Mazón: «El buenismo en inmigración no funciona, pero el rechazo frontal tampoco»

El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha recalcado que el «buenismo» en materia de inmigración «ya no funciona», pero ha avisado de que el «rechazo frontal» tampoco. Por ello, ha pedido «elevar el nivel del debate» y «mirar de frente» al «gran reto» que supone el fenómeno migratorio, en especial en cuanto a los menores. «El buenismo no arregla el problema», ha asegurado.

En este sentido, durante su intervención en un desayuno informativo este martes en Valencia, ha considerado que no es «de recibo» que el Gobierno de España le llame «inhumano» por «no estar de acuerdo en todo lo que propone, que tampoco sabemos muy bien lo que es». «Se nos llama inhumanos hagamos lo que hagamos», ha lamentado.

«No se nos puede decir que se nos va a denunciar por maltratar a los migrantes que ya están aquí por estar hacinados y, a la vez, decir que se nos va a denunciar por no recibir a más, no puedo ser inhumano siempre», ha defendido.

En este punto, ha advertido de que los centros de acogida de inmigrantes en la Comunidad Valenciana están «desbordados» y «al borde del colapso», con niveles de ocupación «por encima del 180 por ciento», y con recursos «claramente insuficientes» por parte del Gobierno para hacer frente a esta situación.

Por este motivo, ha pedido al Ejecutivo central que «deje de hacer política y empiece a hacer gestión». «O elevamos el nivel del debate o lo vamos a pasar mal», ha advertido.

El jefe del Consell ha mostrado «preocupación» por el fenómeno de la inmigración y su «polarización», al tiempo que ha reconocido que este asunto es un «gran reto» en el día de hoy porque los sentimientos están, a su juicio, «demasiado a flor de piel». «Pero si no cabe alguien en tu casa hay que decirlo, y o haces una casa nueva o explicas tu situación», ha expuesto.

Asimismo, Mazón ha reivindicado el «esfuerzo extraordinario» que ha realizado la Comunidad Valenciana por acoger a inmigrantes y ha advertido de que el Gobierno autonómico y la sociedad valenciana «no tienen que pasar un examen de solidaridad ni humanidad» en este sentido.