Jijona no tendrá procesión de Moros y Cristianos si no vuelve a su fecha original
El párroco rechaza la decisión de la Federación de fiestas y exige volver al día original de la procesión
Las fiestas de Moros y Cristianos de Jijona, uno de los eventos más esperados en la localidad alicantina, se han visto envueltas en una polémica que ha culminado con la suspensión definitiva de la tradicional procesión, originalmente programada para el próximo jueves 22 de agosto. La decisión ha sido tomada por la Federación de San Bartomeu y San Sebastián tras el rechazo del párroco Salvador Valls González a presidir el acto si no se celebraba en la fecha que rige la tradición.
La controversia se inició cuando Salvador Valls, párroco de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Jijona, advirtió que no permitiría la celebración de la procesión si esta no se llevaba a cabo en su fecha original, es decir, al final de las festividades, como se ha hecho durante más de 150 años. La Asamblea General de la Federación había decidido, hace tres años, trasladar la procesión del lunes al jueves con el objetivo de ampliar las jornadas festivas, decisión que fue ratificada en febrero de 2022, según las ordenanzas festeras.
En un comunicado emitido por la Federación este viernes, se informó a los festeros y al pueblo de Jijona de la suspensión definitiva de la procesión. La organización lamenta no haber podido llegar a un acuerdo, ya que la procesión es un acto central de las fiestas patronales y no tiene sentido llevarla a cabo sin la participación del clérigo, ya que los santos patrones no podrían ser honrados como corresponde.
La postura del párroco
En el comunicado emitido por la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, el párroco manifiesta su firme desacuerdo con el cambio de fecha de la procesión, que considera «indebido». Para el clérigo, la procesión ha de celebrarse al final de las Fiestas, como ha sido tradición durante más de 150 años. «Mi posición es y será restituir la procesión a su lugar original, del cual se ha intentado sacar de la Fiesta», declara en su escrito.
Valls asegura que en una «pequeña reunión» con representantes de la Federación dejó claro que, sin un permiso expreso del obispo, no llevará a cabo ninguna procesión. Además, insiste en que la participación del pueblo en los actos en honor a los santos patronos San Bartolomé y San Sebastián «está más que garantizada» con las procesiones que ya se celebran el 20 de enero, y que cambiar la fecha «desvirtúa el verdadero significado de la Fiesta».
El párroco también recuerda que, aunque las Fiestas de Moros y Cristianos son tanto civiles como religiosas, en lo que respecta a la dimensión espiritual, él tiene la última palabra. «Las autoridades máximas en las fiestas patronales son la alcaldesa, por la parte civil, y el párroco por la parte religiosa», subraya en su comunicado.
El impacto en la comunidad festera
La reacción de la comunidad festera no se ha hecho esperar. Ante la cancelación de la procesión, los festeros ya están barajando alternativas, como realizar una ofrenda en el cementerio a los fallecidos, al no llevarse a cabo el acto procesional.
La Federación ha anunciado que seguirá trabajando para que la procesión pueda celebrarse en las próximas fiestas de 2025, esperando que se puedan resolver las diferencias o, al menos, llegar a un nuevo consenso que permita mantener viva esta tradición tan arraigada en la localidad.