Los agricultores valencianos aplauden la llegada del «luchador» Barrachina al Consell pero le ponen deberes

Con la salida de Vox del Gobierno autonómico valenciano y la posterior reorganización del Consell, ha habido algunos cambios y también caras conocidas para hacerse cargo de las consejerías. Entre las novedades se encuentra la del hasta ahora síndico 'popular' en las Cortes, Miguel Barrachina, que encabezará la Consejería de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca tras la salida de José Luís Aguirre.

Un área que no estaba precisamente en calma, ya que los agricultores valencianos llevan meses en pie de guerra y se manifestaron recientemente frente a la Consejería entonces en manos de Aguirre para reivindicar sus derechos de cara a la Unión Europea y al Gobierno central.

El nombramiento de Barrachina ha sido un acto aplaudido por las asociaciones agrarias, que han confiado en que «levante la bandera de la reivindicación» de la agricultura valenciana ante Madrid y Bruselas. Asimismo, han destacado el conocimiento del sector y el carácter «luchador» del nuevo consejero.

Así lo han señalado representantes de la Asociación de Agricultores Valencianos (AVA-Asaja) y la Coordinadora Campesina del País Valenciano (CCPV-COAG), que han llevado a cabo este viernes otra protesta, en este caso ante la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana.

Una persona «guerrillera, dialogante, luchadora que se sube al tractor y trabaja sus campos», ha subrayado sobre el nuevo consejero el presidente de AVA, Cristóbal Aguado. Por su parte, el secretario general de CCPV-COAG, Luis Fernando García, ha recalcado que Barrachina es un «luchador nato».

Las «exigencias» del sector agrario

Los agricultores valencianos ven el nombramiento de Barrachina como un cambio necesario, ya que se encuentran ante una situación delicada y quieren ser escuchados. Entre sus protestas, exigen al Ejecutivo central medidas para paliar la sequía, las plagas y enfermedades, la superpoblación de fauna salvaje, los robos, los abusos comerciales, la competencia desleal y las exigencias medioambientales.

Cuando los agricultores se manifestaron por estas demandas durante el mes de junio, Aguirre, en aquel entonces consejero, expuso que desde febrero la Consejería de Agricultura está «insistiendo» al Gobierno central para que «se activen los fondos de reserva de crisis».

Aguirre también aclaró tras las protestas que, en su última reunión con el ministro del ramo, Luis Planas, afirmaron que «no existe esa situación de sequía, que se había recuperado mucho la situación hidrológica y que las cosechas se esperaba que fueran incluso mejores que el año pasado».

El entonces consejero añadió que Planas «dice que los daños que pueda haber están perfectamente cubiertos por los seguros agrarios». En este sentido, Aguirre destacó que este seguro es «una de las principales apuestas» de la Generalitat Valenciana y que el Consell es «el Gobierno autonómico que más apuesta por el seguro agrario» y «consiguió rebajar la prima de cualquiera de los daños y de los riesgos que se aseguran de una manera muy importante».

Estas declaraciones y el papel de Aguirre como mediador entre los agricultores valencianos y el Gobierno central no les ha parecido suficiente a las asociaciones, ya que para este viernes volvieron a convocar otra protesta, que ha coincidido con la noticia del nombramiento de Barrachina.

«Fauna salvaje protegida y agricultor despreciado», «La sequía demuestra que el Ministerio de la Intransigencia Ecológica hace aguas», «Cien vacas sacrificadas a la semana por falta de agua. ¿Dónde está el bienestar animal?», son algunas de las pancartas que han exhibido las asociaciones agrarias durante la protesta celebrada el viernes.

Cabe recordar que las asociaciones como AVA-Asaja y CCPV-COAG no han firmado el paquete de medidas que propuso el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación por considerarlo «claramente insuficiente, sobre todo para la agricultura mediterránea».

El Gobierno de España ha fracasado a la hora de defender al sector agrarioCristóbal AguadoPresidente de AVA-Asaja

Los agricultores han protestado porque «el Gobierno de España ha fracasado a la hora de defender al sector agrario», ha subrayado Aguado. Para este portavoz, el Gobierno ha «fallado» a la hora de «garantizar» una transparencia y un funcionamiento digno a los agricultores al hacer caso a los «criterios ambientalistas radicales».

En esta línea, Aguado ha dicho que «este ecologismo radical montañés no tiene sentido» y ha declarado que si no fuera por los agricultores, el Parque de La Albufera sería un «desastre». Y, por otra parte, ha rogado que le «gustaría» que tratasen al sector como a la industria automovilística china a la hora de poner «aranceles».

En este sentido, ambas entidades han hecho hincapié al Gobierno en exigir ante la Unión Europea «reciprocidad» en todos los acuerdos comerciales con terceros países, así como la «revisión y estudio» de impacto de los acuerdos en vigor, especialmente con Egipto, Turquía, Marruecos y Sudáfrica; paralizar las negociaciones del tratado comercial con Mercosur; defender una cláusula automática de salvaguardia a las importaciones de arroz; y «reemplazar» la Ley de Restauración de la Naturaleza, que establece más limitaciones a la actividad agraria, por una Ley de Restauración de la Agricultura.

Incendios y sequía

Asimismo, Aguado ha advertido de que la media de edad en el campo valenciano supera los 65 años y hay 170.000 hectáreas de tierra abandonadas, lo que puede conllevar el «aumento de incendios». Además, en este momento no hay agua en «amplísimas zonas de la Comunitat Valenciana», ha declarado. Por eso, ha aconsejado «guardar el agua cuando se tiene y distribuirla adecuadamente» para «evitar la desalinización».

La sequía también es uno de los temas que han reivindicado desde COAG, una problemática «prolongada y brutal» que hay en la Comunidad Valenciana, según la han definido desde la asociación, desde donde también han alertado de que los costes de producción «se han disparado». «Luego vienen aquí a vendernos sus productos y los nuestros los tenemos que tirar porque después de haberlos producido, gastar agua, energía eléctrica y tiempo se tienen que destruir», han lamentado desde COAG.