El expresidente de la Generalitat valenciana y exministro Eduardo Zaplana, la semana pasada, en Valencia

El expresidente de la Generalitat valenciana y exministro Eduardo Zaplana, la semana pasada, en ValenciaRober Solsona / Europa Press

Juicio caso Erial  Zaplana reivindica su inocencia en su última palabra y asegura que dedicarse a la política ha sido «un honor»

El expresidente valenciano asegura que «nunca» ha cometido «ninguna ilegalidad» mientras estaba al frente de la Generalitat y que no ha tenido «nunca dinero en el exterior»

El expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro con el PP, Eduardo Zaplana, ha aprovechado la última palabra en el juicio del caso Erial para defender lo que ha mantenido desde que fue detenido: «No he cometido ninguna ilegalidad ni he tenido dinero en el exterior». Asimismo, ha asegurado que ha sido un «honor» para él dedicarse a la vida política «aunque su ejercicio me haya traído aquí», ha apostillado.

El exdirigente se enfrenta a una pena de 17 años de prisión, tal y como le reclama el fiscal, por los delitos de organización criminal, blanqueo de capitales, cohecho, falsedad en documento mercantil y prevaricación administrativa. Junto a la petición de cárcel le solicita una multa de 40 millones de euros y otras dos más que suman 72.000 y 36.000 euros.

«A lo largo del procedimiento, que ha durado más de ocho años, se ha querido trasladar sobre mí una imagen, una idea de un grupo criminal que usa y abusa de sus relaciones personales», ha lamentado en la última sesión del procedimiento en el que se ha investigado el supuesto cobro de más de 10 millones de euros en comisiones derivadas de concesiones de ITV y parques eólicos de la Comunidad Valenciana.

«Buen amigo»

Esta semana fue el Ministerio Público el que abrió los informes y rebajó en dos años la pena solicitada para Zaplana, que pasó de 19 a 17 años al eliminar el delito de falsedad en documento oficial, y retiró la acusación contra tres personas: la exdiputada Elvira Suances, el peluquero Pedro Romero y el empresario Ángel Salas. También dejó la pena para el expresidente de la Generalitat y de Bancaja, José Luis Olivas, en dos años, similar a la de cuatro conformados que reconocieron los hechos.

En su última palabra, el exmandatario, con papeles en la mano, se ha definido como «buen amigo» de sus amigos y ha agregado: «Cuando les he podido hacer un favor lo he hecho sin ningún tipo de contraprestación», ha puntualizado. Igualmente, ha lamentado que durante estos días ha sobrevolado en la sala la imagen de que es una persona que se dedica a esconder su actividad o incluso parte de su vida «de una forma casi paranoica ante no sé qué miedo o amenazas que podía tener en el pasado que jamás me preocuparon pero que, visto lo visto, probablemente me tuvieron que preocupar», ha dicho.

Eduardo Zaplana, este martes, durante el juicio por el caso Erial

Eduardo Zaplana, declarando en el juicio del caso ErialEFE / Biel Aliño

«Todos los bienes son los que se analizan en la pericial que aportó mi abogado mientras estaba en prisión y cuando estaba el sumario bajo secreto. No hay más», ha añadido. Zaplana también ha afirmado que «tras los registros en su domicilio, en sus despachos, tras intervenciones telefónicos, grabaciones en lugares públicos y nueve meses en prisión», dice «lo mismo» que dijo en marzo de 2019 cuando abandonó el centro penitenciario: «No he cometido nunca ninguna ilegalidad en mi responsabilidad al frente de la Generalitat Valenciana y no he tenido nunca dinero en el exterior. Lo afirmé entonces y lo reitero», ha incidido.

«Estos días escuchando las pruebas practicadas y los relatos ha sido imposible no recordar los tiempos dedicados a la vida pública y política que casi coinciden en el tiempo con el periodo que he sido investigado en la causa con todo tipo de material, incluso el más privado como mis agendas».

Y ha añadido en esta línea: «De toda esta larga etapa, los recuerdos gratos superan a los ingratos. Siempre decidí afrontarlos con responsabilidad y la mayor dignidad posible. Hoy, en esta etapa tan difícil para mí, sigo manifestando mi gran satisfacción y orgullo por los años de dedicación a la vida pública y a la presidencia de la Generalitat. Ha sido un honor dedicarme a la vida política, actividad digna donde las haya, aunque su ejercicio me haya traído aquí. De que yo esté aquí no tiene culpa la política», ha concluido.

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