Los vecinos de Castellón, atemorizados por los okupas: venta de drogas, agresiones y carreras ilegales
La capital de la Plana sufre diferentes focos de esta problemática por toda la ciudad, y los casos en el barrio universitario son los más graves, donde la Generalitat solo ha podido desalojar uno de los diez pisos de viviendas sociales okupados
La okupación es uno de los problemas que más preocupa a la sociedad española actualmente, debido a la gran proliferación de casos en los últimos años y a la Ley de Vivienda aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez. Para los vecinos de Castellón de la Plana, esta también es una de sus principales preocupaciones, sobre todo desde el aumento desproporcionado de casos en la ciudad. Venta de drogas, suciedad, carreras ilegales, agresiones y mala convivencia son solo algunas de las denuncias de los castellonenses.
Y es que no se trata de casos aislados. La capital de la Plana sufre diferentes focos de okupación, desde una zona de chalets, hasta el barrio universitario de la ciudad, pasando por incendios en 'poblados' de chabolas a las afueras. Estos son tan solo algunos de los casos más sonados y conocidos por los vecinos durante lo que va de 2024.
La zona del Raval Universitario de Castellón es una de las más conflictivas. Hace años que los residentes denuncian altercados debido a grupos de okupas en unas viviendas sociales. Estas 'familias' controlan 14 de 60 viviendas del barrio y llevan años atemorizando a los vecinos.
La gota que colmó el vaso en la convivencia vecinal de la zona fue una brutal agresión por parte de unos okupas a una pareja que residía en el mismo edificio durante el mes de junio. Atacaron con bates de béisbol y patadas y acabaron mandando a la mujer al hospital, tras dejarla inconsciente.
A raíz de este grave incidente, la Generalitat Valenciana, quienes tienen la potestad de las viviendas sociales, han tenido que intervenir. Se aumentó de forma inmediata la vigilancia, se instalaron cámaras de seguridad en el edificio e intentaron desalojar los pisos más conflictivos. Y aunque la zona está mucho más tranquila desde el pasado 15 de julio gracias a estas medidas implantadas por la Entidad Valenciana de Vivienda (EVha), tan solo han conseguido recuperar una de las diez casas okupadas del bloque.
«Ya se ha producido un desalojo, por lo que una vez se reparen los desperfectos ocasionados en esta vivienda, se adjudicará a la unidad de convivencia que corresponda», según confirmaron fuentes de la EVha. La administración autonómica también reconoce que «aún sigue trabajando para recuperar las otras nueve viviendas okupadas, que se encuentran inmersas en diferentes expedientes judiciales y administrativos».
Según han confirmado fuentes vecinales al periódico El Mundo Castellón, «los okupas que fueron desalojados recientemente no han abandonado el bloque y residen en otros pisos okupados junto con sus familiares». Además, los residentes del bloque han explicado que «a pesar de la presencia del guardia de seguridad, los intentos de okupación siguen produciéndose, sobre todo los fines de semana», por lo que instan a la administración a que refuercen este periodo con un segundo guardia para evitar más okupaciones.
Y es que, a parte de los 9 pisos okupados que todavía quedan en el bloque de viviendas sociales, en el resto del barrio universitario existen otras viviendas afectadas por lo mismo y que no son competencia del Gobierno valenciano, por lo que no cuentan con las medidas implantadas como las cámaras de seguridad ni la vigilancia privada.
Los okupas del bloque, no solo tomaron por la fuerza las viviendas en las que residían, sino que también hacían uso del garaje, situando en el parking vehículos que llevan allí durante varios años. A pesar de que desde la Consejería se denunció ante el consistorio de la capital de la Plana está cuestión para que el área de Seguridad del Ayuntamiento se hiciera cargo de sacar los coches abandonados para liberar así las plazas y poder limpiar el espacio, la administración local todavía no ha tomado cartas en el asunto y tampoco se ha pronunciado al respecto.
Además de las agresiones, suciedad y venta de drogas, los vecinos de la zona también denuncian carreras ilegales de vehículos. Una práctica que lleva sucediendo años por los alrededores del barrio universitario y que la última vez que la Policía Local tuvo que intervenir fue a finales del pasado mes de agosto. Cuando los agentes acudieron y vieron a uno de los ciclomotores que participaban, el conductor se dio a la fuga, acelerando bruscamente y realizando derrapes, rebasando semáforos en rojo y señales de stop, además de conducir también por el carril bici.
Más casos en la zona PAU Lledó
Desde la Concejalía de Seguridad del Ayuntamiento de Castellón han comunicado que van a intensificar la vigilancia en diferentes zonas de la ciudad tras el aviso y las denuncias de múltiples vecinos sobre los casos de okupación. Antonio Ortolá, concejal del área, ha explicado en un comunicado que «en las últimas semanas representantes vecinales han trasladado su malestar a la Policía Local por la presencia de jóvenes en la zona del PAU Lledó, en horario nocturno y alterando la normal convivencia».
Y es que, aunque uno de los focos de okupación más importante, por cantidad y altercados, es el de la zona universitaria, el área del PAU Lledó no se queda atrás. El barrio, principalmente rodeado de chalets y un poco apartado del centro lo de la ciudad, sufrió dos asaltos en tan solo siete días durante este verano. Los vecinos llevan más de dos años conviviendo con las molestias vecinales, los enganches ilegales a los suministros y las amenazas de los intrusos.
Así pues, la capital de la Plana está atravesando una importante ola de okupación en diferentes zonas, que hacen de la convivencia vecinal una misión imposible. Aunque no se sabe exactamente cuántas viviendas en esta situación hay en la ciudad en la actualidad, el Ayuntamiento de Castellón cuenta con una oficina antiokupación que trabaja en este tipo de sucesos y está al corriente de cada altercado. Desde El Debate se ha intentado contactar con el Consistorio, pero no han facilitado las cifras de estos casos.
A pesar del aumento de la vigilancia de efectivos de la Policía Local y de las medidas extras de seguridad y cámaras de vigilancia de la Generalitat, las okupaciones siguen proliferando y con ellas, todos los problemas sociales que acarrean, que se están viendo reflejados en los barrios castellonenses y en las vidas de los vecinos.