Los familiares del alicantino David relatan que le atacaron por detrás y su hijo tuvo que ver cómo agonizaba
Los presuntos autores de la muerte a golpes de un vecino de Gata de Gorgos habrían llegado a la localidad alicantina hace unas semanas, protagonizando varios incidentes
La familia de David Lledó, el vecino de Gata de Gorgos asesinado a golpes este sábado presuntamente a manos de tres marroquíes, ha relatado algunos detalles detrás de este fatal suceso, tales como que la víctima fue atacada por la espalda, cuando estaba totalmente desprevenida, y que uno de sus hijos tuvo que ver cómo el hombre agonizaba antes de acabar falleciendo por los brutales impactos, algunos de ellos con un bate de béisbol.
Antoni, su tío, ha explicado en una entrevista en Europa Press que David «estaba desprevenido y lo atacaron por detrás hasta causarle la muerte», en una paliza mortal a modo de represalia por «calmar» al grupo de magrebíes, que habían protagonizado «altercados» y faltas de respeto a mujeres y niñas de la localidad de la comarca de la Marina Alta, incluyendo algunas menores de edad y la propia viuda del difunto, a quien intentaron agredir sexualmente en su coche días atrás.
El tío de David explica que los supuestos agresores habían llegado unas semanas atrás de Barcelona, que incluso la comunidad islámica del municipio había advertido a las autoridades de la peligrosidad de, al menos, uno de ellos, y que varios ya habían pasado por prisión. Desde el Ayuntamiento, gobernado por Compromís con apoyo del PSPV, hicieron, sin embargo, «caso omiso», como asegura.
«En más de una ocasión se les había avisado de que hubo altercados en el mismo pueblo de Gata, y, palabras literales, las autoridades dijeron que eso no era competencia de ellos, que llamaran al 112», critica Antonio, quien añade que el sábado, cuando se produjo el deceso de su sobrino, fue «muy fatídico» al producirse «altercados por todo el pueblo». Los presuntos agresores, dos de los cuales ya se encuentran en libertad, iban «descamisados, armados con un bate de béisbol, que fue el arma homicida», según le contaron algunos testigos.
Según su tío, David amonestó verbalmente a este grupo de marroquíes, lo que, a su juicio, habría sido el desencadenante de la paliza que acabó con resultado de muerte. «Mi sobrino intentó calmarlos, que estuvieran quietos y no atacaran a nadie más y que parece ser que la gente esta pues tomó represalias ya que fueron armados y pasó el hecho fatídico», lamenta el hombre, a quien no le sirve el consuelo de que los asesinos de David puedan acabar en prisión: «¿El peso de la Ley a mi familia de qué le vale ahora?». «Que sirva para algo aunque a nosotros ya nadie nos puede devolver a David. Es muy duro», zanja.
María Ferrer, la viuda del vecino de Gata de Gorgos ha sido entrevistada, a su vez, por Telecinco. La mujer explica convencida al programa Vamos a ver que los agresores fueron directamente a acabar con la vida de su pareja. «Podían haberle roto las piernas, pero no. Fueron a matarlo», afirma, antes de narrar la sucesión de los hechos: «Él estaba con Luis haciendo unos bocetos para unos tatuajes, porque él tatuaba. Luis tenía sed, entonces mi chico dijo 'quédate fumando un cigarro y yo subo a comprar una botella de agua al bar de arriba». Al poner un pie en la calle se topó con los agresores.
«Mientras el chico se estaba fumando el cigarro, escuchó gritos, muchos gritos, salió corriendo y se encontró a dos calles de donde vivimos a dos personas de origen marroquí, con dos palos. En el suelo ya estaba David tirado. Estaban ensañándose con él», asevera. María aporta un detalle de extrema tristeza para ella y su familia: «Mi hijo de 16 años vino corriendo, diciendo que su padre estaba agonizando en el suelo. Mi hijo sí que lo vio».
La viuda confirma que a ella misma la abordaron en un coche días atrás y que un individuo con un perfil similar al de los sospechosos intentó agredir a una menor de edad. «No sé si David encontró la muerte por días atrás defender sin violencia a una menor. Él fue a comprar y vio a dos o tres personas de origen marroquí zarandeó a una menor», recuerda, antes de sostener que en todo momento su pareja lo hizo «con diálogo, comprensión y sin violencia».
Lamenta no haber denunciado
A María Ferrer se le ha quedado una espina clavada: no haber denunciado cuando la abordaron. «Venía de entrenar, me paró un chico marroquí, le dije '¿pasa algo?', porque creía que le pasaba algo, por ayudar... Maldita la hora. Tenía las ventanas bajadas y se me subió al coche», indica, y apunta a que el hombre «hizo intento de tirarse encima de mí». «Como pude me tiré del coche, me bajé, me fui a la farmacia y llamaron a la Policía. Cuando vinieron los agentes, el señor se echó al suelo, lo cogieron y se lo llevaron», rememora.
«Me llamó la Guardia Civil -continúa-, me dijo que me esperaban por si ponía una denuncia. Fui con mi hijo mayor. Allí me dijeron que daba igual que pusiera la denuncia, que iba a perder el tiempo, que él estaría un día y medio encerrado y luego saldría a la calle». «Me arrepiento de no haber puesto esa denuncia, me dijeron que no iba a pasar nada y sí, lo ha pasado, nos han matado en vida», concluye la mujer.