Vehículo afectado por la suciedad de las jacarandas en Alicante

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Las flores de las jacarandas sacan de quicio a los alicantinos

En la ciudad, la jacaranda ensucia aceras y coches ante la impotencia y el malestar de los vecinos

En Alicante, todos los vecinos se enfrentan cada año a a la temida floración de sus árboles más extendidos: las jacarandas. La falta de mantenimiento contra el pulgón que invade estas especies propicia que en primavera, cuando crecen sus flores, estas caigan impregnadas en resina ensuciando las aceras y los vehículos, llegando incluso a levantar la pintura de los coches.

La Jacaranda mimosifolia es una planta de origen sudamericano que ha encontrado en Alicante su hogar perfecto por la compatibilidad del clima. Esta especie es actualmente la más abundante en Alicante, representando el 12% del total de árboles de la ciudad. Está bien adaptada al clima mediterráneo debido a su tolerancia a la sequía, preferencia por el sol y capacidad para crecer en casi cualquier tipo de suelo. Además, las flores de color violeta tienen un diámetro de 4 a 5 cm, lo que la convierte en una de las especies con mayor atractivo y valor estético.

Esta especie no solo es resistente y tiene gran capacidad de adaptación al entorno, sino que también ayuda a reducir la contaminación ambiental en las ciudades. Un estudio realizado en la Universidad de Sevilla demostró que un árbol de jacaranda puede absorber hasta una tonelada de CO2 al año. Contando más de 6.000 jacarandas en Alicante, eliminan alrededor de 6.000 toneladas de CO2 al año, mejorando significativamente la calidad del aire en la ciudad.

El lado oscuro de la jacaranda

A pesar de sus beneficios ambientales y su belleza, las jacarandas causan serios problemas durante la temporada de floración, que dura de abril a junio. Las flores caen sobre las aceras y las calles, creando caminos resbaladizos que pueden provocar accidentes. Además, su savia pegajosa se ve agravada por plagas como pulgones, hongos e insectos, vehículos sucios y superficies urbanas, dificultando la limpieza y el mantenimiento y afeando la imagen de una ciudad turística como Alicante.

Para paliar la situación, el Ayuntamiento de Alicante refuerza la limpieza durante el mes de mayo y aunque se utilizan métodos biológicos, como la liberación de insectos para controlar las plagas, la melaza pegajosa sigue siendo un problema persistente.

Entre los alicantinos existe un consenso mayoritario en contra de las jacarandas, ya que no es un árbol autóctono y existen alternativas más limpias para una ciudad que ya de por sí hace un esfuerzo importante en atajar la suciedad debido a su gran afluencia turística.

Estas quejas han tenido su eco en el ámbito político, dando lugar a propuestas de varios partidos durante la pasada campaña electoral, conscientes del problema que supone y el malestar que existe entre los electores. Vox apuesta por eliminar gradualmente las jacarandas y reemplazarlas con plantas que no generen tanta suciedad. El PSOE también pidió un plan financiado para sustituir las jacarandas por especies autóctonas que no comprometan la limpieza de la ciudad. Critican la gestión actual de los árboles y abogan por que las plantas se adapten mejor al clima local, mejoren la calidad del aire y proporcionen una sombra adecuada en los espacios públicos.

Algunas voces apuntan a trasladar estas especies al monte Orgegia para no talar los árboles sin más y poder preservarlos. Sin embargo, desde el Ayuntamiento de Alicante continúan reforzando la limpieza durante la época de floración para que no se vea perjudicado el mantenimiento y la imagen que ofrece la ciudad.

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