Restaurante árabe donde se produjo el presunto incidente homófobo
Denuncian la expulsión de cuatro personas de un restaurante marroquí en Valencia por llevar símbolos LGTBI
La dueña del establecimiento se defiende argumentando que son una ofensa a su religión y sus valores
Valencia ha sido el escenario de un controvertido incidente que ha generado una intensa discusión en redes sociales. Cuatro personas fueron expulsadas del restaurante marroquí Aladwaq, ubicado en la calle La Nave, después de colocar abanicos con la bandera arcoíris en sus mesas, tal y como denuncia Meritxell Ahicart, una de las afectadas, en sus redes sociales. La dueña del establecimiento, Fátima, defendió su decisión argumentando que su restaurante «no es lugar de manifestación de homosexuales».
La denuncia inicial se difundió rápidamente a través de las redes sociales. Uno de los comensales afectados publicó: «Nos acaban de echar de este negocio por llevar un abanico con una bandera arcoíris. Desgraciadamente siguen pasando estas cosas».
Según Fátima, de 58 años y con 17 años de trayectoria en el restaurante, el gesto fue visto como «una agresión moral» en un entorno donde la clientela incluye a muchas familias marroquíes y argelinas.
Según los afectados, la dueña les exigió que retiraran los abanicos o se fueran. La situación se tornó tensa cuando los clientes se indignaron por la actitud de la mujer y amenazaron con publicar en redes lo que había ocurrido, a lo que Fátima respondió con indiferencia, priorizando sus principios religiosos sobre las repercusiones comerciales.
«Os entregáis a una abominación»
La controversia se intensificó cuando Fátima respondió a las reseñas en Google con comentarios tales como «El restaurante no es lugar de manifestación de homosexuales. Habéis cubierto mis manteles con banderas horribles. Quitad esas banderas o no os serviré comida, he dicho. Habéis hecho una agresión moral dentro de mi restaurante. Que Alá os guíe al camino recto. Os habéis desviado muchísimo y a vuestra edad». «El Corán sagrado habla de vosotros... ¿Os entregáis a una abominación que nadie ha cometido antes?», escribió, citando textos religiosos para justificar su postura.
La reacción en las redes sociales ha sido inmediata y vehemente. Activistas y defensores de los derechos LGTBIQ+ han condenado enérgicamente la acción de Fátima, calificándola de discriminatoria y exigiendo medidas legales contra el restaurante.
Por otro lado, algunos sectores defienden el derecho de Fátima a mantener las normas de su establecimiento, argumentando que es una cuestión de «libertad religiosa» y de gestión de su propio negocio.
