caso paralizado en los juzgados
Sin trabajo y con una carga de gastos médicos a la espalda, Isabel denuncia el «abandono» que han sufrido las víctimas del incendio por parte de todas las autoridades, tanto de la Generalitat Valenciana como de Renfe, dependiente del Ministerio de Transportes, ya que no han recibido indemnización alguna. El proceso judicial sigue sin resolución y está parado provisionalmente a falta de un informe de la Guardia Civil.
«Tienen unas imágenes de la tarde del incidente, momentos antes de que el incendio llegue a las vías, y es una prueba importante para la Policía. Aquí se demostraría que el tren no debería haber salido. Aunque para nosotros no es una prueba imprescindible, ya hay un sumario con más de mil páginas, con muchas pruebas del nivel de emergencia del incendio. Hay muchísimo datos e informes de bomberos del 112», aclara Isabel.
Para las víctimas, lo más importante es aclarar que el tren no debería haber salido, dada la información y los datos que se tenían hasta el momento de cómo evolucionaba el incendio y del nivel de emergencia que suponía. «Ximo Puig podría haber parado ese tren, y la entonces ministra de Transportes, también», añade de forma contundente Isabel.
Silencio administrativo
«Estamos hartos de reclamar. No hemos recibido ninguna respuesta, solo un silencio administrativo absoluto. No entiendo muy bien qué está pasando con el Juzgado Número 1 de Segorbe, me consta que ha pasado el caso por varios jueces que se han ido pasando de uno a otro la patata caliente, pero ninguno ha abierto el caso de nuevo y estamos aquí las víctimas reclamando justicia y poder llevar la vida más parecida a lo que llevábamos antes, porque obviamente nunca va a volver a ser como la de antes», reclama Isabel en nombre de las víctimas.
Con el cambio en el Gobierno Valenciano tras las elecciones, Isabel, junto con otros afectados por el incendio, vieron una nueva oportunidad de ser escuchados y consiguieron una reunión con el nuevo presidente del Consell, Carlos Mazón, en noviembre de 2023: «Conseguí el contacto y nos reunimos con Mazón, yo estaba presente. Nos pidió disculpas y, en la reunión que tuvimos, se nos prometió ayuda. Pero actualmente no sabemos nada, hasta el día de hoy».
Otra de las víctimas del incidente del tren se dirigió a Mazón la pasada semana en su visita oficial a Villarreal para preguntar por si había alguna novedad en el caso. Mazón se mostró muy colaborativo y aseguró que habría novedades entre finales de este mes de abril y principios de mayo.
Renfe culpa a los pasajeros
Por el momento, el proceso judicial sigue parado, y las víctimas todavía no tienen ninguna compensación, ni por parte del Ejecutivo central ni del de la Generalitat. Según relata Isabel a este periódico, desde Renfe intentan culpabilizar a los propios pasajeros del tren por su reacción al incendio: «El Ministerio de Transportes y sindicatos de Renfe comenzaron a decir mentiras por televisión: que fue culpa nuestra porque cundió el pánico, pero fue la maquinista quien nos abrió la puerta y nos dijo de salir. Todo esto es para desviar la atención. La verdadera cuestión es quién deja salir ese tren de Valencia».
Según la versión de Isabel y el resto de pasajeros del tren, fue la maquinista quien les dijo de bajar del tren, porque «se vio presa del pánico y no podía echarlo ni hacia delante ni hacia atrás. No había manera de arrancar el tren». Además, la maquinista también está imputada en el caso del accidente.
«Yo le pregunté qué puedo hacer para salvar la vida de mis hijos, y ella me contestó que saliese del tren. Yo salí con el pequeño en brazos, y mandé a mi hija mayor de diez años a correr por las vías lo más que pudiese, y por suerte ella casi no se quemó. Al final llegamos a un punto de aire y ahí es donde conseguimos salvar la vida», relata Isabel su actuación en el incendio y cómo decidió bajar del tren siguiendo las indicaciones de la maquinista.
Isabel recalca otras «negligencias», como que algunos pasajeros llamaron al 112 y no contestaron o dijeron que no tenían constancia de ningún incendio en esa zona, un hecho que señala como «falta de coordinación y comunicación de los Servicios de Emergencias», que no ayudaron lo suficiente, según Isabel. «Cuando llegamos a Caudiel, no había nadie. Estuvimos prácticamente una hora esperando a los servicios de Emergencias. De hecho, tengo que agradecer al pueblo de Caudiel, que fueron los primeros en ayudarnos y bajaron con todo tipo de mantas», detalla muy afectada.
500 euros al mes en gastos médicos
Por el momento, nadie se ha hecho responsable de los gastos médicos ni ha indemnizado a ninguna víctima del tren. Isabel perdió su trabajo y acumula grandes un gran desembolso sanitario mientras sigue a la espera de que se reanude el proceso judicial, por lo que ha puesto en marcha «una campaña de recaudación de fondos para que nos ayuden a poder paliar estos gastos médicos que son desorbitados». Estoy gastando al mes más de 500 euros», explica. Por lo que ha abierto una cuenta bancaria para poder recibir transferencias (ES47302500058111433328308) y ha habilitado un número de teléfono para recibir bizum: 606887992.
Las víctimas, que siguen en contacto en su mayoría y tienen un grupo de WhatsApp, no se cansan de luchar por su situación y de seguir reclamando justicia por el accidente de tren. Isabel, portavoz del grupo ante los medios, además de moverse para conseguir reuniones con cargos del Gobierno Valenciano e informarse del caso judicial con abogados, también ha decidido escribir un libro sobre los hechos.
Para mí es una lucha titánica contra el Gobierno y sus negligencias
«Yo soy ilustradora y también me encanta escribir. Sentía que tenía que escribir sobre el tema», explica Isabel sobre su nueva iniciativa. «De hecho, estoy también en la Asociación de Quemados de Cataluña e impartiendo charlas para la asociación Kreamics en Barcelona. Hay mucha gente que me ha apoyado con el tema del libro y llevo prácticamente un año escribiendo, recopilando todos los los datos, porque eso es un trabajo de investigación muy fuerte».
Con el libro, Isabel pretende «remover conciencias». Según explica, «para mí es una lucha titánica contra el Gobierno y las negligencias que se están cometiendo. Además de la lucha en la que nos encontramos ahora también con el tema de salud mental, porque el libro pretende ser una ayuda para aquellos que están pasando por algo parecido. La mente humana es muy poderosa y, como yo digo, el ser humano es capaz de lo peor y de lo mejor».
«Me encuentro con mucha, mucha fuerza. Cuando te tocan a tus hijos y te encuentras en la tesitura de tener que salvar las dos cosas que más quieres en el mundo, viendo que el fuego se está envolviendo completamente, sintiendo cómo te quemas, sintiendo que tienes un helicóptero arriba y no te ve... Es una locura la impotencia que puede crear. Solo de pensar la posibilidad de que hubieran muerto mis dos hijos...», concluye.